Acercarse a la vida y obra de Karen Blixen, conocida principalmente por su pseudónimo Isak Dinesen, es, en realidad, explorar el mito que se conformó alrededor de su biografía, el cual se vio engrandecido con 'Memorias de África', el largometraje dirigido por Sydney Pollack, que protagonizaron Meryl Streep y Robert Redford en 1985 y que obtuvo siete Premios Oscar. Visitar de nuevo esa época, se antojaba una empresa atrevida. No obstante, la directora María Pérez Sanz ha querido cruzar esa línea, con una historia minimalista, íntima y personal, que busca ir más allá del mito. Eso es 'Karen', premio Un Impulso Colectivo en el D'A Film Festival y presentada en la 17ª edición del Festival de Sevilla.
Cuando se habla de la vida de Blixen, es imposible no imaginar bellas secuencias con vistas al Monte Kenia, paseos cerca del lago Victoria o una aventura por el safari, con hermosas estampas de la sabana africana. Sin embargo, Pérez Sanz prescinde de ello, logrando un resultado notable convirtiendo a la comunidad autónoma de Extremadura en ese lánguido rincón del mundo en el que la célebre escritora encontró refugio antes de convertirse en la autora por la que su nombre pasó a la historia.
Realmente, esa apuesta no es tan arriesgada como aparenta, puesto que el escenario de 'Karen' va reduciéndose poco a poco, comenzando con planos en los que ver la belleza de la flora y la fauna del lugar para ir estrechando el cerco de Blixen, reduciendo su vida al caserón que tuvo en Nairobi y que, actualmente, es un museo en honor a su vida y obra. Tiene mucho sentido que Pérez Sanz convierta la vida de Blixen en una especie de respuesta moderna a 'La señorita Julia', pues el filme es la crónica de un fracaso personal, al situar la trama en los momentos en los que la plantación de café que tenía estaba abocada al fracaso, además de estar asimilando el duelo sentimental de su divorcio con el noble Bror von Blixen-Finecke. Fue el tocar fondo lo que hizo que canalizase todas sus vivencias en la escritura.
Un retrato desnudo de la célebre autora que huye de artificios y grandilocuencias
En 'Karen' no hay un amor prohibido, hay cotidianeidad y cierto costumbrismo de la era colonial. Pérez Sanz muestra, por un lado, que Blixen fue una mujer adelantada a su tiempo, tanto en la autonomía y emancipación como mujer como también respecto al trato de sus trabajadores. Por ello, Pérez Sanz muestra la relación fraternal que tuvo con Farah, el cual era mucho más que un mayordomo, era un confidente leal y un sabio con el que Blixen compartía largas conversaciones intelectuales y espirituales, de igual a igual. Son precisamente esas escenas las que embellecen un relato tremendamente íntimo, en el que la fotografía de Ion de Sosa casa muy bien con la sobria interpretación de Christina Rosenvinge, cuya vuelta a la interpretación es maravillosa. A su lado, un excelente partenaire, el actor estadounidense Alito Rodgers, el cual muestra las complejidades de ser el escudero de una pionera que, tras marcharse de África, se aseguró que sus antiguos empleados se quedasen con las tierras.
'Karen' es el retrato desnudo de la célebre autora danesa, sin artificios, sin bellos paisajes, es la crónica de un fracaso y de cómo la fuerza interior de la protagonista hizo que se levantase y se convirtiese en quién fue. Pocas veces se logra ir más allá del mito de manera tan certera. Un largometraje que muestra que una puesta en escena austera, con unos diálogos sublimes, son capaces de medirse cuerpo a cuerpo con obras estéticamente más ambiciosas.
Nota: 7
Lo mejor: Las conversaciones entre Blixen y Farah, especialmente aquellas en las que hay fricciones.
Lo peor: La escena con Isabelle Stoffel está metida con calzador.