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CIERRE PERFECTO

'La guerra del planeta de los simios': El hombre ha caído, larga vida al mono

Matt Reeves firma un cierre de trilogía que merece todos los elogios del mundo (y más de un premio).

Por Pedro J. García Más 26 de Junio 2017 | 15:00
Redactor y crítico pop. Me apasiona la animación y veo series por encima de mis posibilidades.

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Son ya incontables los remakes y reboots que Hollywood ha desarrollado en los últimos años. La fiebre de la nostalgia y la reinvención moderna de los clásicos ha creado una burbuja que está a punto de estallar (si no lo ha hecho ya). Afortunadamente, del mar de reboots en el que nos estamos ahogando destacan unos cuantos que nos obligan a no rechazar por defecto cualquier intento de traer una franquicia pasada al presente, porque de vez en cuando puede sorprendernos para bien. Es el caso de 'El planeta de los simios'.

En 2011, Rupert Wyatt dirigía 'El origen del planeta de los simios', nueva entrega de la saga que, en lugar de rehacer la historia del clásico de 1968 protagonizado por Charlton Heston, se concebía como precuela, la primera en una serie de nuevas películas dedicadas a mostrarnos cómo nuestro planeta acabó en manos de los simios evolucionados que conocimos en el film original. Wyatt cedía el testigo a Matt Reeves ('Monstruoso'), que tomaba las riendas de la saga para añadirle grandes dosis de épica y tragedia con su excelente secuela, 'El amanecer del planeta de los simios', haciendo que el espectador se olvidase ya por completo de aquella abominación perpetrada por Tim Burton en 2001.

César, líder

Tres años después del levantamiento de los simios tiene lugar la gran guerra que decidirá definitivamente el futuro del planeta, y en manos de quién acabará el destino de la humanidad. En 'La guerra del planeta de los simios', tercer capítulo de la etapa moderna de la saga y cierre a la nueva trilogía de los simios, Reeves continúa la visión que introdujo en 'El amanecer...' llevando la historia hacia terrenos aún más oscuros y subiendo una vez más el listón técnico de la saga, con los efectos digitales más impresionantes que hemos visto en mucho tiempo en una pantalla de cine. 'La guerra del planeta de los simios' corona una franquicia que no goza de tanta repercusión masiva como otras sagas y universos compartidos, pero que ha conseguido algo mejor: elevar el blockbuster a la categoría del mejor cine.

Origen. Amanecer. Guerra.

'La guerra del planeta de los simios' retoma la historia poco tiempo después de los acontecimientos de 'El amanecer...'. Han pasado catorce años desde que un experimento científico que salió mal dio lugar al origen de una especie de simios inteligentes que mostraban síntomas de evolución a un ritmo vertiginoso. A medida que los simios se parecían cada vez más a los humanos, estos vivían el proceso inverso. Con el experimento nacía la gripe simia, un virus que llevó a la humanidad al borde de la extinción.

La enfermedad acababa con la vida de millones de personas, provocando que los humanos devolucionasen a un estado primitivo en el que perdían la capacidad del habla. Mientras, en los bosques de San Francisco, la civilización simia prosperaba alejada del contacto humano, hasta que un grupo de supervivientes la descubrió e intentó desplazar a sus habitantes para ocuparla. Los colonos y los simios lucharon por coexistir, pero la violencia no tardó en estallar, empujando al líder de los simios, César (Andy Serkis), a un enfrentamiento inevitable contra sus opresores, los humanos, que desembocaría en consecuencias funestas para su propia comunidad.

La familia de César

Llegamos así al punto de ebullición del conflicto humanos contra simios. En 'La guerra del planeta de los simios', las tensiones entre ambas especies han crecido hasta hacer imposible la convivencia y César se ha escondido junto a su pueblo en lo profundo del bosque, donde vive atormentado por los actos violentos que se vio obligado a cometer poco tiempo atrás. Los hombres no están dispuestos a dejar vivir a los simios en armonía y forman una división de combate para destruirlos de una vez por todas. Liderados por el temible coronel J. Wesley McCullough (Woody Harrelson), un grupo de soldados renegados efectúan un ataque despiadado contra los simios, que empuja a César a abandonarse a la violencia para defender a su pueblo de los humanos y liderar a los simios hacia la libertad.

