Tras debutar en la gran pantalla en 2015 con 'El desconocido', el director Dani de la Torre vuelve a los cines con 'La sombra de la ley', un thriller de época ambientado en la Barcelona de los años 20 que nos presenta una atractiva historia sobre corrupción, poder y desigualdades sociales narrada mediante un despliegue técnico y artístico sin igual. ¿El resultado? Una cinta altamente entretenida con gran cantidad de alicientes con los que conquistar a los espectadores.
Sin duda, lo que más llama la atención de la película tras sus primeros minutos de metraje es el gran lucimiento conseguido a nivel de realización, lo que sumado a la gran cantidad de temas y cuestiones presentadas a lo largo su desarrollo argumental consigue lograr una cinta con bastante profundidad en su propuesta en la que no decae el interés en ningún momento de su metraje.
Asistimos a un film cuidado milimétricamente en todos los detalles de su producción, apostando por escenas de acción rodadas con gran pulso, una recreación del Barcelona de 1920 en la que no se ha descuidado absolutamente nada, un ambiente tenso, personajes llenos de matices, tramas sociales y políticas y un desarrollo argumental que va adquiriendo mayor carga e interés a medida que avanza la cinta.
Dani de la Torre se propone el reto de demostrar que es un cineasta de lo más eficaz a la hora de llevar a cabo la planificación y ejecución de escenas, cumpliendo su objetivo de manera bastante notable. Si en 'El desconocido' ya dejó entrever sus intenciones de desarrollar en un contexto español una propuesta puramente hollywoodiense, en esta ocasión lleva dicha intención a un nivel aun mayor, rodando con gran firmeza unos muy bien realizados planos secuencia, dejándose llevar por la influencia del western y el cine negro o sacando a relucir todo el espléndido diseño de producción del film.
Respecto a este apartado artístico, destacar especialmente el diseño de vestuario, la recreación de lugares barceloneses emblemáticos, el music hall donde acontece gran parte de la acción de la película o la gran cantidad de elementos que pueblan todos y cada uno de los escenarios presentes a lo largo de la cinta.
Otro de los grandes puntos fuertes de 'La sombra de la ley' es su gran plantel de personajes. Además de contar con un gran plantel de estrellas formado por grandes nombres como Luis Tosar, Michelle Jenner, Paco Tous, Manolo Solo, Vicente Romero, Ernesto Alterio o Jaime Lorente, todos y cada uno de los roles que tienen presencia en la trama disponen de una gran profundidad en su construcción. Esto conlleva a que estemos ante una serie de personajes llenos de claroscuros, matices, personalidades extravagantes y duras y ciertos giros en su evolución que dan mucho juego a todo el desarrollo argumental.
¿Un despliegue de medios demasiado alto?
Por otro lado, si que es cierto que tal vez 'La sombra de la ley' acabe yéndose un poco por las nubes al intentar abarcar demasiados aspectos con demasiada grandilocuencia. Al transcurrir ciertos hechos en su trama te llegas a preguntar si una ejecución más sencilla y sin un alto despliegue de medios podría haber sacado más a relucir la historia que se pretende contar. Esto ocurre especialmente a la hora de adentrarse en cuestiones sociopolíticas y en ciertos giros y sucesos de gran relevancia, donde, tal vez, una planificación y ejecución más sencilla que diera más importancia a la trama que al apartado técnico habría convertido a 'La sombra de la ley' un producto mucho más sobresaliente.
Pese a este hecho, el conjunto general de 'La sombra de la ley' consigue erigirse como un notable thriller de época. Un producto que apuesta por traer al cine patrio esta temática de gángsters bastante ausente en nuestra cinematografía con un apartado técnico absolutamente impecable, una trama atrayente, unos personajes fascinantes y una ejecución de escenas bastante admirable y lograda.
Nota: 7
Lo mejor: Su impecable apartado técnico y el gran trabajo artístico en la recreación del Barcelona de los años 20.
Lo peor: Tanta grandilocuencia en el despliegue de medios a veces termina por hacer más mal que bien a la película.
