Aunque la pandemia del COVID-19 continúa haciendo daño a la industria cinematográfica, el año 2021 ha sido el del regreso de los blockbusters, muchos de ellos previstos para el fatídico 2020. Es el caso de 'The King's Man: La primera misión', precuela de la saga cinematográfica 'Kingsman' basada en los cómics de Mark Millar y Dave Gibbons. En este caso, el coronavirus provocó un retraso más pronunciado de una producción que sufrió los daños colaterales de la absorción de la 20th Century Fox por parte de la Disney.
Producción heredada de un estudio ajeno, 'La primera misión' inicialmente tenía previsto su estreno para noviembre de 2019, lo que implica que sus primeros retrasos son ajenos a la pandemia. Ahora que llega a salas, comienza a entenderse por qué su actual compañía ha optado por lanzarla durante la temporada navideña, en medio de otras producciones que aspiran a un público similar como la exitosa 'Spider-Man: No Way Home', el regreso de la saga 'Matrix' con 'Resurrections' o títulos más familiares como '¡Canta 2!' o de prestigio como 'West Side Story', la cual es también otro proyecto del testamento de la extinta Fox.
Aunque 'Kingsman: El círculo de oro' obtuvo una mayor recaudación que su predecesora en la taquilla internacional, ya esta secuela daba muestras de que la saga comenzaba a sufrir un desgaste, parece que Vaughn no supo tomar nota de los errores que tuvo esta entrega. ¿El motivo? 'La primera misión' ha suprimido buena parte de la esencia de lo que ha caracterizado a la franquicia. Dicho de otro modo, la comedia brilla por su ausencia.
Más allá de ciertas secuencias que podrían considerarse pequeños flashes de brillantez, 'The King's Man' parece una versión desnatada que se abraza al drama y olvida el tono gamberro para estar más en la línea de las producciones históricas. De hecho, cualquier parecido con 'El círculo de oro' o 'Kinsgman: Servicio secreto' es pura coincidencia, ya que Vaughn parece querer crear su propia versión de '1917', solo que con secuencias prestadas de la saga 'James Bond'.
El drama no le sienta bien a la saga 'Kingsman'
De nada sirve el esfuerzo de Ralph Fiennes de dar vida a un antihéroe, especialmente por lo desaprovechado que está el joven Harris Dickinson en la cinta, cuyo papel da la impresión que estaba previsto para un rol con mayor presencia; lo mismo puede decirse de los papeles de Gemma Artenton y Djimon Hounsou. Ni siquiera el carisma de algunos de sus secundarios salvan a la cinta, a pesar de que Rhys Ifans y su Rasputín brillan con una de las mejores escenas del largometraje o ver a Tom Hollander interpretar a tres monarcas distintos.
Tampoco ayuda que su supuesta aspiración antibelicista sea, más bien, un acto bastante cínico. Vaughn se hace trampas al solitario, al querer poner como pacifista a un protagonista, el duque de Oxford, que no tiene reparos en matar tras un suceso dramático. Poro otro lado, el que se sitúe en la Primera Guerra Mundial ha sido una oportunidad fallida para ofrecer un relato cercano histórico más enfocado a la aventura, al estilo 'La momia' o la reciente 'Jungle Cruise'.
'The King's Man: La primera misión' parece haber olvidado a su público, ofreciendo una serie de escenas de acción llenas de fuegos de artificio bastante estériles y que, más allá de la secuencia de Rasputín, no ofrecen nada diferente de lo visto en anteriores entregas de la franquicia o en producciones recientes como 'Mortal Kombat' o 'Snaye Eyes: El origen' y que no encajan con la trama dramática que provoca desconcierto y que termina causando tedio, todo lo opuesto a lo adrenalínico que caracteriza a 'Kinsgman'.
A la espera de saber si 'Kingsman: The Blue Blood' será la remontada que la franquicia necesita, es evidente que el experimento dramático hecho con el spin-off precuela no ha sido efectivo.
Nota: 4
Lo mejor: La escena de Rasputín, en la que sí se ve la esencia 'Kingsman'.
Lo peor: El que una propuesta comercial busque ser intensa. 'The King's Man' parece la versión 'quiero y no puedo' de '1917'.