Los años de juventud suelen ser constante fuente de inspiración para relatos de ficción, prueba de ello son los cortometrajes de Jordi Núñez. El joven cineasta valenciano ya se adentró en los problemas relacionales de veinteañeros en 'Amor de Dios', 'Cachitos' y 'Píxeles'. En cierta forma, el espíritu de sus cortos está dentro de su ópera prima, 'Lo que sabemos', que llega a salas comerciales tras verse en la Sección Oficial de la Mostra de Valencia 2022.
'Lo que sabemos' comienza con Carla, una joven venezolana que trabaja como camarera en un restaurante de playa. La veinteañera está estudiando psicología en la Universidad de Valencia y pronto se descubre que el motivo de que haya recalado en el Levante está relacionado con que ella y su madre están protegidas por la policía por ser víctimas de violencia machista. Aunque el film podría haber ido por esa vena dramática, Núñez, quien también, opta por el relato más cercano al costumbrismo, con cierta mirada bucólica.
Ese movimiento resulta inteligente, pues permite ver cómo la joven está rehaciendo su vida y cómo busca que el trauma del pasado no marque su futuro. Es más, el film muestra una situación muy dramática, pues Carla tiene a su madre enferma con cáncer, lo que le obliga a tener que trabajar más horas extra mientras intenta sacarse la carrera. Núñez tiene ese elemento social, pero opta por narrar una historia más cercana a las vivencias propias de la juventud, mostrando que la universitaria quiere, a pesar de la adversidad, seguir viviendo.
Una notable ópera prima
Es ese factor donde la cinta más crece, puesto que la historia que Núñez narra es una representación de cómo se forjan o rompen las amistades en la etapa universitaria, especialmente en una ciudad como Valencia, capital de provincias, en la que se plasman también las dudas de un grupo de veinteañeros que desean seguir viviendo en la ciudad pero que se debaten si arriesgarse a irse a otra ciudad como Barcelona o Madrid. Lo que también llama la atención es cómo Núñez va forjando los vínculos emocionales entre este grupo de amigos, especialmente cuando entre Víctor, el interés amoroso de Carla, y Marina, la mejor amiga de este, quienes viven una especie de relación ambivalente.
Es esa relación, la cual puede considerarse tóxica, la que añade más complejidad a la cinta, en la que se ven los errores propios de la juventud y también las enseñanzas que da la propia experiencia de la vida. Es ahí donde entra la importancia del reparto. Sus cuatro actores protagonistas están correctos, especialmente Nakarey Fernández y Javier Amann, quienes interpretan magníficamente el salir hacia delante frente al infortunio o el rendirse antes de tiempo por saber que existe una red de protección detrás, respectivamente. Ambos representan las dos caras de una misma moneda.
Núñez sabe crear un notable largometraje con pocos recursos, lo que demuestra el talento de un realizador que tiene la habilidad de captar las emociones y saber transmitirlas con un reparto coral con el que ya había trabajado, lo cual denota una confianza previa en la que se ve una relación profesional a largo plazo. Una buena ópera prima de un realizador con una sensibilidad única.
Nota: 8
Lo mejor: La sensación de naturalidad que transmite cada escena.
Lo peor: Su final es demasiado agridulce.
