El colombiano Víctor Gaviria es uno de los cineastas más comprometidos con la situación social de su país. El director ya ahondó en la situación de la infancia y la juventud por las calles de Medellín con 'Sumas y restas' pero, sobre todo, con la excepcional 'La vendedora de rosas', que puso a Colombia en la vista internacional como una futura potencia de cine iberoamericano. Ahora llega 'La mujer del animal', ganadora de los premios a la mejor dirección y al mejor montaje en el 20º Festival de Cine Español e Iberoamericano de Málaga.
Tras ser expulsada del colegio interno religioso en el que estaba, Amparo huye del internado de monjas para evitar que su padre la capture. Después de coger un autobús, la adolescente de 18 años llega a Medellín, en un suburbio en las colinas de la ciudad, donde vive su hermana con su marido, que la acoge para evitar que su padre la encuentre. Amparo empieza a trabajar en una joyería y parece que puede rehacer su vida. Lo que la joven no esperaba era que Libardo, llamado el Animal, quede prendado de ella. Libardo decide secuestrarla y violarla tras un extraño rito matrimonial. Nadie intercede por Amparo, ni siquiera su hermana. La adolescente conocerá el peor de los infiernos mientras intenta escapar de su cautiverio.
La brutal situación de la mujer en Colombia
Gaviria es uno de los cineastas que mejor ha sabido retratar la marginalidad y la violencia de un país que ha vivido la crueldad dentro de lo cotidiano como una segunda piel. Ya lo hizo con su ópera prima, 'Rodrigo D: No futuro' pero fue, sobre todo, con 'La vendedora de rosas' cuando supo mostrar la terrible situación de la infancia en el país sudamericano. Con actores no profesionales, Gaviria siempre ha querido darle un toque casi documental a sus películas.
Con 'La mujer del animal', el director adapta un hecho real, el terrible caso de Margarita Gómez, una mujer que en los años 70, siendo apenas una adolescente, fue secuestrada y violada por un hombre que la mantuvo en cautiverio varios años. Gaviria muestra la violencia y el horror que se ejerce contra la mujer en Colombia, extensible al resto de Iberoaméica, de una manera extrema, cruel y despiadada. El director filma con una terrible veracidad, tanto que da la sensación de que es real.
Su guión es vacío y su violencia es gratuita
Cierto es que, en sus primeros minutos de brutalidad, la denuncia queda bien clara: La situación extrema en la que viven muchas mujeres en un país machista y misógino que mira hacia otro lado, incluso cuando se tratan de sus madres o hermanas. Sin embargo, Gaviria muestra un exceso de brutalidad y violencia que se vuelve gratuito al tener un guion incoherente y hecho para recrearse en un horror que es demasiado extremo. Tampoco ayuda los actores no profesionales, siendo sólo Natalia Polo (auténtico descubrimiento para el cine latinoamericano), la protagonista, la única que logra defender su papel, los demás parecen estar leyendo un guion, no interpretándolo. Además, la imagen del animal es más propia de un psicópata que de un cacique misógino.
Tanto la propia 'La vendedora de rosas' como películas como 'La teta asustada', 'Paulina' o 'Juliana', incluso varios episodios de la serie argentina 'Mujeres asesinas', han sabido crear mejor una denuncia sobre la situación de la mujer, de la adolescente, de la niña en Sudamérica y no han tenido que recurrir a una violencia gratuita para hacer una denuncia contundente a una realidad que atenta, impunemente, contra los derechos humanos. Con el añadido de un guion vacío, 'La mujer del animal' sólo asfixiará al público.
Nota: 4
Lo mejor: La actuación de su protagonista, Natalia Polo, un descubrimiento.
Lo peor: Su excesiva e injustificada violencia la convierte en una película inmoral.