Después de más de 30 años haciendo películas, aún es posible enfrentarse a nuevos retos. Pedro Almodóvar lo ha hecho con su primer largometraje en inglés tras probar con dos cortos en la lengua de Shakespeare: 'La voz humana' y 'Extraña forma de vida'. En principio iba a ser 'Manual para mujeres de la limpieza', adaptación de la recopilación de relatos cortos homónima de la escritora estadounidense Lucia Berlin, con Cate Blanchett como protagonista. Pero tras abandonar el proyecto, el manchego da el salto definitivamente con 'La habitación de al lado'.
Estrenada en el Festival de Venecia, donde se llevó el León de Oro, y tras su paso por el Festival de San Sebastián, donde Almodóvar recibió el Premio Donostia, galardón honorífico en reconocimiento de su extraordinaria aportación al mundo del cine, ya no es un secreto que 'La habitación de al lado' aborda el debate sobre la muerte digna poniendo el foco en el acompañamiento en estos últimos momentos.
Lo hace a través de la historia de Martha, una periodista que ha ejercido como como corresponsal de guerra que se enfrenta a un agresivo cáncer el cual no remite a pesar de haberse sometido a todos los tratamientos. En este contexto se reencuentra con una antigua amiga, la novelista Ingrid, que se convertirá en su principal apoyo y acompañante tomada la decisión de poner fin a su vida.
Efectiva austeridad
Almodóvar, con una carrera tan extensa a sus espaldas, ha atravesado por numerosas etapas que se han visto reflejadas en su cine. Tras la alocada comedia 'Los amantes pasajeros', que no contó con el respaldo de la crítica, el cineasta puso un punto y a parte para adoptar un tono más introspectivo y sobrio. Una fase que inició con 'Julieta' y que ha mantenido en 'Dolor y gloria', 'Madres paralelas' y ahora con 'La habitación de al lado', su película más contenida.
Pese a tratarse de un tema con el que cabría recrearse en el melodrama trufando la cinta de sensiblería y momentos lacrimógenos, el director y guionista opta por la austeridad, casi frialdad, con la que consigue que una reflexión sosegada y madura sobre la libertad de una persona enferma para elegir el momento en el que marchar. Logra un perfecto equilibrio entre el dolor y la aceptación humanizando estas emociones como parte del proceso en el que ensalza especialmente el papel del acompañamiento.
El hilo conductor de 'La habitación de al lado' es la amistad y el compromiso de este vínculo a través de sus protagonistas. Tilda Swinton hace un trabajo sobresaliente siendo capaz de crear hasta cierto misticismo en torno a su Martha, tanto en los retazos que nos muestran de su vida pasada como del viaje más importante de su vida hacia su propio adiós. Pero es a través de los ojos de Ingrid desde donde somos testigos de todo el recorrido. Unos ojos, los de una soberbia Julianne Moore, capaces de transmitir cada emoción cuando el guion no pone palabras en su boca. Es imposible no emocionarse a su lado haciendo tuyo el camino hacia la despedida.
Otros asuntos de menor calado abren pequeñas ventanas a lo largo de los 110 minutos de metraje. Temas como las consecuencias psicológicas de la guerra o el negacionismo del cambio climático sirven de accesorio de los contextos de las protagonistas. Una de estas historias secundarias presenta brevemente la de un fotógrafo de guerra y un misionero carmelita, a los que ponen rostro Juan Diego Botto y Raúl Arévalo, que bien se merecería un film del de Calzada de Calatrava.
Vicios e identidad
Si al principio mencionábamos los años de carrera de Almodóvar, también tenemos que aceptar que sus vicios ya forman parte de él para bien y para mal. 'La habitación de al lado' peca de diálogos demasiado poéticas sacrificando cierta naturalidad. Mejor funciona su característico estilo que hace reconocibles todas y cada una de sus películas. A través de recursos narrativos y formales así como del uso de colores vívidos para captar tu atención o elevar a personajes en determinados momentos consigue imprimir su sello más personal.
Imposible no destacar el trabajo de Alberto Iglesias, en quien Almodóvar vuelve a confiar como compositor de la banda sonora. Poco se puede decir de él que no haya demostrado ya. En 'La habitación de al lado' vuelve a demostrar su maestría como acompañamiento sonoro del relato. Un relato que, hay que mencionar, tarda en arranca, pues se toma su tiempo para entrar en materia, por lo que hará falta un poco de paciencia para llegar al corazón de la cinta.
Con todo, 'La habitación de al lado' supone un certero ejercicio de contención que, sin ser perfecto, invita a la reflexión de una manera pausada y alejada de estridencias. Una brillante entrada de Pedro Almodóvar en el cine de habla inglesa que corona a dos nuevas 'mujeres Almodóvar' que dejan huella: Tilda Swinton y Julianne Moore.
'La habitación de al lado' se estrena en cines el 18 de octubre.