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CRÍTICA

'Malasaña 32': Arquitectura del terror sin cimientos

Crítica de 'Malasaña 32', la nueva película de terror de Albert Pintó. En cines a partir del 17 de enero.

Por Javier Parra González 17 de Enero 2020 | 09:35

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La arquitectura del terror ha sido, desde que el gótico instaurase el concepto de haunted house como parte indisoluble del propio cine de género, uno de los elementos fundamentales sobre los que poder trasladar los miedos y formas varias de espanto a la pantalla. Ha llovido mucho desde 'El caserón de las sombras', título seminal de casa encantada que, ya en los años treinta del pasado siglo, era de aquellos que se habían atrevido a convertir el espacio donde se desarrollaba la trama en un protagonista más de la película.

Malasaña 32

Poco a poco, la mansión, el castillo, la villa, la cabaña o aquella casa alejada en las afueras, vendrían a ser conceptos que el cine de terror ya habría explotado hasta la saciedad en los años setenta. No es extraño encontrarnos con ejemplos como los de 'La semilla del diablo' o 'La centinela', que en 1968 y 1977 respectivamente, trasladaban el espacio encantado por antonomasia (clara herencia de la literatura gótica y desgastado ya en cuentos de fantasmas decimonónicos) a uno donde determinados arquetipos del horror no habían sido llevados antes: a la gran ciudad.

Es en Madrid donde se desarrolla 'Malasaña 32', un año después de la muerte de Franco y en una capital en la que puede empezar a respirarse cierta libertad. Ahí es donde llegará una familia desde un emplazamiento rural, con el fin de comenzar una nueva vida en lo que parece ser la segunda oportunidad que les brinda la ciudad. En ella, los dramas y aspiraciones que cada uno de los miembros de la unidad familiar ha traído consigo, se verán de alguna forma u otra utilizados por una entidad maligna que se niega a abandonar el que fuese su antiguo hogar.

Malasaña 32

El veronicaxploitation

Durante los últimos años, el cine español ha empezado a encontrar su propia esencia a la hora de llevar a cabo sus nuevas propuestas, las cuales han estado siempre influenciadas por lo que venía llegando desde Estados Unidos y el resto de Europa. Y en lo que al terror sobrenatural se refiere, pese a que la tendencia general venga establecida por el camino marcado por James Wan y las sagas de 'Expediente Warren' e 'Insidious', hemos podido ver algunos ejemplos de horror patrio que han servido para definir lo que podemos catalogar como gótico español.

Tanto 'Musarañas' (pese a que esta no tuviese elemento sobrenatural) como 'Verónica' o (en menor medida) 'La influencia', decidían apostar por espacios claramente reconocibles por el público español para enmarcar sus historias. Y del mismo modo en el que '[REC]' convertía ese mítico edificio de la Rambla de Catalunya en espacio de horror costumbrista, 'Malasaña 32' nos lleva hasta un espacio en la calle homónima de Madrid para ensalzarse como ejemplo arquitectónico que se equipara al eterno concepto de casa encantada de aspecto victoriano.

Malasaña 32

Albert Pintó, la mitad del tándem creador de 'Matar a Dios', es quien se pone tras la cámara de una propuesta que, aun siendo hija bastarda del terror de barrio que genuinamente representó Paco Plaza, asume todos los vicios del actual terror con espectros de por medio de los últimos años: el abuso del susto (o la intención de este) como único vehículo sobre el que llevar el peso de la trama. Y ahí es donde radica el principal elemento discordante de 'Malasaña 32', que en su intención por querer copiar el sello Wan, recrea e imita secuencias y arquetipos de forma un tanto anodina, y donde cabe resaltar lo maravilloso que resulta encontrarse con Concha Velasco metida en la piel de una suerte de Lin Shaye patria, uno de los grandes alicientes de la trama y que sorprenderá por un registro al que no teníamos asociada.

Javier Botet, Begoña Vargas, Iván Marcos, Sergio Castellanos y José Luis De Madariaga son quienes forman el reparto de este collage de greatest hits del terror convencional, donde pueden verse guiños (o puro copia/pega) a 'Poltergeist', el primer 'Expediente Warren' o 'Mamá', y donde todo acabará en positivo gracias a un giro final que hará que el viaje haya valido la pena (en cierta manera) y que se pone a jugar en la línea del cine de género, entendiendo el término tanto en clave cinematográfica como de identidad.

Nota: 5

Lo mejor: Al final, se agradece que se haya apostado por un espectro con un trasfondo como no lo habíamos visto antes en nuestro cine.

Lo peor: Pese a creerse igual, queda a años luz de 'Verónica' y el terror de James Wan.