A veces es difícil entender a la industria del cine, pero lo que rodea al personaje de Kraven es directamente de expediente X. Tras varios intentos fallidos por llevar a la gran pantalla a uno de los principales villanos de Spider-Man, finalmente aterrizó en el Sony Spider-Man Universe con un presupuesto de 110 millones de dólares. Tantas idas y venidas para que, en su semana de promoción previa al estreno, saltara la noticia de que el universo al que pertenece cierra sus puertas por liquidación.
La peor campaña de marketing de la historia ya evidenciaba la fe que tenía Sony Pictures en ella. Viendo la película, el verdadero misterio es saber cómo han dado luz verde a este proyecto. No es por ser cruel, es una duda real. 'Kraven The Hunter' es un triste final para un Sony Spider-Man Universe que nunca debió haberse llevado a cabo. Es una película sin alma, donde ni los actores se creen lo que están haciendo por culpa de un guion plano, a veces hasta irrisorio, y con uno de los peores CGI que se recuerdan.
Como es habitual en el SSU, en 'Kraven the Hunter' estamos ante la historia de orígenes de un villano al que transforman más bien en antihéroe, explicando su razón de ser y justificando sus instintos hasta el punto de querer convertirle en el bueno de la historia.
Bien es cierto que aquí tratan de desligarse un poco de este camino con varias conversaciones en las que intentan dejarnos claro que Kraven no es bueno, pero en líneas generales se repite el patrón de las películas de Sony. Justo en un año en el que hemos visto en 'El Pingüino' que mostrar a un villano como el ser despiadado que es resulta ser la mejor fórmula, el intento de humanizar a Kraven se nos hace más pesado.
Demasiados errores
Hay por tanto un problema de base, pero ojalá este fuera el mayor contratiempo de la cinta. Tras una primera escena donde ya se nota una edición deficiente y un CGI que hace daño a la vista, pero en la que al menos hay una acción entretenida, nos adentramos en el pasado de Kraven cuando solo era Sergei Kravinoff, hijo de Nikolai Kravinoff y hermano de Dmitri.
Es aquí donde empezamos a darnos cuenta de que la película es insalvable, pues en los (demasiados) momentos de valle, donde la acción deja lugar a la reflexión y el diálogo, es simplemente aburrida y tediosa, lo peor que se puede decir de una cinta de acción. Todo parte de un guion que no aporta nada interesante, que no nos ayuda a empatizar ni odiar a nadie. Solo el personaje de Nikolai Kravinoff, interpretado por Russell Crowe, tiene algo más de enjundia y aun así está desaprovechado, como si hubieran querido echar el freno de mano a su maldad.
El resto parecen contagiarse de la apatía del guion. Aaron Taylor-Johnson se salva más por sus escenas de combate que por su interpretación, en la que abusa de su mirada penetrante e intensa marca de la casa, y ni Alessandro Nivola ni Fred Hechinger consiguen impulsar sus roles como Rino ni como Dmitri. Mención aparte merece Ariana DeBose, cuya Calypso está tan mal construida que no hay por dónde cogerla. Desde que obtuviera el Oscar por 'West Side Story', su filmografía ha sido 'Wish: El poder de los deseos', 'I.S.S.', 'La casa de los susurros', 'Argylle' y 'Kraven the Hunter'. Hora de cambiar de mánager...
Si el guion es vacío o directamente un sinsentido, con momentos que aportan nada o evoluciones de personajes sin explicación aparente, la edición es aún más dramática. Desde esos primeros minutos en una prisión rusa, da la sensación de que la película es una sucesión de escenas pegadas una tras otra sin una cohesión mínimamente decente, como aquellos trabajos universitarios en los que cuatro escribían y uno se encargaba de juntar simplemente pegando y copiando lo que le enviaba el resto.
Sabemos que ha habido mucha posproducción, muchos cambios sobre la marcha que retrasaron su estreno, pero es difícil pensar cómo una cinta con tantos cortes evidentes para el espectador medio ha podido pasar los filtros de calidad de cualquier empresa. Aunque claro, si han dado el ok a ese CGI bochornoso, donde los animales lucen menos realistas que en películas de hace tres décadas...
Lo positivo
Hay cosas rescatables en 'Kraven the Hunter' que pueden hacer que la película incluso guste a parte del público. La acción, siempre y cuando se aleja del CGI, tiene puntos de buen nivel, con Aaron Taylor-Johnson demostrando ser un firme candidato para sustituir a Daniel Craig como el Agente 007. Además hay sangre a raudales y alguna que otra muerte a la altura de lo que le pedimos a una película de calificación R.
También juega a su favor el hecho de que sus últimos 15 minutos son, posiblemente, los mejores de toda la cinta, donde se vislumbra por primera vez el potencial que puede tener Kraven y el mundo que le rodea. Esto seguramente se hiciera con la intención de ampliar su historia, pero Sony ha decidido cerrar el SSU de forma abrupta. En conjunto, y más viendo 'Kraven the Hunter', es la mejor idea que han tenido desde que en 2018 se estrenara 'Venom'.
El CGI es de lo peor que se ha visto en tiempo. El guion es insulso y la edición muy deficiente. La película es aburrida.