Sin duda Serge Bozon es un director que no deja indiferente a nadie, para bien o para mal. Después de estrenar la extraña 'Tip Top', en la que Isabelle Huppert y Sandrine Kiberlain eran unas peculiares policías con instintos de dominatrix, el realizador repite con Huppert con 'Madame Hyde', curiosa revisión del clásico de Robert Louis Stevenson que entremezcla drama social, humor negro, comedia absurda y cine fantástico y por el que la actriz de 'La pianista' se llevó el Leopardo de Oro a la mejor interpretación femenina en el 70º Festival de Locarno.
Marie Géquil es profesora de tecnología y física y química en un instituto de uno de los barrios suburbiales de Lyon, con muchos alumnos de origen subsahariano o árabe. La mujer es una fracasada, tiene más de 50 años y en toda su carrera no ha logrado hacerse respetar como profesora, es excesivamente tímida y no inspira autoridad. De hecho, en sus clases reina el caos, gracias a que sus alumnos hacen que haya una verdadera anarquía. Entre sus estudiantes está Malik, el joven rebelde que lo es por sufrir una discapacidad en las piernas que lo obligan a utilizar andador. En el día en el que la luna se teñirá de sangre, Marie realiza un experimento en su laboratorio. Justo en el momento en el que comienza el experimento, cae un rayo sobre la profesora, que la deja inconsciente pero no herida. Cuando la señora Géquil se despierta, se siente diferente, más decidida y nada frágil ni débil, provocando que salga su alter ego, Madame Hyde, que tendrá también poderes. Sin embargo, ¿la señora Géquil será capaz de controlar los impulsos salvajes de Madame Hyde?
La Jekyll y Hyde del sistema educativo francés
Aunque Bozon utilice como referencia el clásico de la literatura fantástico 'El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde' de Robert Louis Stevenson, realmente poco tiene que ver con la novela. Sí, Bozon crea una protagonista con dos personalidades, pero ambas no son las dos caras de una misma moneda, si no más bien un reflejo del deseo que ha reprimido su protagonista. De hecho, el director, que firma también el guion, crea varias pistas. Por un lado está la de su protagonista, una mujer frágil, que siente que su vida profesional se aproxima a su fin y que no ha logrado nada de lo que se había propuesto, pese a ejercer de forma vocacional; por otro lado está la radiografía de un sistema escolar deficiente, que no ve la realidad en la que viven sus alumnos, abocados al fracaso. Ambas pistas confluyen y se retroalimentan.
Sin embargo, la irrupción del elemento fantástico desconcierta, en todos los sentidos. Descoloca pero, inicialmente, funciona, ya que da esa chispa que hace que la película fluya y la trama vaya hacia delante. Se crea esa relación entre profesora y alumno, entre la señora Géquil y Malik, mostrando la clásica historia del joven rebelde que se redoma gracias a las enseñanzas de su mentor. Las pinceladas fantásticas tendrían ese tono conciliador, que le daría un toque diferente a una película de drama social, es más, ese elemento crea situaciones de humor negro, vistas a través de la figura del director del liceo, encarnado por Romain Duris en uno de sus papeles más excéntricos; el marido de la profesora, pocas veces se ha visto a José Garcia como partenaire de una mujer mayor que él y de una forma tan entrañable de marido ideal; o del profesor en prácticas, interpretado por Guillaume Verdier.
Solo Isabelle Huppert podía ser la protagonista
Pero ese toque fantástico acaba comiéndose a la película, volviéndola más absurda y surreal de lo que, quizás, Bozon deseaba. Madame Hyde se convierte en un ser incontrolable hasta para el propio director, quemando lo inusual de la propuesta. Se salva gracias a la interpretación de Isabelle Huppert. Solo una actriz de su calibre podía ser capaz de defender un personaje tan extraño. La gran dama de la interpretación francesa está más que acostumbrada a papeles extremos, ejemplo de ello son 'La encajera', 'La ceremonia', 'La pianista' o 'Elle'. Huppert muestra su lado más frágil, aquel que se vio en 'La comunidad de los corazones rotos', pero de forma más salvaje. Ella es capaz de transmitir fragilidad y dureza con un leve cambio en sus facciones.
'Madame Hyde' es una película difícil de calificar, con claro sello de autor pero que no está hecha para crear empatía con el público. Simplemente, toca dejarse llevar por Isabelle Huppert, que vuelve a derrochar talento con un papel extraño y muy propio de su carrera. Eso sí, la gran virtud de la película es que no deja indiferente a nadie, lo cual es todo un mérito.
Nota: 6
Lo mejor: Isabelle Huppert, como siempre magnífica, y José Garcia, por favor, más papeles para él como este.
Lo peor: Finalmente, Madame Hyde incendia toda posibilidad de lógica.