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CRÍTICA

'Lady Macbeth': Furiosa orfandad emocional

El director de teatro William Oldroyd debuta en la realización cinematográfica con 'Lady Macbeth', basada en el relato corto 'Lady Macbeth de Mtsensk' de Nikolái Leskov. Premio FIPRESCI en San Sebastián.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 28 de Abril 2017 | 09:22
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El dramaturgo noruego Henrik Ibsen, y autor de la célebre 'Hedda Gabler', escribió: "Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija a una o a otra". El director de teatro William Oldroyd llevaba tiempo queriendo hacer cine. Su ópera prima es, sin duda, uno de los filmes más perturbadores e hipnóticos del año. 'Lady Macbeth', basada en el relato corto 'Lady Macbeth de Mtsensk' del escritor ruso Nikolái Leskov, es un delicioso filme sobre la venganza de una mujer.

Lady Macbeth

Año 1865, en la Inglaterra rural. Katherine es una muchacha casi adolescente que es obligada a contraer matrimonio con Alexander, hijo de Boris, un rico mercader que desea adquirir las tierras de la familia de Katherine. La bella joven verá cómo su vida quedará convertida en constante angustia debido a un matrimonio infeliz con un hombre que le dobla la edad, que vive amargado y que la desprecia. Aprovechando que su esposo ha tenido que iniciar un largo viaje de negocios, Katherine iniciará una apasionada aventura con Sebastian, el nuevo capataz de la finca. Fruto de esta pasión, la doncella irá convirtiéndose en una calculadora mujer que hará todo lo posible por lograr sus objetivos.

La desdicha de la fortuna

Premio FIPRESCI en el 64º Festival de San Sebastián, de hecho era la favorita a la Concha de Oro por parte de la prensa, 'Lady Macbeth' es un tenebroso retrato femenino de época. A diferencia del texto original de Leskov, Oldroyd y la guionista Alice Birch, única firmante del libreto, trasladan el relato de Rusia a Inglaterra, sin que apenas se modifique la historia. De hecho, la película muestra la clásica imagen de la femme fatale reconvertida a una interpretación moderna al alejarla de un trágico destino que debe pagar por haberse atrevido a rebelarse. Eso sí, el filme sabe mantener la esencia maquiavélica de la heroína.

Lady Macbeth

Por ello, esta Lady Macbeth contiene elementos semejantes a la homónima de Shakespeare, en lo referente a la manipulación del sujeto masculino para propósitos inmorales; como también se intuye cierta referencia a la Madame Bovary de Flaubert, la insatisfacción del romanticismo, como con Hedda Gabler de Ibsen, al no respetar los ideales y moral de las mujeres de la época. Sin embargo, Oldroyd y Birch reinventan el arquetipo, otorgándole un complejo empoderamiento y dignificación a la protagonista.

De hecho, hay que aplaudir el enorme talento de Florence Pugh al transformarse de una joven, frágil e inocente muchacha a una cruel y despiadada fémina capaz de destruir todo aquello que impida cumplir con sus intereses. Como trasfondo hay cierto alegato feminista, al ser la mujer oprimida hasta tal punto que lo único que se espera de ella es sumisión y que se rebela contra su destino esperando un futuro mejor. Sin embargo, cuando la propia realidad acecha, opta por abandonarse y matar, puesto que no provocará que las cosas vayan peor de lo que ya van. Mención especial para todo el elenco, fabuloso, con aplauso para Cosmo Jarvis y Naomi Ackie.

Los frutos de la crueldad

El hartazgo y el ansia del crimen combinan perfectamente con la fotografía y el diseño de producción y vestuario. En ese sentido, se nota la mano teatral de Oldroyd y Birch, al utilizar pocos escenarios y en éstos se hace una continua utilización de los planos fijos, lo que provoca una mayor sensación de ahogo y opresión hacia el espectador. La fotografía es fría, destacando mucho los colores azules y verdes. El vestuario, muy cuidado, resalta la clara diferencia de clases, imposible no acordarse de 'La señorita Julia', a lo que se le añade cierta crítica racial.

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De forma detallada y muy cuidada, William Oldroyd debuta por la puerta grande con 'Lady Macbeth', de cómo la propia sociedad patriarcal es capaz de destruir la ternura de un alma, corromperla y transformarla en un espíritu de vendetta que sólo esperaba para sí un destino mejor. Magnífica, sin duda, una de las mejores películas del año.

Nota: 8

Lo mejor: Florence Pugh y la reivindicación de la femme fatale como icono feminista.

Lo peor: La crueldad de los actos de la protagonista hará que muchos no la comprendan, así como su título puede inducir al error al pensar que es una historia shakesperiana.

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