Llega la primera casa del terror de Blumhouse en 2024 con muchas expectativas. El año pasado, Jason Blum demostró que no le hacen falta secuelas para triunfar; de hecho, la que tuvo ('El exorcista: Creyente') se estrelló. Tras el alabado riesgo de 'M3GAN' y el taquillazo de 'Five Nights at Freddy's', la famosa productora estrena el nuevo año con una película original, muy formulaica pero que funciona gracias tanto a nuevos a consolidados talentos que no tienen miedo de sumergirse hasta el fondo de un subgénero. En este caso, pasan del slasher a las casas encantadas, que ahora resulta que vienen con 'La piscina' incluida a partir del 9 de febrero.
Detallismo técnico
'La piscina' es un precioso y aterrador homenaje a las casas encantadas de los ochenta, y un ejemplo más de que esta arriesgada y exitosa fórmula de Blumhouse va a seguir manteniendo vivo el terror un año más. No es un clásico, pero está rodada como tal. Su gran acierto es situar gran parte de la trama en un entorno limitado a esa parcela, intensificando así la sensación de peligro y suspense. Ese ambiente claustrofóbico es el impera desde el principio, a diferencia del tono cómico festivo del trailer (por muy bien que quede Billie Eilish, la película es mucho más pausada y atmosférica).
El gran reto era conseguir dar miedo con un objeto estático como una piscina, sin que su único recurso sea ahogar a la gente. Aunque este monstruo no aterroriza, sí que inquieta, juega y hasta se luce. El culpable de esta imagen es el director de fotografía bajo el agua de 'Ahsoka'. Ian Takahashi crea una preciosísima iluminación del agua y sus reflejos (esos planos de las paredes de la casa o a través de las ventanas), con toda la belleza y la oscuridad de las aguas, el atractivo del día y la amenaza de noche. Esta es la joya oculta de una película de terror normalita.
El otro responsable de elevar la película es Bryce McGuire. Blumhouse vuelve a descubrirnos un talentosísimo director que aprovecha absolutamente cada aspecto de la película a su favor: planos, angulaciones, perspectivas, fotografía, música, actores... A través de ellos, nos da todo lo que esperamos de una película titulada 'La Piscina' y pone en pantalla todo lo que nos da miedo de las piscinas en secuencias llenas de tensión como recién sacadas de las pesadillas que nunca hemos contado pero todos hemos tenido sobre el agua. No se deja un solo rincón de la piscina por explorar ni una posibilidad de susto por materializar. No apta para hidrofóbicos.
Ni más ni menos de Blumhouse
El guion también lo firma el director, y quizás por eso está más al servicio del espectáculo y la atracción que de la historia y la trascendencia (lo cual no es malo). La trama de una familia en crisis recién mudada es tan típica como suena pero está bien llevada y no intenta llevarla más allá. A nivel narrativo, no hay nada memorable y todo es predecible, pero tampoco hay nada bochornoso y se agradece muchísimo que sea una película original. Tan solo el tercer acto descarrila un poco por no saber cuánto explotar, pero la ajustada duración de 98 minutos le sienta muy bien.
Fugazmente, la piscina también es usada como una metáfora más que una mera atracción, y ahí se vislumbran zonas de esa parte profunda del agua con un mensaje sobre el precio de nuestros mayores deseos y el amor que solamente se mantiene a flote con sacrificio. Pero esto no es A24. Los actores sí que la elevan un poco más con sus interpretaciones más detallistas que gratuitamente extrovertidas sobre luchar con sus demonios internos y formar una familia. Wyatt Russell ('Thunderbolts') y la nominada al Oscar Kerry Condon ('Almas en pena de Inisherin') se mojan al completo (literal y metafóricamente) en el drama y el terror. Como fan del género y de estos actores, es muy reconfortante verles afrontarlo con la misma importancia que un drama de época.
Desde el primer minuto, 'La piscina' sumerge al espectador en una casa encantada tensa y entretenida, tan bien pensada que aprovecha cada oportunidad para infundir miedo a través de la ambientación acuática y los temores universales asociados con las piscinas. El limitado guion es lo único que frena esta atracción no tan innovadora. Pero en última instancia, la película demuestra que Blumhouse continúa arriesgándose con propuestas originales y dedicadas a los fans del cine de terror que están dispuestos a dejarse llevar por la corriente a partir del 9 de febrero en cines españoles.