César, protagonista absoluto

La nueva trilogía de 'El planeta de los simios' ha tenido un claro protagonista, César. Conocimos al chimpancé cuando era solo una cría en 'El origen...' y lo vimos evolucionar en 'El amanecer...' hasta alzarse como un líder reflexivo y moral, cada vez más erguido y parecido a los humanos, cuya lengua ha aprendido y perfeccionado con el tiempo. Ahora, en el tercer capítulo de la historia confirmamos que César ha sido siempre la columna vertebral de la historia, el punto de vista a través del cual se ha narrado el conflicto de estas películas.

'La guerra del planeta de los simios' no es solo el relato antibélico de una contienda cruel y decisiva para el mundo, sino también la historia de un conflicto que se desarrolla por dentro, en lo más profundo de la conciencia de César, un patriarca noble y pacífico que lucha consigo mismo y con sus principios para defender a su familia, viéndose obligado a abandonar sus creencias para enfrentarse a una situación sin fácil solución.

César y el pequeño Cornelius

Andy Serkis, que se encuentra detrás del personaje realizado mediante la puntera técnica de la captura de movimiento, lleva a cabo una interpretación soberbia, llena de matices y profundidad psicológica, de la que Reeves se vale para que la enorme escala de la película se corresponda en grandeza y trascendencia con la apasionante trayectoria emocional del protagonista. Es fácil pasar por alto la encomiable labor de Serkis, ya que a quien vemos en pantalla es a la alucinante creación de Weta Digital, pero que no se nos olvide que detrás de César está Serkis, y salta a la vista que el actor se ha dejado la piel y el corazón dando vida al personaje.

De esta manera, 'La guerra del planeta de los simios' no es solo una épica película de guerra o un intensísimo espectáculo de acción y ciencia ficción, también es una tragedia al más puro estilo de Shakespeare con especial énfasis en los personajes y sus vínculos emocionales, una historia que sitúa en su núcleo a un grupo de animales para hacernos reflexionar sobre lo que nos hace humanos, aunque esto conlleve hacernos perder la fe en nuestra especie.

Cine bélico, western, y un toque de humor

'La guerra del planeta de los simios' es sin lugar a dudas la entrega más ambiciosa y espectacular de la saga. Reeves ha querido verter en ella un buen número de influencias que saltan a la vista al contemplar el resultado final de su laborioso trabajo detrás de las cámaras. En 'La guerra...' hay elementos del cine de Akira Kurosawa, parte de western (César a caballo es tan Clint Eastwood), road movie, historia bíblica de migración y por supuesto, cine bélico (no falta el homenaje a 'Apocalypse Now'). Pero también se puede comparar con recientes secuelas como 'Mad Max: Furia en la carretera' y 'Logan', por su apartado estético y su acertada manera de fusionar acción, violencia y emoción a flor de piel.

La presencia de Woody Harrelson como el coronel conduce la historia hacia la parábola sobre la Segunda Guerra Mundial. Su personaje, un villano desalmado e implacable, está claramente inspirado en las mayores figuras totalitarias de nuestra historia. El coronel es un dictador que cree a pies juntillas en el dicho "el fin justifica los medios", que está obsesionado con construir un muro para separar a los humanos de los simios (no creo que sea necesario explicar a qué líder político del presente alude esto, aunque el guionista y director lo niegue) y está dispuesto a cometer las mayores atrocidades escudándose en su misión autoimpuesta de salvar a la humanidad. Aunque esto suponga esclavizar, torturar y tratar de borrar de la faz de la Tierra a una especie entera.

