El catalán Pau Calpe demostró tener buen enfoque para el drama rural con su ópera prima, 'Tros (Tierra)', en la que se le veía cómo el amor por el terruño podría provocar auténticas desgracias propias de esa España vaciada a la que se le mira entre con condescendencia, miedo y desprecio. El realizador, en cierta forma, mantiene parte de esa atmósfera para su segundo largometraje, 'Lobisón (Llobàs)', que llega a salas comerciales tras su paso por festivales como el de Varsovia o el D'A.
Adaptación de la novela de Ginés Sánchez, esta versión opta por apostar por una atmósfera en la que lo sobrenatural y lo violento se percibe más que verse de forma explícita. A diferencia de lo que se espera de un relato con hombres lobo, el tono del guion (firmado por el propio Calpe junto con Nati Escobar Gutiérrez) tira más hacia el drama con enfoque social.
Si no fuera porque hay escenas del joven comiéndose vivas a gallinas o con noticias sobre desfiguramientos faciales de abusones de barrio que le acosaban, bien podría pasar esta producción por un relato firmado por Juan Miguel del Castillo o Alfonso Zarauza, como 'Techo y comida' o 'Los fenómenos'. Una familia disfuncional, ambulante y que va de un pueblo a otro y ganándose la vida como buenamente pueden, incluso si eso implica trapichear o cometer algún pequeño robo.
Licántropos envueltos en un drama social
Sin embargo, ese escenario se torna en una cinta de misterio por las noches, cuando el joven protagonista intenta reprimir unos instintos que son superiores a él y lo que explican por qué su hermano mayor y su cuñada lo llevan de un pueblo a otro en una destartalada caravana. León Martínez encarna a este hombre lobo miedoso, un chico mudo y lleno de inseguridades. Precisamente, su interpretación es lo que le dota al personaje de esos temores a su naturaleza, en la que puede percibirse una especie de peso por el pasado familiar (dado los flashbacks en los que se ve la influencia paterna negativa).
La combinación entre ambos tonos de película deja impresiones un tanto irregulares. Se agradece que se quiera apostar por reformular lo arquetípico de lo sobrenatural, que se juegue al misterio, pero no va a más. Sí, las interpretaciones son muy loables, pero no hay mayor trasfondo que lo planteado desde el inicio. La cinta tiene demasiados silencios y su ritmo tiende a ser monótono. Lo que prometía ser una atmósfera diferente sobre el género se convierte en una situación anticlimática.
'Lobisón (Llobàs)' busca servir de parábola sobre el peso del concepto de la masculinidad a través de los traumas familiares. Es algo evidente, pero que se pierde en una serie de secuencias lánguidas que dejan un resultado menos redondo de lo que prometía. A pesar de ello, cuenta con unas interpretaciones magníficas, que elevan a la cinta. Habrá que estar muy pendiente de los futuros proyectos de León Martínez, quien ya demostró ser una joven promesa cuando era un niño actor en 'Merlí'.