El cartel de 'Kill Boy' presenta a su protagonista por sus trabajos en 'It' y 'John Wick 4'. A diferencia de estas películas, por primera vez vemos a Bill Skarsgard como gran protagonista de un blockbuster sin maquillaje y sin ser el villano. Lo que sí tienen en común estas tres salvajadas cinematográficas son las excesivas dosis de sangre y peleas. Puede que esta que se estrena el miércoles 3 de julio en España tenga incluso más.
Aunque más que una película en sí, 'Kill Boy' es el videojuego prohibido que de niño siempre deseaste jugar. Y por eso no podrás apartar la mirada de la pantalla durante sus 111 minutos. ¿Listo para jugar?
Narrativa de puntos de control
Nadie se acuerda de qué iban el Tekken o el Street Fight (si es que había alguna historia de fondo), y por eso esta clásica historia de venganza no necesita ni siquiera mencionar en qué país se localiza su distopía ni explicarla. Ese bagaje de historia sí que se echa en falta durante el desarrollo más vacío a nivel narrativo, pero el final sí que sorprende cuando aporta lo único imprescindible en toda misión de videojuego: su resolución.
Al funcionar como tal, tal y como abrazaron tan claramente las últimas entregas de la saga 'Resident Evil', la estructura de la película va por pantallas. Los más frikis irán disfrutando de los distintos tipos de jefes y escenarios icónicos. En consecuencia, el ritmo de la película es más puramente mecánico que narrativo, donde tan solo hay un único objetivo. Pero, ¿acaso no es epiquísima una simple escalada de pisos dentro de un edificio en 'Dredd' o 'Redada asesina'?
PEGI-18
En lugar de al fondo, todo va a la forma. Absolutamente todo, sin reservas. Los homenajes cinéfilos y los referentes son pura y gozosamente visuales. El humor negro sin límites también funciona más a nivel físico o slapstick que en los (pocos) diálogos de serie B que hay. Las peleas tampoco son las más estilísticas, pero sin duda son las más brutas. 'Kill Boy' no aspira a trascender, sino a jugar.
Ese planteamiento lo lleva hasta el límite de la ultraviolencia: el director alemán (¡debutante!) Moritz Mohr despliega casi más sangre que en 'It - Capítulo 2' y más peleas (y más explícitas) que la saga 'John Wick'. ¡Y todo se ve! La cámara acompaña muy limpiamente a los protagonistas (más bien, jugadores) de una manera casi tan contemplativa como los videojuegos que los colocaban en 2 dimensiones. Se agradecen muchísimo los planos secuencia y las grúas por delante de las cámaras en mano.
Escoge tu jugador
Para el gran héroe de acción que interpreta Bill Skarsgard, el principal referente sería otro trabajo anterior del actor sueco. Con cierta mutilación que da juego y una infantilidad tan cómica como violenta, su Boy es una máquina de matar cual 'Deadpool'. En lugar de romper la cuarta pared, se apoya en una divertidísima voz en off que le da ese mismo toque subjetivo de narrador loco (lo cual también se ve alocadamente en pantalla). Es excesivamente recomendable verla en versión original.
Más allá de la juerga, lo único que hay que tomarse en serio de la película es el recital interpretativo de Bill Skarsgard, ¡sin pronunciar una sola palabra en toda la película! Sus ojos, sus muecas, sus movimientos... y sobre todo, su sorprendente trabajo físico. Le saca todo el partido al drama y a la comedia aunque tenga tan poca evolución y sea más un avatar que un protagonista. Pero hasta eso tiene sentido con la trama y sin duda es el personaje que todos hubiéramos escogido.
El otro gran atractivo de la película es su repartazo de avatares absolutamente icónicos: todos tienen su pequeña trama, su vestimenta lista hacer cosplay, su arma, su frase de inicio de pelea, su escena de lucimiento... Hasta sus muertes les permiten diferenciarse de los secundarios masa. También querríamos jugar con todos ellos.
Entre todos los secundarios cubren los estereotipos clásicos de personajes de videojuego sin caer en la serie B o el ridículo. Es cierto que ningún actor entraría en la A-list actual, pero quizá por eso se permiten desmelenarse y disfrutar tantísimo. Todos funcionan y todos están muy bien medidos en guion y montaje, pero principalmente destacan la Jessica Rothe ('Feliz día de tu muerte') y Andrew Koji ('Bullet Train').
Hasta la llegada de 'Deadpool y Lobezno', ya tenemos el blockbuster cañero del verano de obligatorio gozo en pantalla grande. Aunque va a estar difícil debido a su limitada distribución y provenir de Alemania aunque tenga rostros hollywoodienses. 'Kill Boy' sería el perfecto videojuego para regalar en fin de curso y quemar estos meses. Como tal, crea un mundo y unas reglas inmediatamente icónicos para disfrutar haciendo replay (no esperéis a que lo pete en plataformas) y esperar la siguiente y más alocada entrega. Si es que eso es todavía posible.