Las adaptaciones cinematográficas de diferentes sagas literarias son algo que está a la orden del día actualmente. Algunas de ellas han cosechado millones, convirtiéndose en éxitos de taquillas e inclusive, en franquicias que pasarán a la historia del cine como 'Harry Potter' o 'El Señor de los Anillos'. Otras simplemente han sido un éxito de taquilla del momento como 'Cincuenta sombras de Grey'. En esta ocasión, Robert Schwentke adapta el segundo libro de la trilogía 'Divergente' creada por Veronica Roth.
Después de los sucesos ocurridos en 'Divergente', Tris Prior junto a Cuatro, Caleb y Peter se encontrarán acogidos en la facción de Cordialidad, donde serán descubiertos y empezará la persecución y rebelión contra Jeanine. Pero para Tris su peor batalla será contra su peor enemiga, ella misma. La revelación de un objeto que podrá marcar un antes y un después en la ciudad, harán que Jeanine y Tris hagan todo lo posible para descubrir su contenido.
Este largometraje se ha convertido en una de las películas más esperadas de 2015, dado el éxito que cosechó en taquilla con la primera parte de la trilogía. Pese a ello, la crítica no estuvo de su parte, a diferencia de la saga protagonizada por Katniss Everdeen. Pese a ello, Red Wagon Entertainment y Summit Entertainment confirmaron no solamente la adaptación de 'Insurgente', sino también la bifurcación del tercer libro en dos películas, moda que se lleva estilando en los últimos años.
El film protagonizado por Shailene Woodley y Theo James se convierte en un festival de tiroteos y efectos especiales, desde la primera escena se puede ver el tono que va a coger la película, centrándose sobre todo en la acción y dejando de lado un poco los sentimientos de los personajes. El problema radica ahí, no hay humanización de los protagonistas, la historia narrativamente carece de profundidad y se encuentra vacía en la mayor parte del metraje, además de tener un final muy lejos de ser épico, sino previsible y acelerado.
En esta adaptación se ensalza la figura de Tris Prior, dejando de lado a los personajes que le acompañan, algo que provoca que todo el peso de film recaiga en Woodley, que consigue realizarlo de la forma más correcta posible, pero las limitaciones que tiene no son interpretativas, sino narrativas, su personaje no da más de sí. La lucha interna e introspección que hace el personaje de Woodley se hace visible pero no consigue empatizar en ningún momento con el espectador, es demasiado superfluo, está como cogido con pinzas. Este elemento podría haber sido explotado de mejor manera, no para crear un drama pero si para dotar de humanización la cinta y no limitarse a una cohesión de escenas de tiros, persecuciones y ejecuciones.
Como se ha mencionado antes, narrativamente hablando, la película se queda muy pobre. Hay una historia muy básica detrás del film, que va repitiéndose constantemente. El mensaje no cambia durante todo el largometraje, y no se ve una progresión de ninguno de los personajes, sino que se mantienen estáticos. Únicamente se puede ver un ápice de cambio en el personaje interpretado por Ansel Elgort, pero ni siquiera tiene la suficiente fuerza escénica como para destacar, al igual que Miles Teller que sí que consigue hacerse ver pero el peso fílmico recae siempre en Shailene Woodley, la intención de la realización se hace obvia, se busca el ensalzamiento de la protagonista.
Las actuaciones no son malas pero no pueden brillar por igual, y es una pena dado el elenco que lo conforma. Al haber decidido que todo la presencia escénica recaiga en Woodley, se puede ver en la utilización de los primeros planos, la visión unilateral sobre ella, ni siquiera Kate Winslet siendo la principal villana de la película consigue destacar, sí que tiene presencia pero no lo suficiente como para ser recordada después de su visionado sino que cae en el cliché.
Theo James, siendo la contraparte y compañero de Woodley, tiene cierto protagonismo, sobre todo al principio, pero va perdiéndose según va transcurriendo la acción y pasa sin pena ni gloria. Miles Teller hace de su actuación algo hilarante, irónico, satírico y humorístico, consigue que pese a salir bastante poco sí que aporte algo de gracia a sus escenas, deberían haber dado mayor protagonismo a Teller.
Ansel Elgort en esta ocasión brilla, sí, pero por su ausencia. Una actuación que no transmite nada, que no da pie a pensar en nada porque simplemente Elgort no consigue conectar en ningún momento con la película, su presencia en la historia es evidente pero le falta consistencia, una actuación bastante mejorable. Una irreconocible Naomi Watts se convierte en la némesis de Kate Winslet, correcta pero prescindible también, excepto en el final que se le da una importancia que parece haber sido impuesta con calzador.
Efectos especiales y tiroteos
Pese a sus defectos narrativos, cumple su función de entretener. No se hace una película aburrida ni lenta, sino al contrario, mantiene al espectador en una constante tensión, algo que por lo menos produce interés en lo que se está viendo. La dosis de acción y peleas es bastante alta en la película, los tiroteos y las artes marciales en los protagonistas están a la altura, entretenido es por lo menos.
Algo que sí que llama la atención en positivo son la calidad de los efectos especiales utilizados, consigue que la imagen sea bastante atractiva. La Chicago futurista que se muestra está bastante bien construida, visualmente hablando. El cuidado de los efectos especiales es algo que hay que destacar, ya que ha sido un trabajo muy elaborado que ha obtenido buenos resultados, consiguiendo que el film ofrezca una calidad visual alta, salvando algunas escenas y dándoles otra perspectiva.
Hay que asumir que la primera adaptación de la trilogía literaria, 'Divergente', fue mejor que esta segunda, por lo que todo depende de cómo se realicen las dos siguientes secuelas 'Leal - Parte 1' y 'Leal - Parte 2', para ver si el camino de la serie Divergente consigue remontar o por el contrario, sigue su descenso.