Malta no es un país que presuma de una industria cinematográfica sólida. El país insular no fomenta la producción local, carece de escuelas de cine y de salas independientes. Dominado por los rodajes de grandes producciones internacionales, a las que sí se les otorga beneficios; el director Alex Camilleri ha hecho una titánica labor para realizar 'Luzzu', ganadora del Premio del Jurado en la categoría de Drama en la sección World Cinema del Festival de Sundance y elegida por Malta para representar al país en la categoría de mejor película internacional en la 94ª edición de los Premios Oscar.
Camilleri realiza una propuesta de cine social, con la que muestra otro rostro del país mediterráneo, famoso por el turismo de lujo, como lugar universitario para estudiar inglés y como enclave paradisíaco. Sin embargo, tras toda esa fachada de ensoñación, hay familias que deben llegar a fin de mes, así como una tradición y un comercio local que están en peligro de extinción por diversos motivos que Camilleri aborda inteligentemente. Por eso, el filme se titula 'Luzzu', referencia directa a la tradicional embarcación maltesa utilizada por pescadores minoristas, un oficio ancestral que está en vías de desaparecer por la dominación de la pesca de grandes empresas y el fomento de la UE a la gentrificación.
En medio de ese oficio que parece tener fecha de caducidad, está el protagonista, un joven que se debate entre traicionar los valores familiares, pues tiene un luzzu que perteneció a su padre, antes a su abuelo, antes a su bisabuelo y antes a su tatarabuelo; o aceptar las ayudas de los fondos europeos para poder sacar a su familia adelante, pues tiene un bebé recién nacido. Ya lo muestra la primera secuencia del filme, cuando el joven descubre que entra agua en la embarcación, metáfora de lo que está viviendo su oficio.
Una notable ópera prima sobre la desigualdad en Malta y la desaparición de oficios ancestrales
En medio de ese dilema existencial, Camilleri hace un retrato social de su país, en el que se pueden ver varias problemáticas que atañen a la sociedad maltesa, desde la crisis de las tradiciones locales hasta la diferencia de clases, el peso de la religión y cómo la corrupción afecta a la vida de los pescadores pequeños, que ven cómo se impide faenar con normalidad. Es interesante cómo Camilleri aborda este aspecto, pues el mercado negro no aparece retratado de una manera excesivamente sórdida, buscando así la visión social, alejada del thriller más enfocada en lo documental.
'Luzzu' se ve beneficiada por abordar una realidad poco conocida, que es retratada con sumo cuidado y buscando una mirada concreta y real. De ahí, que Camilleri haya optado por actores no profesionales, cuya espontaneidad le permite a la trama fluir con mayor naturalidad, evocando al cine de Alice Rohrwacher. Aquí destaca la interpretación de Jesmark Scicluna, el joven pescadero que es llevado a una situación límite. El cineasta opta por crear un protagonista con varios defectos, que recuerda a los que interpretaba Jérémie Renier en el cine de los Dardenne. De mirada dura, su caída personal y posterior aceptación de la realidad es tratada con una franqueza que atrapa.
Camilleri ofrece al público conocer la realidad social maltesa con un drama bien elaborado, cuya fuerza está en sus interpretaciones, en una trama concreta y en unos escenarios que ayudan a entrar de fondo en la trama. Una ópera prima que es también un tributo a esos oficios artesanos que parece que la sociedad contemporánea ha condenado a la desaparición. Sin duda, bien merece un tributo el luzzu como símbolo de un valor que, a pesar de la adversidad, busca sobrevivir y no quedar enterrado en la historia.
Nota: 8
Lo mejor: El mensaje social que permite conocer las desigualdades de uno de los países más turísticos de Europa.
Lo peor: Es un drama demasiado pausado si se tiene en cuenta que narra situaciones inhóspitas que lo acercaban al thriller. Se siente que la trama del mercado negro está algo desaprovechada.