Pixar nos tiene acostumbrados a darle mucho al coco (sin intención de hacer un juego de palabras). No solo con películas claramente complejas como 'Soul' o 'Del revés (Inside Out)', en casi todas las cintas del estudio de animación se introducen temas que dan para un buen debate post-visionado. 'Luca' no es diferente en ese sentido, aunque sí se apoya muchísimo más en las sensaciones que el resto de películas del estudio. Y sobre todo quiere que lo pases bien y dejes las lágrimas para otro día. La de Enrico Casarosa es una historia más simple, pero que sigue guardando un montón de lecturas interesantes. Todo mientras nos hace viajar a Italia cuando más ganas tenemos de coger la maleta.
'Luca' está protagonizada por un joven monstruo marino al que han inculcado que tiene que evitar la superficie a toda costa. Porque allí arriba viven unos monstruos llamados humanos que le cazarán en cuanto le vean. Pero un día Luca conoce a Alberto, otro monstruo adolescente, que sí ha salido a la superficie y está extasiado con lo que ha visto allá afuera. Con un poco de insistencia, y la promesa de una Vespa para ver todo el mundo, convence a su nuevo amigo para que salga del mar y vivan un verano muy diferente en la villa costera de Portorosso.
La película es lo más cerca que ha estado Pixar de hacer un cuento animado. Algo que podíamos prever si recordamos 'La Luna', esa preciosidad de corto hecho por el mismo Casarosa para el estudio. No solo la historia tiene una estructura muy de cuento, con sus moralejas finales, también el estilo de animación rompe con la tónica de anteriores propuestas del estudio para contar con su propia estética, una en la que las proporciones humanas están más exageradas que nunca y los personajes casi parecen hechos de plastilina, como si estuviéramos ante una película de Aardman. El resultado es absolutamente adorable, y todo ello está animado con un gusto exquisito. Desde los increíbles detalles, colores e iluminación tanto del mundo submarino como de Portorosso a cada mechón de pelo de Luca, todo es bellísimo en esta película. Cada plano tiene tal nivel de detalle y tanta belleza que, de nuevo, es inexplicable que Disney haya decidido que esta película solo se vea en su plataforma de streaming, sin llegar a cines. Lo mismo ocurre con su preciosidad de banda sonora compuesta por Dan Romer, ojalá poder transportarnos a la riviera italiana en un cine gracias a sus melodías y a la selección de temas clásicos del país. En su lugar, espero que tengáis unos buenos altavoces en casa para vivirla en condiciones. Pixar vuelve a equilibrar perfectamente ese toque cuco con un apartado técnico que no deja de hacerse más y más increíble. Se nota en la transformación de humanos a monstruos de Luca y Alberto cuando se mojan o en el simple uso del agua, que suele dar bastantes quebraderos de cabeza a los animadores. La iluminación también es de locura. Los amaneceres, atardeceres o noches de Italia no podían lucir mejor.
Benvenuti in Italia
Italia en general no podía lucir mejor. 'Luca' es la campaña turística definitiva. Portorosso es una fantástica representación de cualquier pueblo costero del Mediterráneo, con sus plazas empedradas, sus casas bajitas con señoras cotilleando en la puerta, sus calles sinuosas llenas de vida (salvo cuando pega el sol). Enrico Casarosa y su equipo consiguen insuflar a 'Luca' de una autenticidad que nos permite degustar los platos de pasta que el padre de Giulia prepara a los niños, con tanto detalle que casi parece la comida de un anime, oler el mar y sentir la brisa en la cara. Es una carta de amor a Italia, a los recuerdos de su infancia, y sobre todo a esos veranos que parecían eternos y que estaban llenos de aventuras.
Centrándonos en la historia, la película está dedicada a ensalzar el valor de la amistad, de esas amistades tan especiales y faltas de prejuicios que hacíamos de pequeños y que, aunque puede que duraran un solo verano, nos marcaban para siempre. Esos amigos que nos impulsaban a salir de nuestra zona de confort, a probar cosas nuevas, a vivir aventuras. Aquellos que despertaban nuestra curiosidad, que nos enriquecían y nos ayudaban a forjar realmente nuestra personalidad y encontrar a "nuestra gente". El vínculo entre Luca, Alberto y Giulia es realmente especial y fuerte. Incluso cuando se muestra la competitividad que puede aparecer entre varios amigos lo hace con sumo cariño, haciendo a los tres protagonistas personajes inspiradores y vulnerables, con mucho todavía que aprender pero con la inocencia por bandera. Todos ellos se crecen gracias a los increíbles trabajos de Jacob Tremblay, Jack Grazer y Emma Berman en el doblaje original. Tremblay le da a Luca ese punto temeroso y cadencia de niño bueno que no quiere destacar. Jack Dylan Grazer es puro carisma y descaro como Alberto. Y Emma Berman es una bomba como la loquísima Giulia, graciosísima y espontánea. Si algo se nota en 'Luca' es que se lo han pasado muy bien haciendo la película y los puntos de humor funcionan estupendamente, como el simple pero efectivo "¡Silenzio, Bruno!" para acallar los miedos y dejarse llevar, jugando con los tópicos de Italia con el suficiente cariño como para que nadie se pueda sentir ofendido. El elenco de secundarios, como el matón del pueblo (que es una trama bastante trillada, todo hay que decirlo) o la madre de Luca, doblada por Maya Rudolph, también ayudan mucho a que la película sea muy divertida. Importante también cómo refleja las dinámicas con las familias. Al final sí que va a tener chicha, sí.
