Siguiendo la estela de los éxitos que la novela negra ha ido dándonos tras el boom que supuso el fenómeno de la literatura policiaca nórdica, en 2015 Donato Carrisi publicaba su sexta novela, 'La chica en la niebla', un cruce entre neo noir y thriller que transportaba al lector hasta Avechot, una localidad perdida en la inmensidad de los Alpes italianos, donde la apacible vida de los habitantes del lugar se veía sacudida a raíz de la desaparición de una joven de dieciséis años, Anna Lou.
Como si de su propia Laura Palmer se tratase, Carrisi utilizaba la desaparición de la muchacha como punto de partida para desenmarañar una trama de misterio y falsas apariencias que venía a ligar con el antiguo caso de un asesino en serie. Con tal base argumental y teniendo como enclave para desarrollar la trama un lugar que bien podría equipararse al de los presentados en los thrillers venidos desde Suecia, era más que evidente que la adaptación al largometraje llegase de un momento a otro. Y así ha sido lo que ha pasado con 'La chica en la niebla', superando las expectativas que de ella podían tenerse.
El propio Carrisi debuta como director para adaptar su propia obra, la cual también guioniza. Ahí es donde radica uno de los principales aspectos negativos de este thriller psicológico: el autor se empeña en regocijarse en su propia obra para contarnos todo lo que considera esencial para la construcción del suspense. Sin embargo, y sin olvidar que estamos ante un debut y que el realizador parece no tener muy controlado el lenguaje cinematográfico, este sabe aguantar en todo momento una trama de dos horas de duración en las que los principales aspectos a destacar serán los enrevesados giros de guion.
Toni Servillo 'La gran belleza') es el responsable de interpretar al Inspector Vogel, cuyas investigaciones siempre van asociadas a un revuelo mediático, el cual utilizará Carrisi para hacer su propia crítica a los medios de comunicación y a la forma en la que la sociedad actual afronta las noticias relacionadas con los sucesos.
Como si de un retrato de la crónica negra italiana se tratase (por extensión mediterránea, podríamos estar hablando de un caso español) y la pertinente puesta en evidencia de un periodismo con tendencia al sensacionalismo, 'La chica en la niebla' vendría a ser un cruce perfecto entre el thriller yankee con sello de David Fincher, y el europeo en la línea de 'Los ríos de color púrpura', aquel título francés del año 2000 dirigido por Mathieu Kassovitz y que protagonizaron Vincent Cassel y Jean Reno, quien se convierte en uno de los protagonistas de la ópera prima de Carrisi, el Dr. Flores.
Tal y como ya se ha hecho mención, el querer insuflar de vida a la película con todo aquello que estaba presente en la novela, hace que 'La chica en la niebla' se convierta en un arma de doble filo, tanto para los amantes del thriller como para los que no, pues la constante sospecha y los giros argumentales pueden acabar agotando la paciencia de los más pacientes, del mismo modo en el que pueden acabar siendo tachados de incongruentes, tan solo por el mero hecho de ser un mero cliché del que Carrisi no quiere desenmarañarse.
Sin embargo, el realizador bien puede posicionarse como cineasta en ciernes, cuyo universo interior podría seguir explotando tan solo si es capaz de despojarse de todo el lenguaje literario del que se niega a deshacerse en su correcto debut, el cual funciona además como claro ejemplo de que el thriller no es patrimonio único de los Estados Unidos.
Nota: 6
Lo mejor: La tosca y fría ambientación, al servicio de una historia que consigue atrapar cual tela de araña.
Lo peor: Lo excesivo de su metraje y los giros de guion pueden convertir la experiencia en algo agotador.
