La mirada social es muy propia del cine francés, como también las propuestas feel-good. Más de una vez, ambas vertientes han ido de la mano, con propuestas notables que han logrado demostrar ese equilibrio entre el cine de autor y una visión más comercial, como son el caso de 'Las invisibles' o 'Rosalie Blum'. En esa línea llega 'Las buenas intenciones', cinta dirigida por Gilles Legrand y que tiene como protagonistas a Agnès Jaoui, actriz que participó en '50 primaveras', uno de los títulos más representativos de la comedia social gala.
No es sencillo hacer una crítica a las personas que ayudan desinteresadamente a otras, especialmente cuando se trata de gente que busca la integración y la acogida de inmigrantes. El reto, justamente, está, en saber ser incisivo en lo que se esconde detrás de ese entregado altruismo. Inicialmente, Legrand, que firma el guion junto con Léonore Cofino, sabe mostrar esa mirada afilada, con una protagonista caótica, que busca ayudar desesperadamente a los demás, puesto que, en realidad, de esa forma oculta varias carencias afectivas que arrastra desde niña.
La adicción a las buenas causas
Ese enfoque resulta muy interesante, puesto que permite conocer esa otra realidad que se esconde en el activismo social, pocas veces mostrado en el cine por lo complicado que resulta diferenciar a aquel que busca subirse la autoestima ayudando a los demás de los que, realmente, sí colaboran en causas sociales por convencimiento. Legrand y Cofino saben mostrar esa diferencia, gracias también por el personaje de Elke, interpretado por Claire Sermonne, que es la otra mirada.
Para hacer esa crítica al interés que oculta el altruismo, no había mejor actriz que Agnès Jaoui. La protagonista de '50 primaveras' y directora de 'Llenos de vida' sabe darle matices y capas a sus papeles, transmitiendo cómo las buenas intenciones de Isabelle, una auténtica adicta de las causas benéficas, cuyas acciones ocultan a una familia desestructurada y en la que existen carencias afectivas. Es interesante cómo se plasma la relación de pareja que tiene la protagonista con su esposo, antiguo refugiado bosnio que ha logrado un puesto ejecutivo y que reniega de su pasado. Es estupendo cómo el actor turco-alemán Tim Seyfi consigue que el marido, que inicialmente podría haber sido un personaje más arquetípico, consigue ser el reflejo de los problemas personales de su esposa.
Espléndida Agnès Jaoui
Toca mencionar a los secundarios, los alumnos de francés de Isabelle, cada uno con un perfil marcado y que van desde el drama social hasta la vis cómica. Sin duda, curiosas son las conversaciones que tienen, especialmente por ese rechazo a que vengan más extranjeros a Europa porque "podrían quitarles sus puestos". En ese sentido, esa mirada, de cómo las propias minorías se atacan entre ellas, es digna de una película de Robert Guédiguian.
Puede que a 'Las buenas intenciones' le falta un poco de garra, pero es muy certera en su planteamiento, más teniendo una protagonista tan compleja y rica en matices. Agnès Jaoui vuelve a demostrar ser una actriz versátil, a la que siempre da gusto ver en la gran pantalla, al ser un perfil capaz de disfrazar el drama tras la comedia y por transmitir esa sensación de empatía constante que hace sus interpretaciones sean espontáneas y muy naturales, consiguiendo que 'Las buenas intenciones' sea una propuesta notable, gracias sobre todo por el carisma que derrocha.
Nota: 7
Lo mejor: Agnès Jaoui, más películas con ella como protagonista, por favor.
Lo peor: Le falta ser más crítica en su perfil sobre las carencias afectivas en el altruismo.