Pero dentro de toda esta oda a la amistad y al verano se esconde otra película que no termina de funcionar tan bien. 'Luca' también quiere ser un canto a la tolerancia y a abrazar al diferente, en este caso incidiendo en el miedo y el rechazo que despiertan los monstruos marinos en los humanos y viceversa. Todo esto, que alberga lecciones importantísimas, se salda con un final bastante precipitado y facilón, que no es todo lo emotivo que debería ser, y es una pena porque es un mensaje que debería sonar más fuerte. Mucho se ha hablado de un subtexto LGTBQ en la historia, y aunque Enrico Casarosa y el guion de Mike Jones y Jesse Andrews dejan todo el rato claro que no existe amor romántico o atracción entre Luca, Giulia o Alberto, solo una amistad absolutamente inocente, no puedo evitar señalar que es una grandísima oportunidad perdida para Disney y Pixar no haber dado por fin el salto de fe y abrazar la diversidad más allá de colgar un post con una bandera arcoíris en redes sociales por el mes del Orgullo. Por supuesto que 'Luca' funciona como película sobre la amistad más pura, pero claro que se podría leer que unas criaturas "diferentes" teniendo que aparentar ser como los demás para sobrevivir es un claro guiño a la comunidad LGTBQ. De nuevo miles de niños LGBTQ tendrán que aprender a leer entre líneas para encontrar historias que hablen de ellos y de las situaciones que solo ellos pueden estar pasando. Antes de que se queje nadie, desde que el cine es cine los niños y las niñas se han enamorado, a ver si ahora nos vamos a olvidar de películas como 'Mi chica'. Esto no va de sexualizar a niños, una excusa terrible para volver a separar a los niños LGBTQ de los niños heterosexuales y negarles un espacio que se les ha negado en la cultura popular. Si son un niño y una niña enamorados, son adorables. Si son dos niños o dos niñas, es política. Que esos niños y esas niñas pudieran verse directa y claramente identificados con personajes de Disney marcaría una diferencia inmensa en sus vidas. Lo que hubiera dado por verme reflejado en una película de Disney cuando era pequeño y por mi cabeza pasaban cosas que no llegaba a comprender. Esto, ya digo, no es culpa de Enrico Casarosa ni de 'Luca', que al menos han tenido la deferencia de no querer juntar también a Giulia con ninguno de los dos niños por muy "adorable" que pudiera resultar. Quería contar una historia sobre la amistad y lo ha hecho, estupendamente además. Pero al final coger un atajo en su alegato por la tolerancia acaba por no poner la guinda en el pastel, con o sin dobles lecturas. En un momento en el que el mensaje de aceptar al diferente es más importante que nunca, debería haber resonado con más fuerza.
'Luca' es una delicia y una de las películas más luminosas del estudio de animación, un lugar feliz al que escaparse este verano, una cinta llena de aventuras, humor y cariño hacia sus personajes y hacia la misma Italia. Más redonda que 'Onward', y con más personalidad, pero quizás algo lejos de la excelencia de Pixar. No llegará a sacarnos la lagrimita, aunque sí nos asegura un rato de evasión y diversión. También es de agradecer que de vez en cuando nos dejen descansar la cabeza y nos hagan sentir simplemente como si fuéramos niños otra vez y tuviéramos un largo verano por delante para no dejar nunca de jugar.
'Luca' se estrena el 18 de junio en Disney+ sin coste adicional a la suscripción.
Nota: 7
Lo mejor: El carisma de su trío protagonista. El mensaje de la amistad. La animación y la música son una preciosidad. "¡Silenzio, Bruno!".
Lo peor: El final es demasiado precipitado. Una pena que la idea de la tolerancia quede a medio cocinar. La trama del abusón está muy vista.