"Bienvenidos al futuro", es una de las primeras frases que se pueden oír en 'La serie Divergente: Leal'. Y tanto que futuro. Si ya era moderna la tecnología que usaba la sitiada ciudad futurista de Chicago, lo que hay más allá de la muralla es el nova más: drones, naves inteligentes, pompas voladoras o muros de invisibilidad son solo el principio de lo que Tris Prior (Shailene Woodley), Cuatro (Theo James) y compañía se van a encontrar tras adentrarse en el mundo que encuentran tras atravesar la valla.
Sí, Jeanine (una Kate Winslet a la que se echa de menos) ha muerto, pero después de que Evelyn (Naomi Watts) demuestre que no tiene inconveniente alguno en reemplazarla, parece que los protagonistas no van a dejar nunca de ser perseguidos por sus acciones. Porque eso es la serie Divergente: constante huida, constante lucha, constante búsqueda. Y toda ella muy previsible.
Lo que Tris y sus amigos descubren no es lo que esperaban: La Agencia de Bienestar Genético, que controla sus vidas a modo de experimento desde fuera de los límites de la ciudad, reclama su ayuda, y una vez más la heroína deberá decidir entre lo que está bien y lo que está mal. ¿En quién se puede confiar?
Mientras, Evelyn y Johanna están librando su propia guerra por el control de Chicago, y para ser personajes pertenecientes a una facción, es increíble los cambios de opinión y de bando que experimentan, demostrando una vez más la poca profundidad psicológica que tienen los caracteres en esta saga. Es solo Tris la que, pese a ser divergente, parece ser la única en tener siempre claras sus ideas e intenciones. Muy paradójico.
Acción, amor y leve comedia
La película está llena de acción, eso sí. Siguen los tiros, muchos tiros, esta vez combinados con nuevos elementos futuristas. Unos buenos efectos especiales y un ritmo constante hacen que no se haga excesivamente larga, pese a que casi desde el principio se puede intuir el final. Todo esto impregnado por el amor ya un poco pasteloso y siempre perfecto entre Tris y Cuatro, el cual sin embargo vivirá su primera crisis, ya que cada tortolito querrá salvar la humanidad a su manera.
Cuatro le irá ganando terreno a su novia y contará con más peso en esta tercera parte de la saga, además de algún nuevo héroe que aparecerá cuando más se le necesite. Y menos mal, menos mal que están los siempre divertidos e irónicos comentarios de Peter (Miles Teller), sin los cuáles a veces la trama amenaza con hacerse un tostón. Por cierto, ¿se sabrá alguna vez de qué lado está?
'La serie Divergente: Leal' se salva por su constante acción, su siempre buena banda sonora, y las estupendas interpretaciones de Shailene Woodley y de los actores veteranos Naomi Watts, Jeff Daniels (quien, como dijera el medio americano The Wrap, hace un antagonista muy respetable), Daniel Dae Kim u Octavia Spencer.
Sin embargo, repito, es muy previsible. Sabemos cómo empezará, cómo acabará, y prácticamente como se desarrollará, pero esto no me impide recomendarla a fans de las sagas de acción juvenil o a todo aquel que quiera pasar un rato entretenido.
Como la serie Divergente se ha sumado a esta nueva moda de dividir terceras partes en dos, habrá que ver qué pasa con la segunda parte de 'Leal', que se estrenará el año que viene y cambia de director tras la marca de Robert Schwentke. Esperemos que el director nos sorprenda esta vez, vuelva a la esencia de la primera parte y ofrezca a esta saga el final que se merece.
Nota: 6/10
Lo mejor: Su acción y entretenimiento
Lo peor: Que es previsible y repetitiva