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CRÍTICA

'El joven Ahmed': En la mente del fanatismo

Crítica de 'El joven Ahmed', dirigida y escrita por los hermanos Dardenne. Premio a la mejor dirección en el 72º Festival de Cannes, premio al mejor guion y montaje en la 64ª edición de la Seminci.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 5 de Diciembre 2019 | 12:10
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Hablar de los hermanos Dardenne es nombrar a dos de los cineastas más relevantes del cine social europeo, cuya denuncia al sistema siempre ha sido inteligente, al dejarlo en evidencia con hechos más que con buenas intenciones, algo que los diferencia de Ken Loach o Robert Guédiguian. Tras 'La chica desconocida', ambos realizadores vuelven a sus esencias con 'El joven Ahmed', premio a la mejor dirección en la 72ª edición del Festival de Cannes y premio al mejor guion y al mejor montaje en la 64ª edición de la Seminci de Valladolid.

El joven Ahmed

El regreso a sus esencias es porque, a diferencia de sus tres últimos largometrajes, con los que contaron con nombres muy relevantes de la industria cinematográfica francófona como Cécile de France, Marion Cotillard o Adèle Haenel, esta vez sus protagonistas vuelven a ser actores no conocidos, siendo algunos incluso no profesionales. El cambio se nota, ya que se percibe esa mirada cercana a obras maestras suyas como 'La promesa', 'Rosetta' o 'El niño', al tener varios planos secuencia, como también varios planos de seguimiento con la cámara puesta a espaldas del protagonista.

En cierta manera, no es extraña esta elección, al ser la temática que denuncian los realizadores la principal protagonista, que hubiera corrido el riesgo de verse solapada por la aparición de un actor reconocido, incluso por habituales de los Dardenne, como Olivier Gourmet, Déborah François o Jérémie Renier, en su momento desconocidos pero actualmente estrellas tanto en Francia como en su Bélgica natal. De esta forma, evitan lo sucedido con su anterior largometraje.

La mirada del radicalismo en la vida cotidiana

No es la primera vez que una cinta social europea denuncia el fanatismo del islamismo radical, pero la mirada de los Dardenne es completamente diferente, al centrarse en lo cotidiano, en lo diario, mostrando a un crío de apenas 13 años completamente abducido por los sermones de un imán fanático cuya influencia es muy poderosa entre los más jóvenes. Los cineastas se enfocan lo humano, en las familias de esos adolescentes que acaban en redes fanáticas, retratando al yihadismo como una peligrosa y corrosiva secta religiosa y diferenciándolo del islam, al ver una comunidad dividida entre musulmanes con una mirada integradora y progresista y otra más ortodoxa y conservadora, en la que existe, además, una facción salafista.

Los Dardenne saben hacer esas diferencias de manera sutil y con un enfoque social, con escenas cotidianas con el público sabe distinguir, como puede ser una clase de árabe en el colegio. Sin embargo, más allá de miradas prejuiciosas, lo que distingue a 'El joven Ahmed' y la convierte en una de las películas más notables de la filmografía de los hermanos belgas es la denuncia social que va implícita. Sí, el Estado actúa ante casos de fanatismo, hay métodos de reinserción, de educación, de esos jóvenes que, no hay que olvidar, son ciudadanos de ese mismo país, solo que de raíces musulmanas.

El joven Ahmed

Sin embargo, los cineastas, demostrando una vez más que en su mirada hay hechos más que gestos, muestran las grietas en las que el sistema no ha estado a la altura, en la clara falta de vigilancia profesional que hay en los imanes de las mezquitas, que se convierten en líderes religiosos sin haber tenido educación teológica y universitaria, recordando a los pastores evangelistas de algunas comunidades fundamentalistas de Estados Unidos.

Y en medio están las primeras víctimas, los niños fanatizados. Para mostrar a esas personas que se han convertido en marionetas de peligrosos titiriteros está el joven Idir Ben Addi. Su interpretación es hueca y esto es un halago, al ser el retrato de un preadolescente que se ha convertido en una vasija en la que se han introducido ideas machistas, misóginas, de odio hacia el diferente, hacia sí mismo.

Una denuncia sobre un problema de la sociedad europea actual

El retrato no muestra el proceso de fanatización, sino que se centra directamente en las consecuencias mentales y psicológicas de un niño que ha pasado de admirar y ver como ejemplo a su profesora de matemáticas (una mujer de origen musulmán liberada y feminista) a considerarla una 'arpía impía'. Es sobrecogedor ese proceso de deshumanización que se inculca en jóvenes.

El joven Ahmed

Finalmente, los Dardenne ponen en evidencia el fanatismo, sus contradicciones y las propias paradojas típicas de la pubertad, en una lucha entre del deseo y el deber, en el que se va a un Ahmed que se flagela emocionalmente al sentir atracción por una chica de su edad. Por otro lado, los realizadores, que también firman el guion, aciertan en no querer ofrecer una respuesta a un problema que es mucho más complejo de lo que ciertos políticos quieren ver.

'El joven Ahmed' tiene el sello de autor de los Dardenne, que vuelven a lo básico y aciertan en una de sus propuestas más entregadas y que, desafortunadamente, sigue estando de rabiosa actualidad. Una vez más, se denuncia una situación que el Estado (la propia sociedad e inclusive la propia comunidad musulmana) ha dejado pudrirse, para convertirse en un elemento que se ve ajeno hasta que afecta directamente. Un ejercicio sobre el fanatismo muy necesario para entender la complejidad del problema que existe alrededor del islamismo radical en la sociedad europea actual.

Nota: 8

Lo mejor: La forma en la que los Dardenne exponen el problema del islamismo radical en la sociedad europea actual.

Lo peor: Ver la película de forma prejuiciosa.

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