Desde la polémica que vivió previo a su estreno inicial, Universal tenía previsto estrenarla el 27 de septiembre en Estados Unidos, 'La caza' (2020) ha causado expectación alrededor de una trama que, aunque ya ha podido verse en películas como 'Blanco humano' (1993) o, incluso, con títulos más patrios como 'Tesis' (1996), llama mucho la atención. No obstante, eso solo es la cobertura del filme, tercer largometraje dirigido por Craig Zobel y que escriben Nick Cuse y Damon Lindelof, ambos guionistas de 'The Leftovers' (2014 - 2017) y 'Watchmen' (2019) y el último, además, creador de 'Perdidos' (2004 - 2010).
Con semejantes créditos, 'La caza', pese a su premisa inicial, tiene más de 'Battle Royale' (2000) o de 'Diez Negritos' (1939) de Agatha Christie que de 'Blanco humano'. Y se acerca más a la cinta de culto de Kinji Fukasaku debido a que, bajo la apariencia de thriller de terror gore y sátira social, acaba siendo una alegoría sobre el comportamiento humano, desde la perspectiva más salvaje y los instintos más básicos, añadiéndole ciertas temáticas muy actuales. Sin duda, una apuesta arriesgada de parte de su productora, Blumhouse, especialmente porque el libreto de Cuse y Lindelof pone en aprietos a su público objetivo, al salirse de lo establecido y ser políticamente incorrecto, algo muy arriesgado para los tiempos actuales.
El ritmo frenético funciona desde el inicio, que tiene un prólogo espeluznante, que prepara al público para una auténtica batalla campal. Los jugadores, 12 individuos a los que no se les tiene piedad, son el blanco de un grupo de morbosos asesinos. Pero Cuse y Lindelof retuercen ese planteamiento con el dilema de qué pasa cuando las víctimas son aquellas personas que fomentan discursos de odio en la sociedad (los "deplorables") y los victimarios son aquellos que buscan el progreso, luchan contra el cambio climático, de carácter animalista y en defensa constante de las minorías de diversa índole.
Espléndida alegoría social
Planteamiento complicado, que Cuse y Lindelof afrontan con exquisitez, al mostrar el lado más absurdo de cazadores y cazados, en el que aprovechan para dejar en evidencia a la cultura de la cancelación, de cómo esta muestra el rostro despiadado y arrogante de aquellos que de haberse creído superiores moralmente han acabado convirtiéndose en lo que desprecian. Ahí entra en juego el papel de las dos protagonistas de la cinta, Betty Gilpin y Hilary Swank. Las dos entran en escena tarde, puesto que ambas representan las contradicciones y puntos grises de un juego de extremos. Ambas representan dos caras de una misma moneda, aunque en esta alegoría social, es Gilpin quien sobresale, al tener un personaje ambiguo, cuyo único objetivo es sobrevivir.
Quizás ahí reside el otro gran punto arriesgado del filme, al final, en lo más básico, el juego de la vida es una lucha individual, en la que las ideas o los compromisos sociales acaban convertidos en banales florituras. Con referencias a la 'Rebelión en la granja' (1945) de Orwell -magnífica metáfora cómo los ideales acaban pervertidos y corrompidos- y al cuento popular de 'La liebre y la tortuga', 'La caza' termina siendo una de las apuestas comerciales más atrevidas que ha traído Hollywood y también una de las más certeras en su tiro de gracia.
Nota: 8
Lo mejor: El retrato extremo sobre la cultura de la cancelación, entremezclado con elementos distópicos.
Lo peor: Que estuviera a punto de ir directa al VOD. Una película así debe verse en la gran pantalla.