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CRÍTICA

'La verdad duele': Una verdad incómoda

El nuevo drama de Will Smith presenta un caso real apasionante que consigue atrapar al espectador, pero que luego se pierde en lo melodramático y patriótico.

Por Jesús Agudo Más 10 de Febrero 2016 | 17:25
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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En España sabemos muy bien lo que es el fanatismo deportivo. Lo vivimos con el balompié con la misma (o incluso más) intensidad que los americanos con el fútbol americano, el verdadero deporte rey por esos lares. ¿Pero os imagináis que un médico descubriera que nuestro fútbol es tan peligroso que puede dejar a un jugador profesional loco a los 50 años? ¿Cuántos padres sacarían a sus hijos de los equipos infantiles? ¿Cuántos jugadores abandonarían? ¿Se tomarían cartas en el asunto desde el Gobierno? Lo que está claro es que el país entero se tambalearía ante semejante escándalo. ¿Sí, no?

La verdad duele

'La verdad duele' nos muestra que el ser humano es a veces incapaz de tratarse con el cuidado que debería. La película de Pete Landesman nos muestra la historia real de Bennet Omalu, un médico nigeriano trabajando en Estados Unidos, que es el encargado de realizar la autopsia de una estrella del fútbol americano que se encontraba viviendo en la indigencia, usando un táser para darse descargas en la pierna y pegándose los dientes con superglue. Aunque de primeras parecía que el cerebro estaba en perfecto estado, tras unas pruebas descubrió que por dentro estaba hecho papilla. Cuando tuvo la oportunidad de estudiar a otros jugadores profesionales se dio cuenta de que todos parecían tener la misma enfermedad, que bautizó como encefalopatía traumática crónica o CTE. Cuando quiso darla a conocer, consiguió labrarse un poderoso enemigo: la NFL. Porque esa enfermedad ponía en peligro al mismísimo fútbol americano y a todos los millones de dólares que mueve cada año. Por eso hicieron todo lo posible para contradecir los estudios de Omalu.

Will Smith ha tenido la valentía de meterse en un proyecto que también podría traerle unos cuantos enemigos. Como uno de los actores más conocidos y poderosos de Hollywood, también parece que que si alguien debía contar esta historia, era alguien como él. Smith ha hecho un gran esfuerzo en transformarse en el doctor Omalu, un hombre que parece ser bastante peculiar, con muchas manías. Ese apartado está muy conseguido, es una de las pocas veces que le vemos lejos del Will Smith estándar que suele interpretar. Pero la necesidad de hablar con acento nigeriano ha perjudicado la interpretación más que ayudado a la transformación. Aunque Smith dice que aprendió el acento escuchando la radio, quizás debería haberle dado una vuelta más porque suena muy forzado y no acaba quedando un personaje tan completo como, por ejemplo, el de 'En busca de la felicidad'. Aún así, teniendo que llevar casi todo el largometraje sobre sus hombros, lo hace con bastante solvencia.

La verdad duele

Volviendo a la película en general, resulta muy reconfortante que un director, un actor, un equipo, sobre todo con empresas tan grandes detrás (la productora de Ridley Scott o Sony por poner dos ejemplos), hayan tenido la valentía de enfrentarse a, como definen muy bien en la cinta, "la empresa que ha sido capaz de comprar el día que hasta hace poco pertenecía a Dios". La historia de Bennet Omalu es contada con franqueza, sin temor a posibles represalias. No intenta camuflar que la prioridad de la NFL era mantener su poder muy por encima de la salud de sus jugadores. Landesman consigue que el descubrimiento de la CTE y la posterior lucha por la legitimidad de sus investigaciones y que el país sepa a lo que exponen a sus ídolos resulte algo apasionante. El relato real mantiene toda su fuerza.

A veces, el protagonista no es la historia

Sin embargo, a lo largo de la película se pone a sí mismo una serie de obstáculos. Uno de ellos es caer en ciertos momentos en lo melodramático. El protagonista de la película no es Bennet Omalu, sino la CTE. A diferencia de un biopic, el médico aquí es solo uno de los elementos (uno muy importante, pero un elemento al fin y al cabo) para contar una historia mayor. Como lo son el doctor al que interpreta Alec Baldwin o el cabecilla de la NFL encarnado por Luke Wilson. Por eso, la vida personal de Omalu solo entorpece la narrativa y nos distrae de la historia principal. No es interesante, y no aporta a la investigación. El propio personaje y la interpretación de Smith lo hacen atractivo para el público, pero quizás con la intención de hacer a alguien bastante asocial más atractivo al público se nos mete una historia romántica que no casa con una película así.

La verdad duele

Tampoco ayuda, fuera de las fronteras norteamericanas, esa carga de patriotismo en el que América está en la boca de los personajes en tantas ocasiones. Aunque esto es más entendible, ya que, al igual que aquí con el fútbol, el fútbol americano ha pasado de ser un deporte a convertirse en una tradición nacional. Solo hay que ver la magnitud de la Super Bowl. Esto va más allá del juego o de los jugadores, va de la misma base de un país y de cómo ese país a veces parece preferir ignorar un descubrimiento como este porque, al final, lo que importa es ese rato de evasión que despierta un touchdown, ese sinónimo de sueño americano que es fútbol.

'La verdad duele' es un relato apasionante, un retrato de una nación y un thriller de lo más competente, que podría ser mucho más sólido si no se hubiera distraído en detalles nimios. Como país también volcado con un deporte hasta extremos a veces preocupantes, puede despertar un debate bien interesante. Aunque, por suerte, nuestros jugadores no pongan sus cabezas literalmente en el juego.

Nota: 7

Lo mejor: La película consigue que el caso resulte muy interesante

Lo peor: La innecesaria inclusión de la historia romántica

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