Filipe Matzembacher y Marcio Reolon, originarios de Porto Alegre nacidos en 1988 y 1984, respectivamente, llevan trabajando juntos como realizadores desde 2012, cuando presentaron al mundo 'Other than', documental compuesto por 11 segmentos en los que sus directores mostraban su punto de vista por lo que a las diferencias entre distintas partes del mundo se refiere. Ese mismo año llegaría 'Um diálogo de ballet', cortometraje que lograba hacerse con varios premios en algunos certámenes alrededor del mundo y que suponía el inicio de lo que parecer ya una relación consolidada.
Han pasado cuatro años hasta que nos ha llegado a nuestras pantallas 'La orilla', título que se estrenó en la Berlinale de 2015 y que se hizo con el Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Río de Janeiro, donde también fue escogida como la Mejor Película en la sección Novos Rumos, además de situarse en el segundo puesto en el Guadalajara International Film Festival, uno de los festivales latinoamericanos más en boga en estos últimos años.
De intachable espíritu queer, 'La orilla' se nos presenta como un viaje hacia la edad adulta, en lo que bien podría tratarse un confín de la tierra, un pueblo costero en el sur de Brasil, que servirá de marco para que la relación entre los dos protagonistas, Martin (Mateus Almada) y Tomaz (Mauricio Bercellos), vea como se diluyen las fronteras entre la amistad y otros sentimientos más profundos.
Abanderando el New Queer Cinema
Todo comenzará con un planteamiento cercano a la road movie, donde el camino a emprender estará marcado por un horizonte dibujado por el mar, convertido en testigo directo y escenario idóneo del despertar de una relación que, pese a resultar conocedora por el espectador desde el primer momento, llegará a rozar lo tedioso en ciertos momentos en los que la nada se interponga a la verdadera fuerza del peso de los protagonistas, quienes parecen no estar explotados del todo en varias ocasiones.
Pronto estaremos ante lo que se podría considerar un título random para adolescentes, donde se darán la mano esas situaciones típicas tan explotadas: la zona costera como reducto recreativo de la juventud, alcohol, el juego de "verdad o atrevimiento", y las pertinentes escenas de sexo que lejos de alarmar en la línea del 'Kids' de Larry Clark, pretenden dar un aura de normalidad a algo que los más puristas han llegado a demonizar en más de una ocasión.
'La orilla' no juega en esa liga de títulos con intención de escandalizar, ni mucho menos, sino que se suma al multitudinario movimiento cinematográfico que se ha convertido en voz del colectivo LGTB, cuya única pretensión es la de apostar por la normalidad de las relaciones entre personas del mismo género. No estamos ante una nueva 'Weekend' o 'Land of Storms', pero el tacto y la delicadeza con la que está rodada, tocará el alma a aquellos que se contenten con una historia que, pese a lo que pueda parecer un planteamiento simple, cuente un descubrimiento de sentimientos de los que llegan al corazón.
Nota: 6
Lo mejor: La sutileza con la que está rodada y la belleza que rezuma su composición de planos y juegos de cámara.
Lo peor: Que a veces abraza demasiado esa belleza y por momentos acaba siendo un tanto tediosa.
