'Las letras de Jordi' supone la opera prima de Maider Fernández Iriarte. Este documental gira en torno a la figura de Jordi, un hombre de 51 años que padece una parálisis cerebral. A través de un pequeño cartón con letras y números, el protagonista y la documentalista mantienen un diálogo que supone la columna vertebral del largometraje.
Los primeros minutos están marcados por el misterio. Los dedos de Jordi rebuscando entre los símbolos del cartón brindan curiosidad a su alrededor. El plano detalle y la entrevista de fondo presentan a su protagonista arrebatado de los prejuicios nacidos de su aspecto. En esta ocasión, el uso de la cámara fija enriquece la tensión dramática mientras mantiene la atención en la entrevista. ¿Quién es Jordi? Esta es la duda que aparece al contemplar sus dedos sobre el tablero durante varios minutos hasta culminar con su revelación. Este segmento puede ser sin lugar a dudas el apartado más brillante del documental, pero también el único.
Lo que comienza como una técnica cinematográfica de interés se tuerce en un recurso repetitivo y agotador. Las entrevistas de Fernández Iriarte se prolongan sin rumbo con el plano fijo, encerrando al espectador en escenas cotidianas carentes de contenido. En lugar de reducir los tiempos en montaje, la cámara sigue sin ahondar en nada confiando en que el morbo sea suficiente. Es difícil saber si esta técnica se lleva a cabo para lograr una "parálisis" que se acerque a la perspectiva de Jordi, o si se trata de un método chapucero de alcanzar la hora y diez minutos de duración propia de un largometraje.
Nada que decir
La curiosidad que despierta la figura de Jordi queda pormenorizada durante el desarrollo. Su pasado y los orígenes de su enfermedad se pierden en un relato carente de razón de ser. A pesar de que la sinopsis menciona el peregrinaje a Lourdes, este tema se trata de forma superficial y apurada. A este tratamiento insípido sobre la religión se añade la falta de explicación sobre el relato bíblico que se presenta y tal aspecto supone un desconcierto que hace de su espiritualidad algo artificioso y ridiculizado por la composición de escenas.
El poco juego de la trama de Lourdes y la religiosidad obligan a que Fernández Iriarte elija la amistad entre entrevistadora y su sujeto como punto focal durante la segunda mitad. Mientras que la relación de Jordi con sus padres es pasada en un visto y no visto, la directora decide convertirse en parte de su obra. Probando falta de contenido, Fernández Iriarte deja que las palabras halagüeñas que Jordi le dedica estén por delante de otros posibles momentos de interés en su vida. Este egocentrismo recuerda al carácter de otros documentalistas que imponen su nombre sobre su contenido, como es el caso de Michael Moore.
'Las letras de Jordi' es un documental que aspira a ser lacrimógeno sin trabajar en su relato. Escenas estiradas hasta lo imposible, la banalidad de su cotidianidad y la entrada de la directora como parte de su obra reflejan el poco desarrollo de su labor. La historia de Jordi invita a la consideración, aunque la técnica de Maider Fernández Iriarte sólo deje tras de si una película aburrida y sensacionalista.
Nota: 5
Lo mejor: Su principio.
Lo peor: La duración de sus escenas y su contenido.
