Isabel I de Inglaterra y María I de Escocia nunca se vieron las caras. La rivalidad entre ambas reinas durante el siglo XVI es una de las más jugosas de la historia de Gran Bretaña y ha dado lugar a diversas reinterpretaciones. Pero lo cierto es que las dos mujeres no se encontraron jamás frente a frente y la suya fue más bien una guerra fría que terminó con un final trágico. 'María Reina de Escocia' vuelve a desenterrar a una de las soberanas más controvertidas del pasado británico para contar su historia desde una óptica más feminista y comprensiva.
La directora Josie Rourke se estrena como cineasta en esta cinta hecha a la medida de los Oscar y que tiene a Saoirse Ronan y Margot Robbie como principales reclamos. Dos de las actrices más en boga en Hollywood se visten con sus mejores galas para poner en pie un enfrentamiento que marcaría el destino de una nación.
Dos actrices que reinan
Pero 'María Reina de Escocia' no es esa lucha de poder entre reinas que nos ha vendido su campaña promocional. El peso principal de la película no está en esa rivalidad, sino más bien en la historia de María I de Escocia, un personaje construido con innumerables matices por Saoirse Ronan. La actriz estadounidense, que siempre trabaja desde la sutileza y la contención, carga sobre sus hombros la mayor parte del metraje. Y lo hace con una interpretación soberbia que va desde la ingenuidad hasta la crueldad, desde la desesperación hasta la aceptación de su destino.
Una joven reina que regresa a Escocia para reclamar su trono legítimo, pero, a pesar de su tozudez, será incapaz de sortear todos los escollos en su camino. La de Ronan es una mirada que desarma y está muy bien utilizada tanto al comienzo como al final del film, en contextos diferentes que dan sentido y unidad a su historia.
Al otro lado de la balanza está Isabel I de Inglaterra, una Margot Robbie capaz de exprimir al máximo cada escena que protagoniza. Su personaje no tiene tanto metraje como se merece, pero Robbie se encarga de construir una reina muy humana, íntima y frágil. Su evolución es espectacular. Cuanto más voluptuosos son sus vestidos y más exagerado su maquillaje, más vulnerable resulta la interpretación de la actriz australiana, de la que se echa de menos más tiempo en pantalla.
Un estudio de género
'María Reina de Escocia' es una hija del #MeToo, con una directora mujer y un elenco diverso por encima del rigor histórico. La forma en que se acerca al conflicto, además, es marcadamente feminista. La reacción de los hombres frente a una mujer que los gobierna es su eje central y resulta muy interesante la reflexión que hace sobre los sacrificios que llevan a cabo las dos reinas.
Los distintos matrimonios de María y su fama de promiscua se convierten en excusa para deslegitimar su gobierno. Por su parte, Isabel hace gala de no tomar esposo ni tener hijos como un símbolo de fuerza y poder, afirmando que es "más hombre que mujer". Pero ambas son desprestigiadas por los hombres que tienen alrededor. Solo pueden ser la prostituta o la virgen. Y ninguno de estos estereotipos servirá para que los hombres acepten su poder. Lo mejor es que Rourke se mantiene del lado de sus heroínas en todas sus decisiones y no las juzga en ningún momento. Lo peor es que podría haber ido mucho más allá en su apuesta por una reconstrucción feminista de la historia, pero no lo hace.
Como en toda obra de época, al maquillaje y vestuario se les exige un nivel de altura, y la cinta lo otorga. 'María Reina de Escocia' es un desfile de moda que llega a su clímax en sus últimos minutos con la caracterización de Margot Robbie como Isabel. También hay que destacar la fotografía, que consigue trasladarnos a ese siglo XVI escocés aprovechando al máximo los paisajes exteriores.
¿Rigor histórico o reconstrucción feminista?
Por su cercanía en temática e intenciones, es imposible evitar las comparaciones entre 'María Reina de Escocia' y 'La favorita', la última película de Yorgos Lanthimos, múltiple nominada a los Oscar. Pero son dos filmes muy diferentes. Nadie cuestiona la rigurosidad histórica de 'La favorita', que se limita a usar un hecho histórico como telón de fondo para contar un relato de lo más actual. Por su parte, 'María Reina de Escocia' no tiene tan claro si quiere lanzarse de lleno a la piscina de la ficción o funcionar como lección de historia, y en esta indecisión recae su principal problema.
En ese dilema entre mantener o no el rigor es donde 'María Reina de Escocia' pierde el rumbo. Hacia su tramo final, la película se convierte en una sucesión de traiciones sobre traiciones en las que el espectador se termina desorientando, sin saber en qué bando está ninguno de los personajes. También hay que lamentar la pérdida de la trama religiosa, un enfrentamiento entre cristianos y protestantes que al principio resulta prometedor, pero termina por diluirse entre esas conspiraciones que uno ya no sabe bien de dónde vienen.
La cinta de Rourke no tiene claro si es un drama de época o una recreación de la historia en clave femenina. Varios medios han remarcado las imprecisiones en las que recae 'María Reina de Escocia', empezando por la que abre esta crítica. Isabel y María nunca se conocieron en persona, pero la película se toma la licencia de decir que sí (aparece en el tráiler, no cuenta como spoiler). Ese momento se convierte en una increíble batalla dialéctica que protagonizan Ronan y Robbie. Es la mejor escena de la cinta, el culmen del torrente interpretativo que exhiben las dos actrices durante el metraje, con una ambientación y un pulso perfectos, y nos da un atisbo de esa película que 'María Reina de Escocia' podría haber sido pero no es.
Al final, 'María Reina de Escocia' no acierta en la diana por querer abarcar demasiado. Es una película con muchos frentes, que quiere ser muchas cosas pero no se decide por ninguna y termina por no contentar del todo a nadie. Aun así, sus protagonistas y su prodigiosa ambientación hacen de ella una película para no pasar por alto.
Nota: 7
Lo mejor: Margot Robbie y, sobre todo, Saoirse Ronan.
Lo peor: No tiene claro qué historia quiere contar.