Tras una ópera prima fallida, la denostada 'I'm Still Here', que sigue dando dolores de cabeza a los que estuvieron implicados en su producción, Casey Affleck lo vuelve a intentar con 'La luz de mi vida', la que muchos creen que debería ser considerada su primera película. Mostrada fuera de competición en la 69ª edición del Festival de Berlín, el oscarizado actor narra un horrible mundo post-apocalíptico en el que las mujeres han desaparecido de la Humanidad.
Un hombre lleva mucho tiempo escondido en el bosque. Le acompaña Rag, su hija de 11 años. El motivo por el que llevan ocultos tanto tiempo tiene su sentido. Hace más de una década comenzó a transmitirse un extraño virus que hizo que las mujeres de todo el mundo enfermasen. Con la mayor parte de la población femenina exterminada, el padre protagonista protege y oculta a su hija preadolescente, de los peligros que existen a su alrededor.
Un mundo sin mujeres, la Humanidad está condenada
Desde el momento de la presentación de la película, Affleck muestra que no se está ante una propuesta típica de ciencia ficción, sino más cerca de una reflexión de autor que aprovecha un elemento de género para narrar la complicada relación entre padre e hija, ante la ausencia de referentes femeninos. Para ello, el actor ofrece una historia que aprovecha ese relato para narrar un acontecimiento mayor, que es el exterminio de las mujeres de la faz de la Tierra por un extraño virus que solo afecta a la población femenina.
Así que, por un lado muestra la relación padre e hija y, por otro, hace un alegato sobre qué pasaría si las mujeres no existiesen. En ambos casos, queda en evidencia que la falta de la mitad de la Humanidad condena al ser humano al completo desequilibrio, dejando escenas en las que los personajes viven en un mundo gris, sórdido y ensombrecedor. En medio están los dos protagonistas, cuya meta es sobrevivir.
En ese camino de supervivencia es donde se ven las influencias más inmediatas de Affleck, con una historia que en forma y tono recuerda a 'La carretera (The Road)', dirigida en 2009 por John Hillcoat y basada en la novela gráfica de Cormac McCarthy. Sin embargo, su ritmo pausado y la mirada del padre a su hija, que se aproxima a la pubertad, recuerda a 'High Life', en la que Claire Denis convirtió a Robert Pattinson en un hombre aislado que debe hacerse cargo de su pequeña hija en mitad del espacio.
Un relato íntimo y cercano
Esa combinación resulta interesante, Affleck la sabe mezclar para crear una propuesta lo suficientemente diferente para provocar interés en el público. A ello se añade cierta sensación de ansiedad y miedo, en los momentos en los que otros hombres intentan arrebatarle a su vástago al protagonista, con peligrosos motivos que el espectador puede imaginar. Su ritmo pausado permite crear mayor empatía hacia ese padre y su hija, creando escenas íntimas, llenas de ternura y cariño, gracias a la buena interpretación de Affleck, actor hecha para protagonizar desgarradores dramas, como de la joven Anna Pniowsky, todo un descubrimiento que debe tenerse en cuenta de cara al futuro.
'La luz de mi vida' es un relato interesante, que deja en evidencia cual necesario es vivir en un mundo equilibrado y ese equilibrio solo se consigue desde la igualdad entre hombres y mujeres. Con ese mensaje, Casey Affleck crea una película con la que se concilia consigo mismo y su carrera como director, puesto que es esta propuesta la que puede considerarse como su auténtico inicio como cineasta, con una historia cercana y bien perfilada, con la que el intérprete espera comenzar un renovado ciclo de su vida.
Nota: 7
Lo mejor: Las escenas paterno-fililales entre Casey Affleck y Anna Pniowsky.
Lo peor: En algunos momentos el cineasta se repite y reitera su mensaje.