"Los hombres que pagan por sexo tienen miedo de las mujeres". Con esta máxima vendía Emma Becker su novela titulada 'La maison' y publicada en 2019. La escritura francesa, que mezcla ficción con autobiografía, narra sus peripecias sexuales basadas en los dos años que pasó en Berlín ejerciendo la prostitución. Ansiosa por encontrar un tema para su nuevo libro y con la eterna duda de qué llevaría a una mujer (y sentiría con ello) a "alquilar su cuerpo", Becker construyó un auténtico bombazo literario que ha sido llevado al cine con 'La maison', dirigida por la joven cineasta Anissa Bonnefont, también francesa.
Bonnefont, que hasta el momento había dirigido dos documentales ('Wonder Boy', sobre Olivier Rousteing, el diseñador de moda de Balmain, y 'Nadia', sobre la estrella de fútbol danesa de origen afgano, Nadia Nadim), se lanza a adaptar la ácida novela de Becker, con la que trabajó mano a mano. ""Sentí el impulso de comprometerme plena y completamente, sin vacilar. Aunque no fue hasta muy tarde cuando me di cuenta de lo que esto significaba. Anissa y yo teníamos una relación especial y trabajamos juntas durante seis meses en la preparación de la película y el personaje", declaró la escritora.
En la piel de Emma (mismo nombre que la autora del libro) se encuentra Ana Girardot, arropada por un talentoso elenco de actores y actrices que se erige como lo mejor de la película, a saber, Aure Atika, Yannick Renier, Philippe Rebbot, Gina Jimenez, Nikita Bellucci o la española Rossy de Palma. Siguiendo la trama de la novela, Emma ingresará en un burdel para sentir todas esas emociones que la lleven a escribir el libro.
Lo sientes en tus carnes
Junto al trabajo actoral, la mayor virtud de 'La maison' es lo tremendamente inmersiva que se torna a medida que Emma se adentra en ese mundo. Con un juego de luces cálido y una ambientación a medio camino entre acogedora y turbadora, 'La Maison' permite al espectador vivir en sus propias carnes la problemática del asunto. Esa fisicidad que se desprende a través de sus planos le otorga un valor sensorial tangible, casi palpable, a la película que le viene como anillo al dedo.
Sin embargo, no lo tenía fácil, por lo controvertido de la prostitución. La película salva un tema tan moralmente delicado, que podría haber descarriado con mucha facilidad, pasando de la violencia implícita a la sororidad. Emma comienza en un burdel belicoso, con un trato vejatorio por parte de los clientes, y frío por parte de la propia empresa. Tras mudarse a otro burdel, Emma encuentra en él la complicidad de quien está en su situación y pretende seguir hacia delante.
La cinta coquetea se posiciona a favor de la prostitución presentando como recurso el hecho de que una mujer empoderada y libre pueda ejercer un trabajo que le permita ganar hata 4.000 euros al mes. Incluso el personaje de Rossy de Palma menciona lo bien que le viene este trabajo para poder compaginarlo con pasar tiempo con su hijo. Sin mojarse del todo a nivel político, 'La Maison' se inclina más por un relato humanista que tira más por lo social.
En definitiva, la película de Bonnefont sugiere (a pesar de que también muestra) y provoca sin llegar a límites pornográficos, resultando una película sensual en lo práctico y algo tibio en lo políticamente ético. Se trata de un ensalzamiento de las prostitutas invisibilizadas provenientes de la pluma de una Emma Becker que lleva al extremo aquello de "escritor de método", ya que se mete al barro para sentir aquello que desea comunicar. Y la adaptación toma buena cuenta de ello conformando una estupenda experiencia para los sentidos a la que le falta algo de punch dramático.
Lo mejor: El trabajo de las actrices y la experiencia sensorial que desprenden sus escenas eróticas.
Lo peor: Que se quede en la superficie y no se moje a nivel político.