El despiadado coronel McCullough

Harrelson no logra situarse a la altura de Serkis en cuanto a interpretación y profundidad psicológica, pero ofrece un contrapunto interesante para César a nivel narrativo. Su personaje es el que nos hace odiar a la humanidad, el que nos enseña hasta dónde es capaz de llegar el hombre cuando está embriagado de poder y odio hacia el otro, cuando la venganza es el único motor que lo mueve, y por esta razón, el que funciona como espejo para César, que ve en él el monstruo en el que se podría convertir. El coronel es el responsable de algunos de los pasajes más impactantes y duros del film, concretamente los que tienen lugar en el campo de concentración en el que los humanos tienen hacinados a los simios, sección de la película que se construye como una sorprendente fusión entre 'La lista de Schindler' y 'La gran evasión'.

Afortunadamente, la película ofrece un rayo de luz y esperanza para el futuro de la humanidad, simbolizada por la entrañable amistad entre Nova (Amiah Miller), una niña afectada por la gripe simia, y el grupo de César, que la acoge bajo su seno para protegerla. Y además de la niña, contamos con la incorporación de un nuevo chimpancé evolucionado, Bad Ape (Steve Zahn), que ha vivido alejado de los simios de César, sufriendo experimentos por parte de los humanos. Zahn ejerce como alivio cómico, con un personaje profundamente tierno y divertido que, lejos de desentonar en el conjunto, aporta las notas de optimismo necesarias, además de unas cuantas risas inesperadas que hacen de la película una obra incluso más completa.

Un broche de oro a la trilogía

'La guerra del planeta de los simios' llega en la temporada estival, cuando la cartelera se llena de propuestas desenfadas, ruidosas y películas palomiteras para toda la familia. En un panorama donde, por definición, se baja el listón de las películas, Matt Reeves lo eleva hasta cotas insospechadas. No solo estamos ante uno de los blockbusters mejor realizados y más apasionantes del verano, sino también ante una de las mejores películas del año.

Si la anterior entrega ya suponía un salto considerable en lo que respecta a los efectos digitales, esta nos hace preguntarnos qué será lo siguiente en el campo de la animación por ordenador. El perfeccionamiento en la técnica del motion capture abre todo un mundo de posibilidades, de las que Reeves ha sabido sacar provecho para componer una exhibición de cine sin igual en la que todo está perfectamente sincronizado. Desde las explosivas secuencias de acción hasta su impecable trabajo de cámara (hay muchos planos para enmarcar), sin olvidar la hermosa fotografía de Michael Seresin y la banda sonora del incombustible Michael Giacchino, un espléndido score con el que el compositor articula los estados de ánimo de la historia con un estilo diverso y estimulante, a la vez que marca el compás narrativo de manera magistral.

Maurice y Nova

Pero lo más llamativo de 'La guerra del planeta de los simios' es cómo halla el equilibrio entre la violencia más contundente, la acción más brutal y esos momentos de belleza poética y profundidad psicológica que llevan la saga a otro nivel. Reeves ha orquestado una auténtica sinfonía cinematográfica, una película visceral, desgarradora, a ratos terrorífica, pero que también conmueve, hace reflexionar y tiene un corazón que late muy fuerte. En definitiva, un clásico en potencia.

Puede que con ella se haya acabado la guerra que supone el germen del universo que conocimos en la película de los 60, pero su historia aún está lejos de alcanzar los acontecimientos de esta. Por eso, y aunque 'La guerra del planeta de los simios' constituya un cierre perfecto, solo queda esperar que algún día sigan contándonos cómo era el mundo antes de que los humanos lo condenásemos.

Lo mejor: El acabado visual, los efectos digitales, la emoción que recorre toda la película, la sobrecogedora interpretación de Andy Serkis, el humor que aporta Bad Ape, la memorable (y oscarizable) banda sonora de Giacchino... ¡Todo!

Lo peor: Una interpretación más bien caricaturesca por parte de Woody Harrelson.

Nota: 9

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