La industria cinematográfica francesa ha sabido encontrar un punto intermedio entre el cine de autor y los taquillazos comerciales gracias a películas feel-good que se convierten en una zona de encuentro para el público más habituado a propuestas independientes y a aquellos que solo van a ver títulos palomiteros. Después de dos comedias, el director Ludovic Bernard se enfrenta a su primer drama con 'La clase de piano', en la que el joven Jules Benchetrit viene muy bien acompañado por dos grandes del cine europeo: Lambert Wilson y Kristin Scott Thomas.
Un día Pierre Geitner, director del Conservatorio Nacional de Música de París, descubre tocando en un piano urbano a Mathieu Malinski. Su pasión y su talento le deslumbran. Sin embargo, el joven, de familia con bajos recursos y que vive en los suburbios de París, rehúye la ayuda que le quiere prestar Pierre. El hurto en una casa provoca que Mathieu le pida ayuda a Pierre. El director accede y el joven podrá realizar sus servicios sociales en el Conservatorio, pero a cambio Pierre quiere que Mathieu practique en el piano. El joven Malinski descubrirá un mundo que pensaba que no era para él, el de la música.
Concierto rodeado de grandes actores
Primero toca aplaudir a Ludovic Bernard, que coescribe el guion junto con Johanne Bernard, a la hora de elegir al reparto. Sin duda, unos actores de lujo. Desde los veteranos Lambert Wilson y Kristin Scott Thomas, a los que no hace falta hacerles presentación, a los jóvenes Jules Benchetrit y Karidja Touré, dos talentos que prometen ser de una nueva generación que ya viene pisando fuerte.
Benchetrit, hijo del actor Samuel Benchetrit y la fallecida actriz Marie Trintignant, hija de la leyenda del cine Jean-Louis Trintignant, sabe despertar rebeldía, inocencia y vehemencia con su interpretación. El joven actor, que ya destacó en 'La comunidad de los corazones rotos', aprendió a tocar realmente el piano, dando una interpretación tremendamente entregada. A su lado, Karidja Touré, la actriz que ya deslumbró con la estupenda 'Girlhood'. Touré sigue transmitiendo frescura en sus actuaciones y ya va siendo hora que vuelva a tener otro papel protagonista.
Estupenda propuesta feel-good
Con cierta inspiración en la figura del Pigmalión, aunque en clave paterno-filial, 'La clase de piano' es muy honesta en su mensaje de optimismo y en su afán de superación y ruptura de barreras. La relación entre mentor y pupilo es magnética, a ello ayuda a que Bernard no carga mucho las tintas y hace que sea, ante todo, un filme elegante y didáctico, más que un melodrama sentimental.
Precisamente su honestidad hace que 'La clase de piano' sea una propuesta notable, que logrará convencer a su público y que tiene a un reparto al que siempre se agradece ver en escena. Llena de sentimiento y pasión por la música, fascinantes son los momentos en los que se escucha a Bach o Rajmáninov. Una interesante propuesta que va a caballo entre 'El indomable Will Hunting' y 'De latir, mi corazón se ha parado'.
Nota: 8
Lo mejor: Sus entregados actores protagonistas.
Lo peor: Despreciarla por su carácter feel-good.