Los 12 mejores thrillers del cine español
'El crack' (1981)
Mucho antes de que el cine español fuese sinónimo de thriller, José Luis Garci trajó en 1981, en plena época de la Transición, una película en la que, a su manera, el cineasta mostraba las ganas de la sociedad española de abrirse a un punto de vista semejante al norteamericano. 'El crack' es un homenaje al cine noir estadounidense, haciendo comparaciones entre la icónica Gran Vía madrileña con la Gran Manzana. Con esta cinta, Alfredo Landa demostró que era un actor mucho más grande que las "españoladas" que protagonizó.
Landa es Germán Areta, un investigador privado que debe descubrir qué ha sucedido con Isabel, la hija de 16 años de un importante empresario de Ponferrada. Película oscura, clásica y elegante. La cinta tuvo una secuela, 'El crack II', estrenada en 1983 y que obtuvo también muy buenos comentarios. Tristemente, Garci no hizo una esperada tercera parte. Sin duda, uno de los principales referentes del thriller español.
'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto' (1995)
La ópera prima de Agustín Díaz Yanes es un sublime thriller en el que el crimen y la mafia llevarán al mismo abismo a Gloria Duque (Victoria Abril), una mujer española que malvive en México D.F. ejerciendo de prostituta. Sin querer, es testigo de cómo se produce un tiroteo entre la policía y un grupo de mafiosos. Tristemente, ve cómo los criminales asesinan a los agentes. Sin embargo, uno de ellos le entregará a Gloria un portafolios con las direcciones en las que las organizaciones criminales blanquean dinero de todas partes del mundo.
Magnífico debut con uno de los mejores papeles vistos en la filmografía de Victoria Abril, que ganó la Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián y el Goya. La cinta logró, además, otros siete premios Goya más.
'Tesis' (1996)
Cierto es que muchos dirán que 'Abre los ojos' es el thriller más potente de Amenábar, o 'Los otros', sin embargo, fue 'Tesis' la que empezó todo, una oscura y retorcida historia de una estudiante de la Facultad de las Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid que se verá envuelta en una perversa red de vídeos snuff. El cineasta mostraba una gran personalidad y una magnífica habilidad para la creación de guiones enrevesados. Con Ana Torrent como protagonista, el público conoció a Eduardo Noriega y Fele Martínez.
'Intacto' (2001)
En 2001, Juan Carlos Fresnadillo debutaba con un interesante thriller en el que reflexionaba sobre el sentido de la suerte y la venganza. El director venía de una nominación al Oscar por su cortometraje 'Esposados' y reunió con éxito a un reparto potente en el que estaban Leonardo Sbaraglia, Eusebio Poncelo, Antonio Dechent y una estrella internacional, el veterano Max Von Sydow. Una estupenda fábula sobre el éxito, la gloria y la decadencia que logró dos premios Goya.
'El maquinista' (2004)
Esta coproducción internacional liderada por España deslumbró al público con un potente thriller psicológico en el que nada es lo que parece y que, en su momento, recordó a la magnífica 'Memento' de Christopher Nolan. Christian Bale es Trevor, un hombre que trabaja en una fábrica y que, desde hace un año, tiene graves problemas de insomnio. Tal es la gravedad, que su salud mental y física se ha deteriorado muchísimo. Será cuando se vea envuelto en un accidente laboral, cuando Trevor entre en una espiral de delirio y paranoia.
Más allá de tener una trama compleja y retorcida, lo que al público le llamó mucho la atención fue la pérdida de peso de Christian Bale. Para el papel, el actor perdió 28 kilos en sólo cuatro meses, una cifra récord, ya que tuvo que volver a ganar masa muscular, 54 kilos, en otros seis meses para meterse en la piel del Caballero Oscuro en 'Batman Begins'.
'Celda 211' (2009)
Daniel Monzón dirigió su mejor película en 2009. 'Celda 211' no es sólo un thriller con increíbles giros narrativos y unos personajes memorables, la interpretación de Luis Tosar como Malamadre es muy recordada, sino también un espeluznante drama carcelario que no dará opción de tregua ninguna al espectador, que se sentirá igual de cautivo que Alberto Ammann. Asfixiante y tremendamente claustrofóbica, 'Celda 211' es uno de los mejores exponentes del thriller español más reciente.
