Tras haber causado sensación en el Festival de Sitges, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado y el galardón a la mejor actriz para su protagonista, llega a salas comerciales 'La nube', ópera prima de Just Philippot, con la que explora el terror a través de una mirada agraria, en la que muestra una producción tan desconocida como la cría de saltamontes para su consumo, algo que en la Unión Europea está permitido desde 2018.
La novedad en la premisa provoca cierta expectación por ver cómo se combinan producción de saltamontes para la producción de harina animal y también para consumo humano y el terror y el cine fantástico. Para ello, Philippot, que para su debut como director de largometrajes opta por introducir el género dentro de una realidad costumbrista y rural, apuesta atrevida que enlaza al filme con el tono de thriller que tuvo 'Un héroe singular' junto con una atmósfera cargada que evoca a 'Crudo'. Por otro lado, llama la atención que, para su ópera prima, el cineasta haya elegido dirigir un guion ajeno, escrito por Jérôme Genevray y Franck Victor.
Su parte social es la que más llama la atención, pues el trasfondo de 'La nube' habla de los problemas de producción que tiene el agricultor pequeño y mediano, en contraste con las grandes empresas. Por otro lado, se percibe un conflicto familiar en el que la ausencia de pérdida, de falta de afecto y de conciliación laboral provocan una fricción generacional, aumentada por el deseo de las nuevas generaciones de huir del ambiente rural. Además, el libreto incide en el doble esfuerzo que tiene que hacer su protagonista por ser mujer.
Cine de terror con toque rural y costumbrista
En ese sentido, Suliane Brahim, miembro de la Comédie Française, transmite muy bien la angustia que vive su personaje, Virginie, una mujer viuda que tiene demasiados frentes abiertos. La desigualdad y el sexismo queda muy bien plasmado, especialmente en lo referente a la conciliación y a tener que lidiar con un ambiente machista. A su lado, un estupendo partenaire, Sofian Khammes, que sirve de contrapunto y sostén de apoyo.
Esa mirada social es la que mejor funciona en un debut que opta por utilizar los elementos clásicos (y predecibles) del terror y del cine fantástico. Es más, aunque la temática esté relacionada con saltamontes, hay ciertos momentos que la trama recuerda a 'Ovejas asesinas', lo que le empaña a esa solemnidad que tiene la cinta en su metraje. No obstante, eso no impide que los fans del género disfruten con el debut de Philippot, el cual demuestra tener madera para aportar una mirada propia al terror galo.
Nota: 6
Lo mejor: El trasfondo social que tiene el filme, especialmente en lo referente a la situación de la mujer agricultora.
Lo peor: Se le acaba yendo de las manos, la crítica hacia el capitalismo y el exceso de ambición acaba deshumanizando a su protagonista, con la que se deja de empatizar.
