Los relatos acerca de criaturas humanoides que conviven con humanos han estado presentes en la cultura popular desde hace milenios. Desde seres homínidos alimentando las leyendas acerca de avistamientos en los bosques norteamericanos, hasta aquellas transformaciones del Zeus de la mitología griega que derivaron en infinidad de historias, la tendencia a la humanización de los animales sigue siendo una inagotable fuente de imaginación aún en la actualidad.
En base a esa premisa es sobre lo que se sostiene 'Lamb', ópera prima del islandés Valdimar Johánnsson, quien ha coescrito el guion junto a Sjón, el responsable del libreto de 'Bailar en la oscuridad', del survival 'Reykjavik Whale Watching Massacre', y quien ha firmado como guionista en la próxima película de Robert Eggers, 'The Northman'.
El propio Johánnsson saca adelante su propuesta también como productor, tarea que comparte junto a Béla Tarr y Noomi Rapace, estrella absoluta de esta fábula islandesa acerca de una maternidad que se escapa de toda norma establecida, y que como en un buen cuento (que bien podría tener su origen en un relato popular), acaba convertido en un ejemplo de realismo mágico donde se conjugan lo perturbador y lo milagroso.
La trama de 'Lamb' se inicia con una secuencia que bien podría salir de una historia de folk horror, en la que una granja perdida en mitad de la nada de Islandia, parece ser maldecida con la llegada de algo que perturba la tranquilidad de las ovejas. El rebaño deja a un lado la impasibilidad y, algo en fuera de campo que podemos intuir (y que Johánnsson se reserva para mostrar en pleno esplendor hacia el final de la película), deja su semilla.
Esta se transformará en una criatura recién nacida, un extraño híbrido humanoide que Maria (Rapace) e Ingvar (Hilmir Snær Guðnason) aceptarán como una hija propia a la que llamarán Ada. A partir de aquí, 'Lamb' irá divagando entre el drama de corte fantástico, el cuento mitológico moderno, y un trasfondo que podría haber estado mucho más explotado de lo que estará: el relato apocalíptico (por aquello de la criatura mitad carnero mitad humana).
El papel más arriesgado de Noomi Rapace
El tono que consigue Johánnsson se logra mantener gracias a la forma con la que Noomi Rapace se despoja del cliché de heroína y tipa dura al que nos tiene acostumbrados en pantalla, para abrazar uno de los personajes más complejos y arriesgados de su carrera. Tal y como dijo la propia actriz, se trata de toda una declaración por su parte, con la que vuelve a demostrar un talento con el que viene impresionando desde que le conociéramos en la piel de Lisbeth Salander.
Ahora, con Maria, sigue apostando por las mujeres que controlan las historias, aunque lo radical de esta propuesta sea la de una maternidad no convencional, en la que conviven traumas, duelo y amor incondicional, el cual se irá viendo aderezado por una atmósfera un tanto extraña (incluso bucólica), en la que tienen cabida todo tipo de rarezas y milagros de la naturaleza, aunque estos acaben representados en pantalla de una forma totalmente naif y mucho menos intelectual de lo que se cree la propia propuesta.
Nota: 6
Lo mejor: La idea que propone es interesante y su desenlace es potente.
Lo peor: Lo que hay entre medio se acaba diluyendo y pierde fuerza.