'Buried (Enterrado)' (2010)
Aunque Rodrigo Cortés ya había logrado captar la atención de la crítica con 'Concursante', además de sus muchos cortometrajes, fue con 'Buried (Enterrado)' cuando, definitivamente, logró su entrada por la puerta grande. Con un solo protagonista, el mejor papel de Ryan Reynolds hasta 'Deadpool', durante 90 minutos el público sentirá auténtico pavor y claustrofobia al sentirse enterrado bajo tierra, igual que el personaje principal, un contratista civil en Irak. Magnífica, un claro ejemplo de la evolución del thriller en el cine español.
'No habrá paz para los malvados' (2011)
El gran culmen del thriller español vino con 'No habrá paz para los malvados'. Protagonizada por José Coronado, que da vida a Santos Trinidad, un policía corrupto y alcohólico que, tras un ataque de furia, comete un triple asesinato en un bar, buscará por toda la ciudad al único testigo que vio el crimen para eliminarlo. Un potente y oscuro tour-de-force con un glorioso Coronado, uno de sus papeles más recordados. Ganadora de seis premios Goya, es una de las películas que marcó e influenció a otros cineastas como Alberto Rodríguez y Rodrigo Sorogoyen.
'Mientras duermes' (2011)
Además de especializarse en el terror, Jaume Balagueró dirigió en 2011 'Mientras duermes', un potente thriller en el que Luis Tosar volvió a sacar su lado más oscuro como César, un portero de un edificio de apartamentos cuya obsesión es conocer los secretos, intimidades y debilidades de los vecinos. Además, César disfruta mucho provocando daño y dolor alrededor suyo. De ahí que se fije en Clara, la nueva vecina del 5º B, una mujer alegre, llena de vida y sonriente. Meticuloso y angustioso thriller, una demostración más de la buena salud que goza el género en el cine español.
'La isla mínima' (2014)
Si se pensaba que con 'No habrá paz para los malvados' o 'Mientras duermes' el thriller vivía una época de oro en España, 'La isla mínima' fue la gran demostración de que el cine español se había vuelto un experto en el género y que no tenía nada que envidiar al frío cine nórdico en ese sentido. Alberto Rodríguez trae uno de los episodios más recientes de la historia actual española para crear una película con clásicos toques noir que giran alrededor de un asesino en serie en medio de la España profunda. Raúl Arévalo y, especialmente, Javier Gutiérrez, deslumbran como dos policías que nada tienen que envidiar a las icónicas Buddy movies de los años 70 y 80. La película fue un éxito rotundo de crítica y público, ganando diez premios Goya.
'Tarde para la ira' (2016)
Como avezado pupilo, el actor Raúl Arévalo debutó en 2016 como director y guionista con un sublime thriller con la venganza como principal protagonista. Antonio de la Torre deslumbra con un papel hipnótico y espeluznante en el que aparenta ser un hombre de bien que, simplemente, se convierte en un parroquiano de un bar de barrio. Pero, claro está, sus intenciones son otras bien distintas. Con un ritmo intenso, Arévalo demostró ser un buen alumno con un soberbio thriller que logró coronarse como la mejor película del 2016 en los últimos premios Goya.
'Que Dios nos perdone' (2016)
Sorogoyen ya demostró en la potente 'Stockholm' su habilidad para demostrar que nada es lo que parece. Con 'Que Dios nos perdone', el realizador crea un clásico thriller con asesino en serie que evoca el espíritu de 'Seven' de David Fincher. En el verano de 2011, en plena celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en la que el papa Benedicto XVI visitó Madrid, empiezan a aparecer varias ancianas asesinadas y violadas. Dos agentes de policía deberán encargarse de resolver el caso sin crear la alarma. Con una premisa así, Sorogoyen se convirtió en uno de los directores a los que hay que seguir muy de cerca. Antonio de la Torre volvió a demostrar su habilidad para papeles extremos, aunque fue Roberto Álamo el que se llevó el gato al agua, alzándose con el Goya al mejor actor.
