Se podría hacer la habitual reflexión de que junto a los grandes nombres de Hollywood a uno siempre le rondan unas expectativas igualmente tremendas; o que a dichos cineastas con fama, aplausos y solera a sus espaldas se les piropea todo. Pero en esta ocasión con Ridley Scott no va a ser ni una cosa ni la otra. 'La Casa Gucci' ha generado conversación más por sus estrellas que por su vanagloriado director, que ni con toda la cima hollywoodiense de su parte va a conseguir zafarse de cierto tirón de orejas en este caso.
'Gucci' más que una apuesta firme, es un film sin orden ni concierto que rodea al papelón de su estrella, una exageradísima Lady Gaga, que lo mismo llama al Oscar que al Razzie. Su Patrizia es tan performática y estridente como pide el personaje, ideal para ser encarnado por una artista que en su carrera siempre ha apostado por colorear muy fuera de las líneas. Gaga es un espectáculo innegable en esta película que sufre mucho cuando ella no está presente en escena, a pesar de que el resto del reparto viniese con sus mismas 'garantías'.
Y es que subidos en este intento de camp que se toma demasiado en serio, encontramos también a Adam Driver, Jared Leto, Al Pacino, Jeremy Irons o Salma Hayek aportando al nivel interpretativo y echándole los restos (en la mayoría de los casos).
Este impresionante chorreo de nombres viene a construir la trágica y jugosa historia de la familia Gucci, clan desastroso y azotado por el peso de la avaricia, dentro del que destaca Gaga porque verdaderamente es la única que logra mantener a su Patrizia al margen del ocasional tedio. Una mujer de origen humilde, Patrizia Reggiani, que se casa con Maurizio (Driver), heredero de la familia Gucci, dando rienda suelta a su ambición desenfrenada y desencadenando una temeraria espiral de traición, decadencia, venganza y, en última instancia, asesinato.
El formato biopic se presenta en este caso como un lastre, como una estructura que convierte las ya largas dos horas y media que dura el film, en algún que otro bostezo. Nada en cuestión de narrativa y desarrollo de la trama aporta un poco de ritmo y vida al viaje, que además está diseñado desde un concepto muy poco pulido. 'La Casa Gucci' quiere ser una propuesta de carrera de premios, alejada de lo grotesco, extremo y hortera que lleva en su esencia, todo esto cuando de base tiene la historia de una llamativa familia italiana que estuvo rodeada de escándalos en una época bien contundente (y, por qué no, hortera) para el mundo de la moda.
Una pena que 'Gucci' no preste algo más de atención a su diseño de producción, que termina abrazando cierto enfoque lineal para un argumento que pasa de los 70 a los 80 y 90, sin detenerse a mostrar las particularidades de cada una de estas décadas. Todo transmite una sensación de falta de movimiento a la que, de nuevo, solo escapa Gaga.
Patrizia tiene un arco bien marcado desde todos los puntos de vista, también el estético, por lo que termina llamando la atención como uno de los pocos personajes que está perfilado de una manera menos borrosa. Esta intérprete, de cara a la promoción, ha querido reiterar que pasó 9 meses perfeccionando su acento italiano porque no quería hacer de Patrizia una caricatura, quería "honrar a los italianos", y de su compromiso, es verdad, trasciende ese objetivo.
Pero la pobre luego tiene enfrente a Leto, que es, tal cual, una caricatura. El Paolo de Leto, que sobre el papel suena todo lo potente que uno querría para una apuesta de este estilo y cuenta con una caracterización muy notable, no termina de cuajar porque simplemente no es capaz de hacerse con un tono que de dramático pasa a ridículo y luego tiene que volver. La presencia de esta habilidad en Gaga, por supuesto, da para un lustroso recorrido de cara a dicha temporada de galardones, más porque gana a la comparativa, que de verdad es triste en el caso de Leto y pelin desdeñable en el de Driver.
El coprotagonista masculino de esta cinta tiene alguna que otra escena pintona, pero todas son con Gaga de la mano. De hecho en el punto álgido de la felicidad de esta pareja Gucci, hay un momento bien calentito que promete todo lo que el film no acaba de ser: un biopic muy sexy que se desborda en el escándalo de esta famosa casa de diseño. Es curioso que el dinamismo de la cinta vaya acorde precisamente a esos puntos de inflexión en la vida de esta legendaria familia. En la mencionada escena sexual todo está en la cumbre y luego... La cosa se complica. El enamoramiento se desvanece y los pasos hacía el desastre son perezosos, especialmente en el caso de un Scott decidido a marcarse todo el recorrido con el piloto automático puesto.
Claro, unos mínimos tenemos. Scott no es nuevo en este charco en el que lleva pegándose chapuzones con tirabuzón desde aquellas propuestas para la historia como 'Blade Runner' o 'Gladiator', pero aquí, para que nos entendamos, tocaba tirarse de bomba mojando al personal y perdiendo la braga del bikini... y Scott va y se mete por la escalerilla como si le diese alergia el agua.
También ganan los veteranos
El trabajo de Gaga esta a otro nivel. Ella simplemente ha entendido que Patrizia tenía que ser demasiado, una exageración tremenda y hortera, potentísima. Y luego a su alrededor giran el resto de intérpretes que, aunque cumplan, no parece que hayan entendido los deberes como ella. Al Pacino lo hace muy bien. Pero claro, lo hace muy bien rollo 'El Padrino', que es un poco la intención de Scott para una historia que termina siendo otra cosa... porque es otra cosa. Debajo de ese drama con chicha estaba una potencialidad para la ironía, lo arrabalero y vulgar, que en Gaga palpita pero en el resto ni se refleja.
Jeremy Irons trabaja muy en la línea de Pacino, los dos en una película distinta a la que plantea Gaga, mientras Driver capea el temporal como puede (con la misma dificultad que posa para promocionar la película), y Leto va completamente a lo suyo con una actuación como para preguntar a los italianos, a ver que opinan. ¿A ellos les gustará Gaga?
Nota: 6
Lo mejor: Lady Gaga. Exagerada como en su vida.
Lo peor: Leto. Tremendo. Su caracterización muy bien, pero el resto...