Desde hace décadas, el terror ha ido adaptándose a los tiempos, siendo una de sus finalidades la de conseguir resultados novedosos y originales, ya sea en sus planteamientos o en la construcción de sus personajes y los arcos dramáticos que estos deben protagonizar. Si nos remontamos al gótico (una de la principales cunas del horror como género y de la que se han derivado la gran mayoría de clichés y tópicos que conocemos a día de hoy), tan solo cabe echar un vistazo a esas concepciones de la casa como espacio encantado, ensalzada como elemento arquitectónico clave que acabaría derivando al propio subgénero de haunted houses (partiendo del castillo, si nos remontamos a leyendas medievales).
Ya en el Hollywood clásico, la factoría de Val Lewton quiso llevar el concepto de casa encantada hasta nuevas fronteras, siendo una de estas la impuesta por el propio océano con la idea de 'El barco fantasma'. De una tradición literaria coetánea a la del gótico, las leyendas marinas y las diferentes formas de estremecer a través de historias de navíos naufragados, sirenas caníbales y fantasmas a bordo de holandeses errantes, crearon su propia mitología al hacer del navío una suerte de símil a la casa encantada, erguida esta sobre un mar portador de pesadillas y monstruos varios.
Teniendo en cuenta el barco encantado como espacio principal donde desarrollar su trama, llega la que es segunda producción como director de Michael Goi, nombre que a muchos les resultará desconocido pero que ya debutó como realizador en 2011 con 'Megan is missing', uno de los grandes highlights del cine más perturbador del nuevo siglo, donde se nos presentaba a modo de falso documental un caso de desaparición de una menor relacionado con las falsas identidades que se esconden en internet, en cuyo desenlace alcanzaba unas cotas tan malsanas que harían estremecer a muchos.
Malas decisiones a bordo
Tras el aberrante título que se esconde detrás de la (mala) traducción que supone 'La posesión de Mary', nos encontramos con uno de esos ejemplos en los que las buenas ideas en el siempre ultra explotado cine de terror, son mal llevadas a cabo por una serie de malas decisiones, tanto argumentales como de ejecución.
Su principal reclamo, no es otro que el hecho de tener a Gary Oldman como protagonista principal, siendo entonces cuando nos podemos dar cuenta de que las malas decisiones comenzaron en el momento de su formulación: hacer un intento de horror mainstream con el que atraer a gente a las salas de cine. Teniendo en cuenta que el público potencial sobre el que hacer el reclamo vendrá a ser uno que se mueva en una horquilla de edad que comprende la adolescencia, 'La posesión de Mary' no necesitaba un nombre como el de Oldman, pudiendo haber invertido todo su sueldo en hacer unos efectos visuales que no resultasen vergonzantes.
'Ghost Ship. Barco fantasma' o 'Triangle' vendrían a ser algunos de los títulos que, a principios de siglo, ya convirtieron embarcaciones en espacios de pesadilla, siendo en este caso la figura de una bruja la que se convierta en culpable de la maldición a la que enfrentarse. A camino entre la leyenda marinera, un relato semejante al de las ejecuciones de las brujas en la edad moderna, y un poco de la esencia de la La Llorona mexicana, el espectro al que deberá enfrentarse la familia será mucho más interesante como planteamiento que en sus apariciones, dignas de lo mejor de SyFy y a las que no acompañan el intento de jumpscares trilladísimos.
Emily Mortimer y Jennifer Esposito completan el casting adulto y más reconocible para el público, haciendo lo que buenamente pueden a la hora de aportar a sus personajes lo que dan de sí, pues poco hay que explorar a bordo de este cúmulo de decisiones erróneas, donde el intento de solemnidad y el querer conseguir un empaque visual absolutamente llamativo, chocan por completo con una dirección de actores pueril y una total falta de personalidad a la hora de exponer set pieces de terror, haciendo que 'La posesión de Mary' se quede a la deriva en un mar de propuestas, sin conectar con el terror más comercial y eficaz de los últimos años, y ni tan siquiera brillar por ser una serie B involuntaria.
Nota: 3
Lo mejor: Pensar que la idea del barco encantado y el espectro de la bruja amenazante podría haber dado mucho de sí.
Lo peor: Parece estar filmada en piloto automático.
