Basándose en la novela 'Noche de difuntos del 38' de Manuel Martín, Alberto de Toro y Javier Ruiz Caldera nos trasladan a una todavía más distópica Guerra Civil española en la que los nazis están probando una nueva y letal arma: un gas que convierte a sus enemigos en muertos vivientes. Hasta ahora del Toro había sido el montador de todas las películas de Ruiz Caldera y tras forjar una amistad de años han dado juntos su salto a la dirección por todo lo alto, con explosiones, persecuciones, zombies y fachas.
Al Capitán Jan Lozano (Miki Esparbé), nacional del tercio de Requetés, no le gusta que se fusile ni a rojos ni a desertores y como abogado que es, se dedica a defenderlos. Como castigo por dar un cabezazo a un primo de Franco en pleno juicio, a Lozano le cae una misión suicida: trasladar una nota a otro destacamento cruzando territorio enemigo y desprotegido. A medio camino y por querer ayudar a un piloto herido, el capitán de la quinta brigada y su joven acompañante son apresados por un grupo de rojos, comunistas y anarquistas y todos juntos deberán dejar a un lado lo que les separa y luchar juntos si no quieren terminar siendo devorados por otro ejército, el de los republicanos zombies.
Aunque estamos ante el debut en la dirección de de Toro, Ruiz Caldera tiene a sus espaldas ya una buena filmografía que comenzó con 'Spanish Movie' y se ha mantenido estos 10 años fiel a la comedia con títulos como 'Promoción fantasma', '3 bodas de más', 'Anacleto: Agente secreto' y 'Superlópez'. En 'Malnazidos' lo que nos proponen es un cóctel de géneros que tiene mucho más de cine de aventuras y acción que de terror, por lo que no es ni especialmente gore ni oscura (también por cuestiones de presupuesto, que es muy caro rodar de noche). Entre sus influencias están George A. Romero y John Carpenter, pero también Steven Spielberg y su 'Indiana Jones', y sus pretensiones son las de un entretenimiento gamberro y fútil donde el ritmo no decaiga en sus 101 minutos con una buena sucesión de set pieces trepidantes, muy divertidas y especialmente bien producidas, con más de 1000 figurantes y 200 especialistas según el press book, un despliegue cinematográfico que por cuestiones sanitarias parece que no hemos visto en pantalla desde la pandemia.
Eso sí, al margen de su marco histórico, la película no es especialmente original ni imaginativa en lo cinematográfico, no tiene nada nuevo que aportar al cine de zombies en su conjunto ni lo pretende, solo trasladarlo a nuestras fronteras, españolizarlo si queréis, en el mejor de los sentidos. Tantas veces hemos escuchado esas frases manidas de "está tan bien hecha que no parece española" y "en este país solo se hacen películas de la guerra civil" y 'Malnazidos' nos lleva a la guerra y no nos habla de ella y nos ofrece una película con una factura notable, que exprime sus propias limitaciones sin pretender que tiene el presupuesto de Hollywood. "Está muy bien hecha. Es Española". También se nota el toque patrio en su sentido del humor, que recurre constantemente en sus diálogos a chistes y puyas entre bandos enemigos, más de actualidad de lo que nos gustaría y con los que ha ayudado aportando ideas Diego San José ('Pagafantas', 'Vota Juan').
Con al menos siete protagonistas y cuatro secundarios principales, 'Malnazidos' es un ejemplo indudable de aventura coral y en todos ellos el guion se detiene en algún momento para justificar su aportación a la película y al grupo de supervivientes. Además, van a pares, y cada nacional tiene un contrapunto republicano (primera muestra de su forzada paridad). Al frente de los dos grupos están Esparbé, que interpreta al carismático Jan, y Luis Callejo, el buenazo líder de la resistencia. Jesús Carroza da vida al fachita andaluz como antítesis del explosivo Mecha de Álvaro Cervantes, y el cupo femenino en ambos bandos los cubren Aura Garrido con su Matacuras, la mujer de acción en un mundo de hombres al estilo Sarah Connor; y María Botto, una monja literalmente de armas tomar inesperadamente convertida en interés romántico. Por suerte no hay damiselas en apuros. Además están los alivios cómicos de Manel Llunell como el joven y pusilánime Decruz y Sergio Torrico, más músculo que cerebro, y mención aparte merecen también Mouad Ghazouan y los villanos, el Comisario Politico cegado por la causa de Dafnis Balduz y el comandante de las SS al que impone presencia Francisco Reyes. Hay demasiados personajes y todos cumplen una función estereotípica, pero el reparto entero está entregado y parecen entender perfectamente en qué clase de película están.
Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás
A pesar de que se estrena en 2022 y tuvo su debut en el Festival de Sitges de 2020 como la película inaugural, 'Malnazidos' se rodó en 2019, antes de que supiéramos la que se nos vendría encima, casi como una premonición de que un terrible virus nos igualaría a todos, de todas partes del mundo, de cualquier clase social e ideología, en una lucha conjunta contra un enemigo común. Solo que como dijo George Orwell ya en 1945, "todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros". Y he aquí el principal y sangrante problema de la película: la equidistancia buenista con el pretexto del mero entretenimiento, que al cine no se viene a pensar.
'Malnazidos' tiene claro quienes son los malos de la película, y no son ni zombies, ni fachas, ni rojos, son los nazis, un enemigo común y aceptado por el mundo entero, que aunque en este país ya no da vergüenza defender a la ultraderecha, todavía está como mal visto apoyar las ideas de Hitler. Para poder abrazar su propuesta hay que hacer un buen ejercicio de suspensión de la incredulidad a nivel histórico y aceptar el tramposo relato de que en España la ideología te la asignaban por una cuestión geográfica.
En una guerra siempre se cometen atrocidades en ambos bandos, siempre, eso nadie lo puede negar, y lo que sí que no tiene que pasar siempre en una película sobre la Guerra Civil es que se convierta en una disertación sobre las cunetas que todavía hoy se intentan silenciar. Y estamos de acuerdo en todo eso, sin embargo y para poder mantenerse en este trasfondo histórico que todavía tanto duele sin tomar partido y huir de toda moralina, de Toro y Ruiz Caldera con el guion en mano de Jaime Marques y Cristian Conti, tienen que pasar de puntillas por el auténtico conflicto de la guerra y (casi)cualquier consecuencia que haya podido tener en unos personajes que apenas cuentan con unas pinceladas de mundo interior.
Una oda a la reconciliación entre la izquierda y la derecha que igual en 2019 todavía parecía simpática, pero que ahora, y después de literalmente haber combatido juntos un virus mortal, es definitivamente inconcebible y el mayor chiste sin gracia de la película.
Nota: 5
Lo mejor: La acción está muy bien rodada, también los efectos.
Lo peor: Su mensaje "conciliador" y equidistante. No es momento si es que alguna vez lo podría ser.