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CRÍTICA

'Liuben': El odio más extremo de la propia tierra

Crítica de 'Liuben', ópera prima de Venci Kostov. Protagonizada por Dimitar Nikolov y Bojidar Iankov Asenov.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 7 de Julio 2023 | 10:15
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Liuben': El odio más extremo de la propia tierra

A pesar de ser miembro de la UE, Bulgaria no es uno de los países que se haya caracterizado por ser los más democráticos ni tampoco uno de los más receptivos de los derechos LGBT. Es más, el país fue noticia recientemente por el violento boicot que hubo contra la cinta belga 'Close', cuya ambigua temática provocó brutales manifestaciones de radicales, que tacharon al largometraje de Lukas Dhont como "pedófilo".

Liuben

Quizás por ser una realidad tan hostil, de un país abiertamente homófobo y racista (además de no mostrar en contra de muchos de los postulados de la Rusia de Putin respecto a Ucrania), el búlgaro aficando en España Venci Kostov ha querido mirar hacia atrás. Criado en Málaga, el realizador debuta en el largometraje con 'Liuben', considerada la primera cinta que es abiertamente de temática LGBT que es rodada en el país balcánico.

Con el riesgo de quedarse a medias de la producción por el miedo que había por parte de los productores búlgaros de apoyar propuestas de este estilo, 'Liuben' es un bofetón con la mano abierta para el público. Lo es porque en sus 108 minutos narra un relato convencional de amor imposible homosexual en el que se perciben los odios viscerales a sus protagonistas por motivos diversos.

Liuben

Para comenzar, 'Liuben' tiene un trasfondo ambiguamente amoroso. Kostov deja la duda de si relación entre Victor, un joven búlgaro que regresa a su país natal tras haber pasado buena parte de su vida en Málaga, y Liuben, un joven gitano que se gana la vida como buenamente puede y tiene una novia embarazada que planea a sus espaldas vender al bebé en Grecia, es fruto del interés, el deseo o un vínculo que termina naciendo entre ambos, algo similar se abordó en la cinta alemana 'Label Me', de Kai Kreuser; en la que se exploraba la relación entre un refugiado sirio que ejerce de chapero y un ejecutivo alemán con el que termina teniendo un ambiguo vínculo emocional.

Bofetada de realidad sobre la falta de derechos LGBT en Bulgaria y un racismo incrustado en la sociedad sobre la etnia gitana

En este caso, 'Liuben' toca un tema mucho más propio de la idiosincrasia búlgara: la marginalidad en la que viven los gitanos. La cinta muestra el rechazo frontal a la gente de etnia romaní,de la misma forma que el bofetón en la cara que se siente con la homofobia que se percibe en la sociedad del país balcánico. Es más, Kostov contrapone las vivencias del protagonista, aficando en España y en una sociedad en la que los derechos LGBT están garantiados, entre su país natal y el de acogida.

Liuben

Es imposible no percibir que hay una parte autobiográfica en el relato de Kostov, quien también vive desde hace muchos años en España. Por otro lado, el realizador aprovecha los cánones propios de las cintas LGBT sobre autodescubrimiento para llevarlo a un ambiente completamente hostil. En esa línea, el realizador parece haber seguido los planteamiento del sueco de origen georgiano Levan Akin que tuvo con la estupenda 'Solo nos queda bailar'.

Ahora bien, Kostov lo lleva a una realidad más cruda si cabe, en la que la ambigua relación de poder entre Victor y Liuben termina teniendo toques que evoca ese cine underground y en clave LGBT que realizó R.W. Fassbinder en los 70 y 80. Dado que las condiciones en las que se concibió el film fueron hostiles, toca tenerlas muy en cuenta a la hora de abordar esta relación entre un joven que regresa a su país natal y un gitano que busca salir de una realidad que le condena a vender sandías en una cuneta.

Ópera prima cruda y directa, Venci Kostov brilla con una propuesta que tiene muy claras sus intenciones. Con la ayuda de dos actores que defiende a la perfección sus papeles, toca especialmente aplaudir a Bojidar Iankov Asenov, el cual tiene un magnetismo que recuerda al que tenía el malogrado José Luis Manzano en 'Navajeros' o 'El pico'. Un ejemplo de vuelve a recordar cómo la lucha de los derechos LGBT debe continuar y cómo los avances siguen siendo asimétricos incluso dentro del Viejo Continente.

8

Lo mejor: La crudeza con la que Kostov narra la cruda realidad LGBT en Bulgaria y el racismo sistémico hacia la población romaní.

Lo peor: Tira de clichés en varios momentos.

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Liuben 8,0 Liuben