El realizador francés Louis-Julien Petit, en su labor como cineasta, ha dirigido proyectos con un importante compromiso social. En su ópera prima, 'Discount', mostraba las consecuencias de la automatización de los supermercados, en plena crisis económica. Lo hacía con una mirada entre amable e irónica, después con 'Carole Matthieu' evidenciaba, de una forma bastante polémica, las condiciones laborales de una empresa con sus empleados. Ahora, con 'Las invisibles', Petit trae un largometraje magnífico, que combina a la perfección el drama en el hace una potente denuncia social a la situación de mujeres que vive en exclusión social, con una mirada más cercana a la comedia.
Debido a una decisión del Ayuntamiento, el centro de día para mujeres que viven una situación de exclusión social va a cerrar. Pese a las quejas de las asistentes sociales, Audrey, Hélène, Angélique y Manu, la orden ya está tomada. Sabiendo que la reinserción de varias de las mujeres es complicada, debido a los muchos años que han vivido en las calles, las cuatro trabajadoras del centro tendrán solo tres meses para conseguir que muchas de ellas puedan encontrar trabajo y autonomía. Con lo cual, debido a tan poco período de tiempo, las cuatro harán todo lo que esté en su mano para ayudarlas, eso incluye, por supuesto, medios poco ortodoxos, pero en la lucha a favor de la reinserción: ¡todo vale!
Un filme con fuerte compromiso social y en clave femenina
'Las invisibles' tiene el pulso cinematográfico de Petit, que claramente tiene inspiración en el cine de los Hermanos Dardenne. El realizador, que ha coescrito el guion con las escritoras Marion Doussot y Claire Lajeunie, filma de una forma semidocumental, entremezclando actrices profesionales -Audrey Lamy, Noémie Lvovsky, Corinne Masiero y Déborah Lukumuena están formidables- con otras amateur y que han vivido una situación de exclusión social. Es muy interesante esa combinación, que dota a la cinta de realidad y de un humanismo esperanzador. Además, la película es un tributo a las asistentes sociales. Sí, en femenino, puesto que, por estadística, son ellas las que más se implican en el trabajo social, tal y como comentó el director en una entrevista para Le Monde.
La situación es muy dramática para la vida de esas mujeres, invisibles y olvidadas por la sociedad. Petit se basó en el libro 'Sur la route des Invisibles', de Claire Lajeunie, que también firma el guion. Las guionistas de la cinta y el director dan voz y rostro a aquellas personas, a su situación y lanzan una severa crítica al sistema burocrático de ayudas sociales, que olvida el lado psicológico y humano. Ahí es donde se hace especial hincapié, en la dificultad que existe detrás de la reinserción social.
Por otro lado, el filme tiene cierto toque feminista, de fraternidad entre mujeres, mostrando una realidad pocas veces vista en el cine, centrándose en el problema de la exclusión social en clave femenina. La cinta muestra las diferentes situaciones, en las que hay también mujeres migrantes, transexuales, de la tercera edad, cada una de ellas con un camino de vida distinto.
Da voz a aquellas mujeres olvidadas por la sociedad y las heroínas que, cada día, les dan esperanza
No obstante, Petit dota al filme de una vena humorística, que provoca empatía hacia el espectador. El director acierta de pleno con ese enfoque, ya que no reduce el drama de la situación en la que viven muchas de ellas, pero muestra que, pese a la adversidad, también hay momentos de sonrisa, hasta de baile. En ese sentido, 'Las invisibles' tiene el humor y la mirada de amable de estupendos títulos como 'Pride (Orgullo)' o 'El gran baño', el que también había denuncia social. Todo ello, le da a la película un toque costumbrista, muy cercano, en el que hay situaciones inhóspitas, sí, pero también existe la esperanza. Al fin y al cabo, así es la propia vida, que Petit ha sabido plasmar de una forma entregada.
La película reivindica el trabajo de las trabajadoras sociales y da voz a aquellas mujeres marginadas por el sistema, en la que hace una crítica certera a la mirada fría y distante de las instituciones, que no miran el lado humano de las personas a las que tienen que ayudar. Louis-Julien Petit firma una película espléndida, que vuelva a demostrar que el cine europeo sigue siendo un altavoz de denuncia social. Magnífica, llena de humanidad, cariño y compromiso.
Nota: 9
Lo mejor: Su combinación de drama, comedia y denuncia social.
Lo peor: Infravalorarla por su tono semidocumental.