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CRÍTICA

'Una librería en París': Reencontrando el amor

Crítica de 'Una librería en París', dirigida por Sergio Castellitto y escrita por Ettore Scola, Furio Scarpelli, Silvia Scola. Protagonizada por Castellitto, Bérénice Bejo y Matilda De Angelis.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 17 de Diciembre 2021 | 14:36
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Sergio Castellitto prosigue su exitosa carrera como director. El actor reconvertido en cineasta vuelve cuatro años después de realizador 'Fortunata' para rescatar un guion escrito por el mismísimo Ettore Scola junto con su hija Silvia y Furio Scarpelli. Una encantadora película titulada 'Una librería en París', que el propio Castellitto readapta a la actualidad junto con la reconocida escritora y guionista Margaret Mazzantini, la cual es también su esposa.

Una librería en París

'Una librería en París' es la culminación de un sueño, pues previamente el guion fue rescatado por Ivo Milazzo, quien lo convirtió en una novela gráfica. Con todos estos antecedentes, la versión cinematográfica tenía el desafío de estar a la altura. Para reivindicar que se está ante un relato ligero, Castellitto opta por recrear París con un aspecto teatral, pues casi toda la trama ocurre en el local del protagonista y sus alrededores, que forman parte de un esmerado decorado de los estudios Cinecittà.

Realmente, el rodaje en estudio (solamente un par de escenas corresponden al París real), aunque surgió de forma creativa, también fue una manera de suplir el desplazarse a la capital francesa con un equipo mayor en un momento en el que la pandemia del coronavirus hubiera implicado demasiados costes. Aprovechando esto, se crea una especie de fábula cinematográfica, en la que reside cierto encanto añejo gracias a un escenario que convierte a la villa en un escenario propicio para cumplir deseos.

Una librería en París

A pesar de ese ambiente de cuento, 'Una librería en París' guarda un relato tremendamente dramático, de cómo un hombre se ha quedado completamente ensimismado tras ser abandonado por su esposa, centrándose en su librería en el cuidado de su hija inválida, quien sufre una severa depresión tras un intento de suicidio. El guion de Scola, con los retoques de Mazzantini, guarda un cuidado y mimo por estas situaciones que recuerda más a títulos franceses recientes como 'Rosalie Blum' o 'Pastel de pera con lavanda' que a las icónicas comedias italianas de Scola como 'Una mujer y tres hombres' o 'La terraza'.

Una comedia dramática con esencia de fábula

Y es que el encanto del filme radica en que congrega a una serie de almas heridas que la fortuna provoca que se encuentren y decidan darse una segunda oportunidad. La mecha de este cambio radica en la pizpireta Yolande, interpretada por una Bérénice Bejo desmelenada. Aunque es seductora e irradia belleza, Castellitto, quien encarna al ensimismado librero, sabe crear una química más intelectual que física, cosa que se agradece, dado que el filme introduce varias frases de celebrados autores como Flaubert o Dostoievski.

Una librería en París

Ese contraste entre un escenario luminoso y un relato dramático convierten a 'Una librería en París' en una de esas propuestas que aparenta ser feel-good pero que esconde un trasfondo más complejo, ofreciendo así una encantadora comedia dramática, de esas que conquista poco a poco y se degusta con cierta parsimonia. A ello se le añade una buena mezcla de secundarios entre los que destaca un médico interpretado por Alex Lutz, en un papel muy diferente al que suele ofrecer en el cine; el rapero Clementino, quien interpreta a un simpático camarero italiano o Maxence Dinant como un sacerdote que, inspirado en esa energía que terminando evocando los protagonistas, decide reconducir su vida.

Puede que 'Una librería en París' no sea la gran comedia dramática del año, pero eso no signifique sea un filme agradable, lleno de vitalidad y buenas vibraciones, de ese tipo de propuestas cinematográficas que provocan una sonrisa entre el público. Una fábula sobre el aprender a vivir y arriesgarse a disfrutar del amor, aunque no sea correspondido. Una experiencia amable, con la que se rinde tributo al gran Scola y a una obra que, por fin, ve la luz.

Nota: 7

Lo mejor: Las conversaciones entre Castellitto y Bejo. Los toques de atención del médico interpretado por Lutz.

Lo peor: Es tremendamente caótica. Aunque ese París de cuento es fascinante, uno real le hubiera dado un enfoque cinematográfico mejor. En ciertos momentos, se nota el cartón-piedra y eso saca al espectador.