En una época en la que se demanda más visibilidad de proyectos cinematográficos dirigidos y escritos por mujeres, desde Argentina llega la ópera prima no de una, sino de dos directoras, Cecilia Atán y Valeria Pivato, que debuta con 'La novia del desierto', una película intimista protagonizada por Paulina García, la incombustible 'Gloria', y que se presentó en la sección Una Cierta Mirada en el 70º Festival de Cannes.
Teresa es una mujer de 54 años, desde que llegó a Buenos Aires desde su Chile natal, ha trabajado como empleada doméstica para una familia burguesa de la capital. Se ha pasado 30 años refugiada en su trabajo, haciéndose cargo del hijo de la mujer de la casa y dedicada plenamente a hacer su labor de forma discreta y a la sombra. Sin embargo, la familia, a la que creía pertenecer, vende su casa en la capital, el hijo al que cuidó ahora es un hombre que vive alejado del nido familiar, y ella se queda sin trabajo y también sin vivienda. Recomendada por la señora de la casa, Teresa acepta un trabajo en San Juan. Para ello, la mujer debe tomar un autobús desde Buenos Aires atravesando el desierto. La mujer, que no le gusta viajar en autobús, en la primera parada del viaje, cerca de un santuario dedicado a la Difunta Correa, Teresa pierde el bolso cuando se prueba una prensa en un vestidor de un vendedor ambulante. La mujer irá en busca del vendedor, El Gringo, para recuperar sus pertenencias. En esa búsqueda, Teresa empezará a volver a vivir una vida que se había negado a sí misma.
Volver a vivir a cualquier edad
Para su primera película, la dupla Atán y Pivato crean una historia de iniciación personal con un mensaje potente: Nunca es tarde para volver a empezar en la vida. El mensaje las directoras lo transmiten con un personaje tremendamente humano y carismático: Teresa, una mujer de mediana edad que ha trabajado casi toda su vida como empleada doméstica interna. Las directoras, que escriben el guion junto con Martín Salinas, apuestan por una historia cercana, una heroína cotidiana. Sin duda, todo un acierto, puesto que son esas mujeres, muchas veces, las figuras a la sombra a reivindicar.
Su mensaje llega con facilidad, puesto que las cineastas apuestan por un filme sobrio, con pocos escenarios y personajes, directo y conciso. El resultado es más que notable, tratándose de una road movie tremendamente intimista, con una protagonista excepcional. El personaje encarnado por Paulina García era, sin duda, un caramelo para la actriz que ya deslumbró al público con su fabulosa 'Gloria'. Esta vez, la actriz chilena reivindica la liberación de la mujer obrera, la que ha pasado toda su vida entregada al trabajo, aquella que no se permitió ningún lujo, ni siquiera unas zapatillas. García es Teresa, sabe darle esos matices que le dan trasfondo a una mujer que, poco a poco, va saliendo de su caparazón.
Paulina García está magnífica
Esa oportunidad, la de volver a vivir, es reflejada también en el escenario elegido. No es de extrañar que Atán y Pivato hayan elegido el desierto como lugar para rodar. Para empezar, es un ambiente hostil, que refleja también cómo Teresa se siente por dentro. Su mundo se tambalea, surge la incertidumbre. También no es extraño que se haya elegido la imagen de la Difunta Correa, una figura semi-pagana muy popular en la fe de las clases populares de Argentina y Chile, que refuerza esa metáfora del renacer de Teresa a través del desierto. En ese viaje le acompaña El Gringo, interpretado por Claudio Rissi, un personaje que servirá de apoyo en este viaje de redescubrimiento personal.
'La novia del desierto' es un sólido debut, cercano, intimista y con una protagonista maravillosa. Paulina García vuelve a traer un personaje femenino complejo y profundamente humano. Una historia de redescubrimiento fascinante.
Nota: 7
Lo mejor: Paulina García que, como siempre, está espléndida.
Lo peor: La sensación constante de que va a arrancar.
