Muchos actores a lo largo de su carrera, se centra en un tipo de papel. Otros tantos, sin embargo, buscan romper el molde constantemente con interpretaciones camaleónicas. Liam Neeson es de los pocos que puede presumir de ser ambas cosas. Reconocido por innumerables roles de ficción histórica, drama, comedia romántica, ciencia ficción y hasta superhéroes, el ganador del Oscar es a su vez uno de los grandes actores de thriller de acción de las últimas décadas. Ahora, a sus 70 años, el británico vuelve al ruedo con 'La memoria de un asesino', una intensa película dirigida por Martin Campbell ('Casino Royale') que ya puede verse en cines.
La cinta sigue los pasos de Alex Lewis, un veterano sicario contratado para un último trabajo: asesinar a una niña que puede poner en peligro la reputación de una gran entidad internacional. Su moral le obliga no solo a negarse a tal cometido, sino que actuará como justiciero para pararles los pies a todos los implicados en dicha escabrosa trama de corrupción y prostitución de menores. Pero hay dos problemas. El primero es que la policía no es precisamente partidaria de sus métodos extremos por lo que, aunque tienen el mismo objetivo, tratarán de detenerlo. El segundo es aún más grave. La edad de Lewis ya es considerable y, aunque sigue teniendo unas habilidades físicas excepcionales, su mente empieza a fallar porque desarrolla Alzheimer. Los episodios cada vez serán más fuertes, poniendo en riesgo toda su misión.
Sello Campbell
La premisa de 'La memoria de un asesino' parte en realidad de una cinta belga estrenada en 2003 con la que comparte título, y que a su vez se basa en la novela 'De Zaak Alzheimer' del escritor Jef Geeraerts. En la película europea, el director Erik Van Looy le imprimió un tono dramático muy denso y estilizado a la historia del sicario. Pero Martin Campbell ha preferido distanciarse de todo ello. Es cierto que los pilares narrativos básicos son los mismos, alabados por el propio cineasta al considerarlos "muy bien construidos". Pero la licencia creativa le ha permitido remodelar determinados aspectos a su antojo.
El primero y más obvio se encuentra en el personaje de la gran villana, Davana Sealman, la CEO del fondo de inversión desde donde se teje toda la red criminal. En la cinta original el personaje era un hombre, pero el cambio por Monica Bellucci funciona de perlas. Sealman es una mujer enigmática, astuta y manipuladora, una clásica villana del género. Otro gran cambio con el que juega Campbell es el final de la propia película, que no desvelaremos pero que no tiene nada que ver con el de 2003, guardando así la sorpresa para el espectador. Por último, a su vez, se aprecia notablemente el esfuerzo por transformar los registros para reconvertir la película en un thriller con mucha más acción.
Una de acción sin nada especial
Sin embargo, este virtuosismo y facilidad del director por llevar 'La memoria de un asesino' a un terreno conocido para él arrastra una contraparte negativa evidente. Las secuencias de acción son, como mínimo, correctas, por supuesto. Muy disfrutables y en ocasiones verdaderamente trepidantes. Pero la propia trama de la película queda mucho más diluida y ensombrecida. Es cierto que se sigue constantemente al personaje de Neeson y que sus problemas mentales degenerativos ocupan buena parte del metraje, pero todo lo que le rodea está mucho menos desarrollado.
Los discursos moralistas, políticos y sociales son demasiado vacíos y difusos, no adquieren la potencia que pretenden. Se hace un intento de podrido retrato de las altas esferas de poder, pero nada resuena. Falta emoción y falta épica para que interese de verdad, pese a algunos giros de guion bien llevados. Al final, 'La memoria de un asesino' resulta en un thriller de acción estándar, con convicciones muy serias pero no tan bien planteadas.
Todo pasa por la pantalla sin que nada importe o implique al espectador realmente. Y, sobre todo, no consigue destacar, quedando como una cinta más del género que irónicamente se perderá demasiado rápido en la propia memoria de quienes la vean. 'La memoria de un asesino' no encuentra una personalidad, que quizá se encontrase en tramas que desecha a un vacuo segundo plano, como la relación entre el personaje de Neeson y la niña. La película trata de abarcar demasiados temas diferentes bajo una gama monocromática de tonos sombríos y escenas falsamente elocuentes.
Liam Neeson se hace mayor
Por destacar algo además de sus momentos de acción y frenesí, es encomiable la autoconsciencia de 'La memoria de un asesino' con su actor protagonista. Podían haber optado por un intérprete mayor estándar, pero eligieron a Neeson. Y, acostumbrados a verlo como ese gran héroe de acción, duro y lleno de fortalezas, la trama del Alzheimer es savia nueva para su filmografía. Por una vez, en un personaje perfectamente amoldado a su encasillamiento, le vemos vulnerable. Mayor. Su memoria falla, sus manos tiemblan y la película nos recuerda que el legendario actor ya no tiene 40 años. Y la edad pesa. Esta reflexión sobre la vejez y la mortalidad es, sin lugar a dudas, la mejor y más acertada lectura que puede extraerse del filme.
Junto a Neeson, en la cinta se encuentran dos grandes nombres propios que están bastante más desaprovechados. El primero, como ya hemos comentado, es el de Bellucci. En su caso, la interpretación es espléndida y muy creíble. El papel de esa malvada e inteligente manipuladora le sienta como anillo al dedo. Pero 'La memoria de un asesino' no le da todos los minutos de los que debería gozar. Y el segundo gran pecado del reparto es el de Guy Pearce en el papel de un policía demasiado perdido y que se aleja de sus grandes trabajos.
En resumidas cuentas, 'La memoria de un asesino' no cumple con lo que cabría esperar de su seductora premisa. La acción está muy bien construida y compartimentada, pero no lo está tanto la tensión e intriga de la que se presupone debería hacer gala. Algunas reflexiones, especialmente las más autoconscientes, están trabajadas con acierto. Pero otras tantas se pierden en un limbo de escenas aburridas y poco emocionantes. Es correcta, pero había material para conseguir mucho más.
Nota: 6
Lo mejor: La reflexión sobre la vejez y la mortalidad a través del personaje de Liam Neeson. La acción.
Lo peor: Todos los demás temas que presenta resultan vacíos y poco interesantes.