Esta crítica NO contiene spoilers de la película
¿Dónde está el límite para el cine de superhéroes? Películas cada vez más grandes, producciones cada año más caras, con repartos más hinchados y repletos de estrellas, efectos especiales más rompedores y planes interminables a lo largo de años y años de estrenos previstos.
En 2016, la película más vista fue 'Capitán América: Civil War', y otras cinco cintas protagonizadas por hombres (y alguna que otra mujer) con superpoderes se posicionaron entre las 15 producciones más vistas en todo el mundo. Todas ellas formaban parte de sagas que llevan en el cine hasta más de una década. Y todas ellas mostraban enfrentamientos entre más de un superhombre, incluso entre puñados de ellos. Desde 'Iron Man', hace ya 12 años, y desde 'El Hombre de Acero', el patrón a seguir por Marvel/Disney y DC/Warner Bros ha sido claro: más grande, más ruidoso, más espectacular. ¿Dónde está el límite?
'X-Men: Apocalipsis' de Bryan Singer también cayó en esta tentación el año pasado. La saga de los mutantes de Fox, sin duda una de las piedras angulares del género tal y como lo conocemos ahora, ha dado volantazos en todos los sentidos. A veces con mejores resultados, a veces con peores. Y dentro de ella, el spin-off protagonizado por Lobezno era sin lugar a dudas un producto inferior.
'X-Men Orígenes: Lobezno' (2009) no llegaba siquiera a entretener del todo, y aunque 'Lobezno Inmortal' (2013) sí lo hacía, seguía sin destacar en ningún sentido. Lo que nos lleva al cierre de la trilogía, 'Logan', la película con la que Hugh Jackman ha prometido despedirse del mutante de las garras de adamantium. Que fuera mejor no sólo era fácil: era imprescindible para que Lobezno se fuera por la puerta grande.
'Logan' supera todas las expectativas realistas que uno pudiera tener. James Mangold repite dirigiendo tras la segunda película centrada en el personaje, y su realización no está mucho más inspirada. Este es un director tan versátil y práctico como para haber firmado cosas tan diferentes como 'Inocencia interrumpida' y 'En la cuerda floja', pero no es baladí que una de sus películas más aclamadas sea 'El tren de las 3:10'. Un western, género del que 'Logan' toma prestados ciertos recursos y tópicos, sobre todo formales. Pero también narrativos: Lobezno es aquí un forajido solitario, honrado pero tosco. De esos que enamoran al público porque intuimos un hombre roto y endurecido por el tiempo.
Lo que hace 'Logan' es romper el corazón a los fans, sin piedad y con premeditación. Un Lobezno acabado, rendido, que esconde en medio del desierto mexicano a un Xavier anciano, enfermo, senil y drogado. Es 2029 y Logan sobrevive en un mundo sin mutantes haciendo de conductor de limusinas, huyendo de las peleas y de las heroicidades. Palabra clave: sobrevivir.
Que no es lo mismo que vivir. Esa es una de las lecciones que tendrá que aprender Lobezno, uno de los lugares menos explorados por el cine de superhéroes. Y uno en el que 'Logan' triunfa, volviéndose una de las películas de su género más interesantes de la década. No porque sea más espectacular, no porque tenga las mejores escenas de acción ni porque reúna a muchos personajes de los cómics. Simplemente porque es la más humana, al menos desde el 'Hulk' de Ang Lee (2003) y 'El protegido' (2000).
Dolorosamente humana, en muchas ocasiones. Pero no por ello deja Mangold de lado el espectáculo. Las más de dos horas de duración están salpicadas de varias escenas de acción brutales, en el sentido más literal de la palabra. Las peleas de Logan y Laura, la pequeña niña mutante interpretada por Dafne Keen, son feroces, están llenas de gruñidos y rabia incontrolable. Sus garras atraviesan innumerables miembros, torsos y cráneos con una violencia extrema y gráfica que pondrá a prueba a los más sensibles. Y además de la atmósfera de crudo y áspero western, tiene un tono trágico y taciturno que no se ve aligerado por la ausencia de gags cómicos. No queda mucho humor en este universo.
A diferencia de esos relojes suizos que son las películas de Marvel Studios, 'Logan' es imperfecta. No está hecha por un equipo de cabezas y revisada por unos calculadores ejecutivos. Está hecha desde las entrañas y el corazón, con sus fallos y sus excesos (por ejemplo: el innecesariamente largo metraje), pero con el suficiente pulso por parte de Mangold para que no se le vaya de las manos. Es una película hecha con total libertad por unos fans, y dedicada con todo el cariño y el respeto a todos los fans de este personaje, sin por ello renunciar a contar una historia universal. Es lo que DC quiere y no ha sabido hacer hasta ahora.
