El cine español lleva una época en la que echa la mirada atrás para narrar increíbles aventuras de verano, como sucedió en las notables 'Érase una vez en Euskadi', 'El universo de Óliver' y 'Live Is Life'. Ahora es el turno de 'Llenos de gracia', cuyo encanto difiere notablemente de las demás al ser un relato basado en hechos reales, además de narrar una entrañable aventura estival en la que un grupo de niños aprende a jugar en equipo y, además, reivindica la figura del tutor, del maestro, como fundamental en el desarrollo de los menores, especialmente a aquellos que son considerados conflictivos.
La historia central narra cómo la hermana Marina llega a una congregación que se ocupa del colegio El Parral, que funciona también como internado para niños que no tienen padres o cuyos progenitores no pueden hacerse cargo de ellos. Los menores se quedan recluidos en el recinto escolar durante las vacaciones de verano, lo que provoca que estén descontrolados, al funcionar la escuela a medio gas. El filme aprovecha la fórmula del profesor que llega a un aula difícil para narra un relato entrañable, lleno de emoción, que sabe utilizar las convencionalidades del cine feel-good para crear una historia llena de pasión y cariño con sus protagonistas.
Aquí se ve la magia de su guion, escrito por el director Roberto Bueso y Óscar Díaz, quienes aciertan en su apuesta por poner el foco de atención tanto en los menores protagonistas, como en Carmen Machi, una auténtica directora de orquesta que desprende calidez con uno de sus papeles más entrañables. En cierta manera, recuerda al esfuerzo que ponía Whoopi Goldberg en la secuela de 'Sister Act' porque sus alumnos estuvieran orgullosos de sus raíces y las aprovechasen para crear una melodía en común. En el caso de 'Llenos de gracia', esto sucede con el fútbol, pasión que une a esos chavales huérfanos, los cuales viven desde muy niños realidades que les hacen ver la vida de manera pesimista.
Un entrañable relato familiar lleno de emoción
Bueso configura una fábula familiar que dar con la tecla para resultar emocionante sin llegar al empalago; sabe mostrar unos niños que no son unos santos, pero tampoco unos diablos, y lo más esencial: recuerda que es fundamental la figura del profesor, aquel que es capaz de sacar lo mejor de sus alumnos. Aquí, 'Llenos de gracia' puede codearse con historias de alumnos difíciles que logran ver el mundo de otra manera gracias a sus maestros, jugando en la línea de 'Profesor Lazhar' o 'Los chicos del coro', con el añadido de ser un relato basado en hechos reales, al narrar la infancia de Valdo, jugador actual del CD Izarra, pero que estuvo en Primera División, jugando para clubs como el Real Madrid o el Osasuna.
Con una Carmen Machi espléndida; un equipo de actores jóvenes que rebosan talento y energía, sorprende cómo los niños son capaces de transmitir una situación dramática y sonreír al mismo tiempo; y unos secundarios de lujo, con una cándida Paula Usero, una severa Nuria González y un encantador Pablo Chiapella; 'Llenos de gracia' es, sin duda, una fabulosa aventura de verano, ese ejemplo de película que logra el complicado equilibrio de cine de autor y cine comercial. Una propuesta que recuerda que, en la industria, esos filmes de 'clase media' buscan y reivindican su presencia en un momento tremendamente frutal para la taquilla.
Nota: 7
Lo mejor: La pasión y entrega que transmite Carmen Machi, su mensaje optimista y positivo.
Lo peor: Infravalorarla por su carácter comercial o que utilice convencionalidades del cine feel-good.
