El heroísmo en 'Mara y el señor de fuego' no lo ponen ni Chris Hemsworth ni Tom Hiddleston, aunque la pelea entre Thor, el Dios del Trueno y su hermano Loki provoque los sueños de la niña protagonista. La adolescente, perdón. El personaje de Lilian Prent en la película que adapta las novelas juveniles escritas por Tommy Krappweis, quien también dirige y firma el guión, es heroína en pubertad y antagonista al mismo tiempo; la última profetisa con el poder de salvar a los mortales del fin del mundo pero con el riesgo de quemar en su misión.
Mara Lorbeer es una chica de 15 años a la que sólo le bastaría como sueño a alcanzar el ser normal y pasar desapercibida. En su lugar, es una outsider que sufre acoso escolar en el instituto y que tiene por madre a un espíritu libre que cree en hablar con los árboles y respirar la luz. Pero su verdadero problema lo encuentra cuando huye y no puede escapar de las breves imágenes en movimiento que azotan su cabeza con la mitología nórdica, sellando su destino con la misión de evitar, ayudada por el profesor Weissinger, que Loki se desencadene y provoque el ocaso de los dioses, el Ragnarök.
A esta Kika superbruja a menudo le queda grande el papel de spákona, como se define su rol de profetisa, y el tener que enfrentarse al Señor del Fuego para salvar a la mujer de Loki, Sigyn. Su personaje no deja de asentarse en los recursos narrativos habituales de quien es una torpe en la vida pero, a la vez, una elegida; al igual que le persiguen ciertos clichés, un tanto peligrosos a consumir por el público adolescente, como el hecho de que la pubertad sea una justificación irónica para todo o la mala relación con su madre, que en muchas ocasiones la "ridiculiza" y no piensa en ella sino en sí misma.
La estructura de la película está salpicada de algunos puntos cómicos que funcionan y que sirven de respiro para ralentizar un ritmo que, con facilidad, se vuelve demasiado atropellado y va y viene de un lado para otro. 'Mara y el Señor del Fuego' peca en ciertos momentos de caer en una "chaladuría" con poco encanto para el espectador ya adulto, lo que no quiere decir que los espectadores más jóvenes no lleguen a conectar con el mundo fantástico en el que se introduce Mara Lorbeer. Un problema añadido son las subtramas, que más que contribuir al eje narrativo principal son una mera nota de color estridente.
Su mayor acierto es sin duda un estilo de narración que obedece los patrones de un diario adolescente y es lo que permite en mayor medida al público potencial de este largometraje sentirse parte de la aventura que vive la joven. Además, tiene varias referencias cinéfilas que también pueden ayudar en este cometido o provocar al espectador las ganas de ver esas películas si es que todavía no las ha visto.
Para aquellos padres que aterricen en las salas y ese público más adulto que llegue a ver este filme de origen alemán, tendrán en el Profesor Weissinger el personaje estrella de la película con un sentido del humor más efectivo. El clásico profesor chiflado que se convierte en el soporte de la "heroína" y al que querríamos ver en prácticamente toda la película por ser el robaescenas por excelencia. Aporta la madurez y la experiencia a Mara, pero también espíritu infantil y toques reflexivos pero muy rocambolescos que desengrasan la trama.
Nota: 5
Lo mejor: El estilo de narración y el personaje del profesor.
Lo peor: Un ritmo que se tropieza fácilmente y con momentos de auténtica chaladuría.
