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CRÍTICA

A 'Lou Andreas-Salomé' también le pertenecía el lugar de los espíritus excelsos

El biopic 'Lou Andreas-Salomé' pone en el mapa para el espectador a una de las primeras psicoanalistas, colaboradora de Freud.

Por Sandra Sánchez Guerra 27 de Abril 2018 | 09:42

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A la lista de mujeres que destacaron en diversas disciplinas pero cuyo trabajo quedó enterrado por la "manía" histórica y machista de sólo alzar las teorías y publicaciones de los hombres, el biopic 'Lou Andreas-Salomé' pone en relieve a una erudita que deberíamos conocer. Mientras que para algunos espectadores, 'Genius' nos presentó a Mileva Maric, matemática y física colega de Albert Einstein que ayudó al genio en sus primeras investigaciones, haciendo su aportación también a la Teoría de la relatividad; esta película nos descubre a una de las primeras psicoanalistas, colaboradora de Sigmund Freud.

Nacida en San Petersburgo, Rusia, Louise von Salomé pronto quiso deshacerse del destino pusilánime que su época le había reservado como mujer. Empezó a interesarse por la filosofía recibiendo clases de un pastor que acabó proponiéndole matrimonio. En ese momento, hace un pacto consigo misma para alejarse de la carne, de las pasiones, y no sacrificar su dedicación al estudio y la escritura. Más tarde, por el camino, conocería a Paul Rée, Nietzche y Rilke. Y con ellos, su sentencia. Todos la admiraron por su capacidad intelectual, pero si algo de ella llegó a posarse en nuestro conocimiento, probablemente fue el que era amante de Rilke o que Nietzche se enamoró perdidamente de ella, pasando por alto cómo ayudó Salomé a dar a conocer e introducir en el mundillo la poesía del checo.

'Lou Andreas-Salomé'

Ya como psicoanalista retirada, Nicole Heesters interpreta a Lou Andreas-Salomé en sus últimos años de vida. Un escritor en crisis, incapaz de hilar palabras sobre el papel, llama a su puerta para que le ayude a volver a escribir y acaba redactando las memorias de la protagonista. Con esta excusa, en algunos momentos un poco anárquica, como en el arranque, la película va dando saltos temporales y nos muestra diversas versiones de la escritora: un fugaz vistazo a su niñez y adolescencia, deteniéndose más en su juventud y madurez como intelectual de la mano de la actriz Katharina Lorenz.

¿Llegamos a conocer a Lou Andreas-Salomé con este biopic? Más bien, habría que decir que el filme nos pone sobre la pista de una mujer que debió resultar apasionante al salirse de la norma y, por ende, provocó pasiones. Sin embargo, no llega a profundizar en ella todo lo que debería y sus contradicciones sólo se esbozan. En este sentido, se nota que 'Lou Andreas-Salomé' se preocupa más por mostrar la fascinación de ellos por la rusa en muchos momentos que de hacer un retrato en el que verdaderamente ella sea el centro y no una protagonista circunstancial. Es difícil mostrar una visión no tan convencional cuando se sigue la fórmula de siempre para marcar el ritmo del biopic.

'Lou Andreas-Salomé'

Instantes de agudeza visual

En varias ocasiones, para contextualizar una escena, vemos a los personajes recorriendo escenarios como si fueran figuras vivientes dentro de postales, una ruptura en lo visual que, sin ser nada del otro mundo, hace respirar algo la forma en que se cuentan los acontecimientos. Un poco al margen queda en este aspecto, el que se note perfectamente que la imagen incrustada y editada "desentona" con el fondo de postal que adopta la escena. Es más una intención que un fallo.

Otra cosa diferente es lo que ve la protagonista, en su versión joven, en un par de escenas. Al no estar enmarcado este elemento en una imagen que funciona como transición, nos saca bastante de la historia. Además, es la única forma que encuentra el relato de refleja este tema, muy tratado por encima, y que se incorpora a la narración con la intención de dar una impresión de originalidad pero, de nuevo, deja al personaje tirado con sus contradicciones, sin ahondar en lo que cree o no.

A saber de Lou Andreas-Salomé, que fue tan molesta para el régimen nazi como lo fue Albert Einsten. La Gestapo secuestró su biblioteca en 1937, días después de su muerte. Ernst Pfeiffer, su biógrafo y el escritor que en la película acude en su ayuda, fue el que se encargó luego de que Gotinga almacenase el legado de la psicoanalista. El narcisismo positivo, la mujer y la sexualidad fueron sus campos de trabajo.

Nota: 5

Lo mejor: Las actrices que llevan el peso de la interpretación de Lou Andreas-Salomé.

Lo peor: Resulta demasiado inocua por sus convencionalismos.