Más allá de las comedias feel-good y las propuestas de prestigio, el cine francés ha encontrado un filón con las películas familiares. Aprovechando que Hollywood parece centrada en que este target se quede en casa, con propuestas pensadas para el streaming, la industria gala combina no solo cine familiar con el de aventuras, sino que introduce un mensaje ecologista y animales como protagonistas. Llega así 'King, mi pequeño rey', que vuelve a recordar la pasión que levanta ese gran felino que es el león.
Partiendo de una idea original de Jean-Baptiste Andrea, quien salta al cine familiar tras estar detrás de 'La gran nada' y 'La confrérie des larmes', 'King, mi pequeño rey' tiene ciertos elementos que recuerdan mucho a las propuestas animalistas de Gilles de Maistre, pues la trama tiene a una cría de león que ha huido cuando se descubrió que era víctima del tráfico ilegal de animales exóticos (algo que evoca a 'El lobo y el león') y el encuentro que tiene el leoncillo con una adolescente que decide llevarlo hasta un refugio de leones en Guinea (imposible no acordarse de 'Mia y el león blanco' en este apartado).
Aunque, por supuesto, su premisa recuerda a los dos exitosos largometrajes mencionados, 'King, mi pequeño rey' tiene esencia propia. La tiene gracias a un ritmo frenético que convierte esta propuesta familiar en todo un thriller de acción, con una huida constante de la pequeña, quien debe evadir a las autoridades, las cuales actúan como villanos, dado que la intención es dormir al animal al representar, supuestamente, una amenaza. Aquí, es Thibault de Montalembert (expero en papeles de canalla gracias a 'Call My Agent') quien tiene la misión de ejercer el papel antagónico, lo hace de manera carismática, dado que es un agente de protección medioambiental que está en contra de la decisión de sus jefes de matar al felino.
Cine familiar de calidad, de esos que se echa en falta en la gran pantalla
Con la introducción de la figura del abuelo, encarnado por el veterano Gérard Darmon, el cual aporta un elemento cómico y que los protagonistas terminan siendo dos hermanos, interpretados correctamente por Lou Lambrecht y Léo Lorléac'h, contrapuestos; 'King, mi pequeño rey' consigue ser un notable divertimento para toda la familia, dinámica y con crítica al tráfico ilegal de animales, lo que, por supuesto, contiene una parte pedagógica para los más pequeños de la casa.
Una vez más, el cine francés muestra su poder para crear poderosas producciones familiares que muestran el vínculo extraordinario entre un niño y un animal. Sí, 'King, mi pequeño rey' sigue la estela de las mentadas 'El lobo y el león' y 'Mia y el león blanco', pero tiene ese afán de superación, con el drama de un niño detrás, que tan bien se vio en 'El secreto de Vicky', 'Zoé y Tempestad' o 'Volando juntos'. Cine familiar de calidad, de esos que congratula ver en la gran pantalla.