å

CRÍTICA

'Kick-Ass 2: Con un par': Violencia real, consecuencias reales

Situaciones veraces, acción imaginativa y mucha sangre en esta aventura visceral y frenética que hace justicia a los que significa ser una secuela.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 29 de Agosto 2013 | 12:00

Comparte:

Ver comentarios (9)

Nunca ponerse una máscara y luchar contra el mal fue tan explícito como lo mostró 'Kick Ass. Listo para machacar' en 2009. De aquella visceral historia nos llega ahora su segunda entrega, 'Kick-Ass 2: Con un par', la que es por fin, una secuela justificada, que ha sabido dejar enfriar el 'boom' que supuso su primera parte para dejar sitio a una historia de violencia, sangre, golpes que duelen y una acción que no cansa, y pese a sus similitudes con lo ya visto, aún logra sorprender.

'Kick-Ass 2: Con un par'

En el argumento de la película, Mindy Macready (Hit-Girl) y Dave Lizewski (Kick-Ass) se unirán a una banda de superhéroes capitaneada por el Coronel Barras y Estrellas. El problema vendrá, cuando el temido Red Mist, ahora llamado The Mother Fucker, forme también su propio grupo de villanos para combatir a los improvisados superhéroes.

Comenzando por la cara que inunda los carteles, Aaron Taylor-Johnson vuelve a ponerse las mallas de Kick-Ass. En esta ocasión, y siendo consciente de lo ocurrido en la primera entrega, nos encontramos con un Taylor-Johnson que resulta creíble en todo momento, al que los golpes le duelen, que sabe en todo momento que 'botón' tiene que tocar y que demuestra que se le da bien su cara de pringado de instituto, héroe de la calle. A ello sumamos también el sacrificio físico que tuvo que suponer el filme, y las escenas de acción están muy bien ejecutadas por el actor, que acaba con una interpretación redonda en el que es ya, uno de los roles clave de su carrera.

Un redoble de tambores merece la entrada de Chloë Grace Moretz como Hit-Girl. En esta ocasión, su papel tendrá mucho más peso que en la primera entrega, y sabrá como lidiar con ello. Poniendo en la situación de encontrarnos a una Hit-Girl que comienza la vida de instituto, escenario que da mucho de si para mostrarnos otra faceta de su personaje: lo difícil que es sociabilizarse siendo quien es. Si en cuanto no tiene la máscara el personaje de Grace Moretz cuenta una historia, todo ello es completamente distinto cuando la tiene: la actriz es una más que entendida en las escenas de acción. Su personaje en este ambiente será el que tenga las más elaboradas florituras para matar, y el cambio de registro que tiene cuando encarna a Hit-Girl vuelve a recordarnos que es una intérprete a tener en cuenta.

'Kick-Ass 2: Con un par'

El villano de la historia, The Motherfucker, está interpretado por Christopher Mintz-Plasse y ofrece una imagen veraz de lo que es: un niño rico y malcriado con una sola razón para vivir, que es acabar con nuestro protagonista. Durante todo el metraje el actor consigue darnos una interpretación que varía entre la debilidad, la corrupción del dinero y por momentos, la veracidad de una persona a la que le mueve la venganza y que cuenta con los medios para llevarla a cabo a su antojo. En definitiva, una buena aproximación a un villano adolescente, que sin tener una carisma desbordante, si hace un buen trabajo con su papel.

El grueso del reparto lo corona un Jim Carrey que, más que lamentarse por la violencia del filme, debería sentirse orgulloso por su papel en ella, ya que crea a un personaje, de nombre Coronel Barras y Estrellas, que está fuera de todo registro mostrado antes por el actor, y sin duda, es un rol más que sólido. Carrey consigue mostrar a un personaje cercano, dañado emocionalmente (como la mayoría de sus compañeros) y que en definitiva, hace olvidar al actor de los chascarrillos y caras graciosas, con un papel violento, cercano y carismático.

La dirección del filme ha sido firmada por Jeff Wadlow, el cual se muestra muy hábil con la cámara, y sobre todo, pone en pantalla una acción que no aburre nunca, debido a que esta salpicada de originalidad y ante todo, violencia explícita. Y es que los golpes en 'Kick-Ass 2' duelen al espectador, el cual si logra meterse de lleno en la cinta, llegará a sentir cierta angustia en las peleas, ya que nos encontramos en un filme donde la violencia es real, las consecuencias son reales.

'Kick-Ass 2: Con un par'

Superhéroes de carne y hueso

Todo el halo que provoca tener a unos superhéroes 'de andar por casa', sumados a una violencia muy explícita, hacen que pese a estar viendo una escena de acción llena de florituras, sepas que cada golpe duele, los cuchillos cortan, las balas matan y los personajes son de carne y hueso.

Éste es uno de los mayores logros del filme, además de las muchas referencias de actualidad de la que está impregnada: aquí los héroes y villanos se lanzan pullas en Twitter, cuelgan vídeos en Youtube, se escriben mensajería instantánea, y en definitiva, crean una atmósfera de "esto podría estar ocurriendo ahora mismo", lo cual crea más complicidad con el espectador.

El metraje muestra más de lo que parece a primera vista, si se excava más allá de la sangre, cómo es el valor de la amistad, la importancia de las promesas, la vida de instituto, el poder de las nuevas tecnologías de la información y las consecuencias de la violencia. A ello le tenemos que sumar una banda sonora actual y a la altura, escenas memorables de acción (Mother Russia es sublime) y violencia sin tapujos para la que es, posiblemente, una de las secuelas más justificadas del año, que ha sabido esperar hasta hacerse madura y ofrece una historia atractiva, frenética y que no aburre. Nunca patear culos había sido tan visceral y divertido.