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CRÍTICA

'Mali Twist': Aquellos años apasionados perdidos en la Historia

Crítica de 'Mali Twist', dirigida por Robert Guédiguian, quien firma el guion con Gilles Taurand. Protagonizada por Stéphane Bak y Alice Da Luz. Mostrada en la 66ª SEMINCI de Valladolid.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 8 de Julio 2022 | 09:55
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Mali Twist': Aquellos años apasionados perdidos en la Historia

Habitual a narrar su Marsella natal, incluso en 'Una historia de locos' tenía a la ciudad portuaria como protagonista en un segundo plano, el francés Robert Guédiguian sale de su zona de confort con 'Mali Twist', presentada en la Sección Oficial de la 66ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la SEMINCI, una carta de amor a los ideales del socialismo en los 60 y, en especial, a Mali, donde el país terminó siendo víctima de sus propias aspiraciones y que convierten al filme en una elegía a toda esa generación que creyó en realidad de que un cambio era posible.

Mali Twist

El proyecto nació después de que Guédiguian acudiese a la exposición que le dedicó la Fundación Cartier de París al fotógrafo maliense Malick Sidibé, considerado el gran cronista del Mali de los años 60, quien retrató a una juventud deseosa de libertad y que, con gran ingenuidad, creyeron en unos ideales que les terminarían cortando sus ilusiones, al narrar el período del inicio de independencia de la antigua colonia francesa hasta el golpe de Estado de 1968, que derivó una represiva dictadura militar. Titulado internacional como la exposición que rendía tributo a Sibidé, 'Mali Twist' es una carta de amor a esos ideales perdidos y enterrados en la sinrazón.

A pesar del protagonismo político, 'Mali Twist' es, ante todo, un hermoso romance de época, al narrar la relación prohibida entre Samba y Lara, encarnados por unos encantadores Stéphane Bak y Alice Da Luz, quienes podrían ser una respuesta africana a la tragedia de 'Romeo y Julieta'. Es su amor condenado a la tragedia lo que ensalza este largometraje, que convierte a la ciudad senegalesa de Thiès en el Bamako de los 60 en una cuidada ambientación con la que Guédiguian ha contado con talento de la industria senegalesa, pues el diseño de producción y dirección artística corrieron a cargo de Mahamoudou Papa Kouyaté y Oumar Sall.

Mali Twist

Esta pasión no hubiera sido posible sin sus dos encantadores protagonista. La modelo Alice Da Luz brilla con un personaje de apariencia frágil pero con una fuerza interior excepcional, mostrando un peso dramático espléndido. A su lado está una de las grandes promesas del cine francés, Stéphane Bak, quien ya ha trabajado con Paul Verhoeven, Wes Anderson y André Téchiné y que ya mostró que era capaz de defender personajes principales en 'Tokyo Shaking'. En 'Mali Twist', Bak es la clara representación de cómo los ideales son devorados por el dogmatismo y cómo Mali solo cambio a un rey por otro, dejando de ser colonia de Francia y pasando a ser un estado dependiente de la extinta Unión Soviética.

Una hermosa y trágica historia de amor

Aquí se puede ver que el filme desprende cierta amargura, mostrando que Guédiguian, quien firma el guion junto con Gilles Taurand, es consciente de cómo los ideales socialistas fueron devorados por las dictaduras comunistas en plena Guerra Fría, dejando cierto sensación áspera, al dejar en evidencia como dichas ideas de antaño han sido imposibles de aplicar.

Mali Twist

A pesar de desprender cierta amargura por la caída de los ideales, en este sentido, podría decirse que Guédiguian firma su propia 'Porco Rosso', al representar de manera frontal la ruptura de un sueño imposible; 'Mali Twist' es, ante todo, una hermosa serenata romántica, un bolero lleno de música, que mostraron aquellos felices años en los que, durante un efímero instante, toda la juventud soñó con un país diferente. Un retrato que, además, deja el poso de cómo los países occidentales miraron a otro lado a sus antiguas colonias y que explican, en parte, la situación imposible de un continente que vive una continua crisis alimentaria, sanitaria, política y social.

Tras el traspié que supuso 'Gloria Mundi', a Guédiguian le sienta bien rendir tributo a sus ideales fuera de su Marsella natal. Por otro lado, es un homenaje sentido a ese pedazo de la historia que parecía estar destinado a ser olvidado y que gracias tanto al cineasta como ese cronista que fue Malick Sidibé, ese último twist que hizo soñar a toda una generación queda grabado en la memoria.

Nota: 7

Lo mejor: La química que derrochan Stéphane Bak y Alice Da Luz, poder ver el potencial técnico y artístico de la industria senegalesa, una de las más prometedoras del continente africano.

Lo peor: Guédiguian no termina de rematar la crítica, especialmente en su epílogo. Es más, diríase que provoca cierta contradicción en su mensaje.

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