El reconocido pintor del Barroco, Caravaggio, dijo: "El verdadero modelo no es el Renacimiento, ni el arte clásico, sino la naturaleza". Como gran amante del barroco, Caravaggio es uno de los referentes que el cineasta y dramaturgo francés de origen estadounidense, Eugène Green, ha realizado tanto en sus obras como en el cine. Tras la compleja 'La sapienza', su filme más redondo hasta el momento, el realizador regresa como 'Le fils de Joseph', una moderna parábola sobre el concepto de la Sagrada Familia y que pudo verse en la 66ª edición del Festival de Berlín.
Vincent es hijo de Marie y no conoce a su padre. Propio del carácter de la adolescencia, el chico desea saber la identidad de su progenitor, algo que su madre no desea revelarle. Sin embargo, tal es el anhelo del joven, que Vincent descubre que su padre biológico es Oscar Pormenor, editor editorial. Pormenor es un hombre déspota, egoísta, arrogante y elitista. Al conocer la identidad y el carácter de su padre, Vincent organizará un plan para vengarse. Sin embargo, conoce a Joseph, el hermano de Oscar y al que su padre desheredó, con el que empieza a entablar una relación de amistad, provocando que su vida y la de Marie cambien por completo.
Espiritual y arte a través del Barroco
Green tiene una espiritualidad propia que sublima a través del arte. Gran amante del barroco, el cineasta depura el contexto oscuro de dicha época con una visión moderna en la que la belleza y el espíritu van de la mano. También lo aprovecha para relacionarlo con los momentos más esenciales de la cinta. No es extraño que Vincent tenga un póster del cuadro de 'El sacrificio de Isaac' de Caravaggio, de esa manera aprovecha para crear una metáfora sobre el hijo ofendido y la paternidad no ejercida. Tampoco es extraño que utilice una pieza de Domenico Mazzocchi durante un oficio en una iglesia como forma de redención hacia su madre. Todo está magníficamente entrelazado.
Porque 'Le fils de Joseph' habla de la paternidad, del sentimiento de familia pero con un concepto muy alejado de los cánones vistos tanto en sentido tradicional como innovador, se trata de lo que significa, realmente, hacerse responsable de alguien, de unirse para siempre a ese alguien. Un mensaje que funciona muy bien sobre la metáfora de la Francia actual.
Heredero del legado de Bresson
Cierto es que la propuesta de Green, quizás la más accesible de su filmografía, apuesta por mostrar mantener vivo el legado de Robert Bresson, con interpretaciones mirando a cámara, con cierta sensación de improvisación, planos casi estáticos en los que la carga dramática se centra en las miradas de los actores. El cineasta se muestra como un último discípulo de los maestros de la nouvelle vague. El joven Victor Ezenfis, un verdadero descubrimiento, cual mirada enigmática a la par que atrayente. A su lado, un arrogante Mathieu Amalric como padre biológico egoísta y déspota, una metáfora a todo aquello elitista, esnob, aburguesado y políticamente correcto de la sociedad moderna francesa. Una Natacha Régnier espléndida, como así agradecer poder ver a la siempre magnífica Maria de Medeiros. Mención aparte para Fabrizio Rongione, el actor fetiche de los Dardenne es esa unión espiritual, ese lazo entre padre e hijo que nace del cariño y del afecto, que es lo que debe primar y que tiene su referencia artística en el cuadro 'San José carpintero' de Georges de la Tour, como una clara parábola moderna y readaptación del concepto de la Navidad.
Con un final sublime y completamente evocador, 'Le fils de Joseph', tiene también un toque humorístico y ácidamente cínico para crear una fábula que busca lo eterno y lo espiritual dentro de lo cotidiano y alejado de situaciones solemnes. Quizás no esté a la altura de las estupendas 'Le Pont des Arts' y 'La religiosa portuguesa' o de la magistral 'La sapienza', pero sin duda, se trata de una las películas más completas y accesibles del cineasta galo.
Nota: 8
Lo mejor: Su forma de narrar y sus interpretaciones, que parecen de otra época.
Lo peor: Su temática no está hecha para espectadores con prejuicios.