Porque solo desde la total libertad creativa se entiende que Mangold y sus coguionistas Scott Frank y Michael Green hayan podido hacer una historia tan oscura, realista, honda, compleja y dura. Y solo tras el éxito sin precedentes de 'Deadpool' el año pasado es comprensible que Fox haya dado esta manga ancha, confiando tanto en la visión de un equipo, como hicieron con Ryan Reynolds y los suyos.
A 'Logan' le da igual no gustar a todo el mundo, algo impensable en otras producciones recientes del género. Está hecha para aquellos que aman a Lobezno, y explora su conflicto interno y el concepto "mutante" de los X-Men hasta las últimas consecuencias.
Es el canto del cisne que muchos no se atrevían a soñar, una película que redime una trilogía decepcionante y que lleva no sólo el universo de los mutantes a un nivel que nunca había ni olido, sino que da al cine de superhéroes un nuevo objetivo al que aspirar. El del cine con alma. Desde 'El Caballero Oscuro', ninguna película protagonizada por uno de estos personajes había triunfado tanto tomándose tan en serio a sí misma.
Y además Mangold ha logrado introducir ciertos guiños muy meta a los cómics. Literalmente, muchos de estos personajes conocen a los X-Men a través de sus tebeos, unas historias que Lobezno desprecia, porque representan aquí un ideal imposible y ficticio. Uno de los villanos principales se autodenomina "fan", y creció leyendo las aventuras de estos personajes. Quizá hay ahí un mensaje velado hacia gran parte de esos seguidores que reinan en Internet y desprecian y derrumban el trabajo de los que hay detrás de sus "héroes".
Imprescindible e imperfecta
Un par de aspectos impiden que 'Logan' toque el cielo, a pesar de sus inestimables intenciones. Uno, las limitaciones de Mansgold como realizador, quizá más resultado de sus ambiciones, descriptivas y prácticas más que estilísticas, que de sus capacidades.
El otro, más importante, es un guion lleno de agujeros. Algunos son detalles pasables: un vídeo imposible en un móvil que se usa para mostrar un punto muy importante de la trama; el uso del idioma español a conveniencia por parte de unos personajes y no por otros. Otros son los típicos a los que este género nos tiene acostumbrados: unos villanos planos, arquetípicos y sin motivaciones concretas ni claras, confiando en ese mensaje que siempre acompaña a los mutantes, de diversidad, de resistencia ante el odio y la xenofobia. Otros son imperdonables, como esa enfermedad que achaca al viejo Logan. Uno de los recursos más importantes para mostrar esa situación decadente de Lobezno, pero sin razón real ni verosímil.
De todos modos, uno acaba pasando por alto todos estos problemas, y también el de la excesiva duración con sus altibajos, porque 'Logan' se centra en lo que toda buena película debe priorizar si quiere aspirar a ser memorable: sus personajes. Las relaciones entre los tres protagonistas, Logan, Laura y Xavier, son al final el corazón de esa humanidad que transpira la película. También, en menor medida, secundarios como Caliban (Stephen Merchant).
Patrick Stewart hace algo nuevo con el profesor Xavier, aquí un viejo senil, adorable pero con su propio conflicto interno, y además un punto de la trama imprescindible. Muchas de sus escenas con Logan parecen pertenecer a ese cine indie de Sundance, de personajes irreverentes que enamoran. La pequeña Dafne Keen, a la que vimos en la serie española 'Refugiados', está a la altura de estos dos titanes, y con las mínimas líneas de diálogo. Y Hugh Jackman no tiene nada que demostrar, sobre todo a la hora de encarnar a uno de los superhéroes más inolvidables del cine, que le pertenece por derecho propio. Preparaos para llorar con Lobezno en un último plano que no podría ser más perfecto.
Xavier, Logan y Laura; tres generaciones y tres visiones diferentes de lo que es la esperanza, ese sentimiento que sobrevuela toda 'Logan'. Algo necesario para el anciano, algo fútil para el roto Lobezno y algo por descubrir para una niña que conocerá el significado de las palabras "familia" y "hogar". Y de paso, se lo recordará a ese que lo ha olvidado. Sí, 'Logan' nos rompe el corazón, pero solo para recomponerlo con un emotivo relato de los que faltan en este tipo de cine.
Veremos si Jackman y Mangold cumplen lo prometido, y 'Logan' es realmente el cierre definitivo al personaje y su historia. Lo valiente sería que este fuera el final de Lobezno, más allá de las posibilidades que ofrece X-23. Hugh Jackman debería enterrar sus garras. Él y Patrick Stewart nunca han estado mejor como mutantes. De aquí solo podrían ir para abajo.
Nota: 8
Lo mejor: La humanidad que Mangold y Jackman han imprimido en el cierre perfecto para Lobezno
Lo peor: Un guion al que hay que pasarle por alto varios agujeros