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CRÍTICA

'El libro de imágenes': Las cinco verdades

Crítica de 'El libro de imágenes', dirigida por el veterano cineasta Jean-Luc Godard. Palma de Oro especial del 71º Festival de Cannes.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 22 de Febrero 2019 | 09:44
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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En una de las imágenes de la nueva película de Jean-Luc Godard, se puede leer la frase "Solo a través de los fragmentos, es posible hallar la verdad", el veterano cineasta, símbolo vivo de la Nouvelle Vague, trae el espíritu de las 'Cinco dificultades para decir la verdad' que escribió el dramaturgo alemán Bertolt Brecht en 1934, un año después de haber huido de su país.

El libro de imágenes

Ganadora de la Palma de Oro especial del 71º Festival de Cannes, 'El libro de imágenes' es la continuación de la deconstrucción de la narrativa en la que está enmarcado el realizador desde hace ya un buen tiempo, siendo una extensión de lo mostado en 'Film socialisme' y 'Adiós al lenguaje'.

Dividido en cinco fragmentos, cual verdades de Brecht, el cineasta de nacionalidad suiza crea otro auténtico ensayo en el que las imágenes, el sonido, la música, las frases, el lenguaje, todo es un auténtico collage contemporáneo, en el que Godard muestra su análisis sobre la decadencia del mundo occidental, el consumismo, el capitalismo o los problemas que hay con el mundo árabe.

Ensayo cinematográfico sobre el mundo actual

No es sencillo abarcar en una crítica una obra tan críptica, cuya percepción en el espectador que la vea será difícilmente interpretarla verbalmente. Godard vuelve a transmitir sus pensamientos, su filosofía, su forma de describir el actual mundo a través de sensaciones, entremezclando escenas de ficción, no faltan fragmentos de películas clásicas como 'Iván el terrible', 'La bella y la bestia' o 'La Strada' a largometrajes de Buñuel, Renoir, Hitchcock, Pasolini, Fritz Lang, Max Ophüls, incluso de directores alejados del cineasta como Spielberg (aparece una escena de 'Tiburón') o, aunque cueste creerlo, Michael Bay.

El libro de imágenes

Porque 'El libro de imágenes' es una discusión que hace el cineasta consigo mismo y en la que los espectadores ejercen de meros testigos, con momentos en los que puede escucharse la voz en off de Godard contraponiendo las escenas que muestra. Porque en su ensayo cinematográfico, el realizador vuelve a invitar a ver su psique, esta vez de forma un poco más ordenada a como fue en 'Adiós al lenguaje', pero más por la división de los fragmentos que por intenciones de hacer sus distintos discursos de la verdad más digeribles.

"Solo los fragmentos permiten ver la verdad"

Entrando en su mente, puede apreciarse su discurso sobre el mundo actual, todo a través de simbología entre imágenes, frases y sonidos. Godard inicia su discurso mostrando manos, como si reivindicase la cada vez menos presencia del trabajo artesanal, después pasan a verse trenes, para posteriormente entremezclar escenas en la que habla de la ley, en la que puede verse la violencia que padecen las sociedades árabes, así como una mordaz crítica a las sociedades occidentales, adormecidas por el consumismo, en el que se muestran cámaras digitales o teléfonos última generación.

El libro de imágenes

Sin duda, esta propuesta está muy ligada a su visión del séptimo arte que pudo verse en su proyecto artístico más ambicioso hasta el momento, 'Histoire(s) du cinéma', en la que analizaba la Historia del Cine a través de fragmentos, creando una obra auténticamente vanguardista, un collage de cine, como lo es también su propuesta más reciente, en la que da un paso más allá, mostrando en su discurso la incapacidad de reconocer los horrores perpetrados en la historia más reciente por parte de los países más avanzados del mundo.

Como sucedió con 'Adiós al lenguaje', 'El libro de imágenes' es una auténtica experiencia dodecafónica, semejante a las composiciones de Arnold Schönberg. Godard vuelve a hacer alarde de que su cine está alejado de cualquier percepción narrativa, en pos de buscar una nueva especie de percepción artística, la búsqueda de la verdad más allá de interpretaciones verbales, cual pura esencia carente de forma. Una experiencia que debe recibirse con la mente en blanco, dejándose llevar por el sonido, el color y la dureza de su mensaje.

Nota: 9

Lo mejor: Las múltiples percepciones que transmite a través de las imágenes, siempre con un mensaje crítico.

Lo peor: No está hecha para todos los públicos, algo que tampoco el cineasta busca.

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