å

CRÍTICA

'Más allá de las montañas': El devenir del tiempo

Presentada en la Selección Oficial de Cannes, se estrena la obra maestra de Jia Zhang Ke, 'Más allá de las montañas', premio al Mejor Filme Europeo en el Festival de San Sebastián.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 20 de Mayo 2016 | 12:47
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

Comparte:

¡Comenta!

Gabriel García Márquez dijo: "Eran gentes de vidas lentas, a las cuales no se les veía volverse viejas, ni enfermarse ni morir, sino que iban desvaneciéndose poco a poco en su tiempo, volviéndose recuerdos, brumas de otra época, hasta que los asimilaba el olvido". El paso del tiempo, la evolución de la sociedad, de la humanidad. Son conceptos por los que la historia hace repaso y que, aunque en el presente es difícil darse cuenta, marcan el devenir de una época. Es el planteamiento que propone el cineasta chino Jia Zhang Ke que trae un ensayo con forma de elegante y magistral melodrama con 'Más allá de las montañas', premio al Mejor Filme Europeo en el Festival de San Sebastián y presentado en la Selección Oficial del 68º Festival de Cannes.

Más allá de las montañas

Fin de año de 1999 en China, Tao es una joven de Fenyang, una localidad de Shanxi. Su belleza ha deslumbrado a Zhang y Liangzi, dos amigos de toda la vida que se enfrentarán por conquistar el corazón de la muchacha. En esto tiene las de ganar Zhang, a priori, puesto que es propietario de una gasolinera y tiene un futuro prometedor al haber invertido en negocios que están prosperando y Liangzi sólo es un obrero en una mina de carbón. La joven, aconsejada por la razón, decide casarse con Zhang para asegurar un buen futuro a los futuros hijo que vengan. No obstante, las cosas serán muy distintas a como cada uno se había planteado.

Fábula en tres actos

Zhang Ke demuestra ser un cineasta preocupado por la actualidad de su país y de cómo ha devenido en los últimos años, en los que se ha convertido en la segunda potencia más poderosa del mundo. Si ya en 'Un toque de violencia' exploraba esa realidad con un enfoque en el que sus protagonistas estallaban de ira, en 'Más allá de las montañas' disfraza la deshumanización de la sociedad china con un melodrama en el que no hay nada dejado al azar. El filme abre con 'Go West' de los Pet Shop Boys, una canción potente y cuya letra deja entrever sus intenciones.

Más allá de las montañas

Rodada en tres actos, con tres formatos de cámara, se trata de una reflexión del paso del tiempo, del olvido no sólo del legado familiar, también de una sociedad que, quizás fuese muy imperfecta, pero que era más cercana, más cálida y que ha cogido la peor cara del sistema económico actual. Mostrado en algo, aparentemente, tan sencillo como un melodrama romántico. La bella Tao se debate entres dos amores, uno pasional y otro práctico. La razón opta por el práctico, magnífica metáfora sobre la China actual, que hace una ostentación de su poder económico y de su efectividad bajo un poder que sigue siendo igual de revolucionario y tiránico.

El drama del olvido

Pero tras el debate queda una dura realidad, en la que los sentimientos y las buenas acciones no priman ante un poder económico deshumanizante. Esto se muestra cuando entra en escena el hijo de Tao, imagen de la nueva China, aquella que se ha postrado ante el capitalismo más salvaje. Un presente próspero pero que carece de lazo afectivo en pos de crear relaciones más materiales. Esto deviene en un futuro en el que se cae al más absoluto olvido, en el que Zhang Ke imagina un 2025 minimalista, tecnológico pero con una desconexión clara hacia el propio pasado, dejando escenas en las que un padre es incapaz de comunicarse con su hijo porque no hablan el mismo idioma y deben utilizar aplicaciones de traducción para poder entenderse. Zhang Ke crea un ensayo sobre el pasado, el presente y predice un futuro en el que identidad se ha perdido. No hay sutilezas en este elegante relato sobre lo más trágico que le puede suceder a la memoria: El olvido.

Más allá de las montañas

Tres relatos, tres fábulas sobre el devenir del tiempo, sobre el olvido y la identidad. Tres visiones diferentes en la que, finalmente, se cierra el círculo con una escena final en la que vuelve a aparecer aquello que lo más recóndito del recuerdo sin esperar ya ser evocado. Sin embargo, como una madre que ha amado a su retoño, estará siempre ahí aunque se intente relegar. La historia se cierra y con ella la muestra magistral de un cineasta que firma su mejor obra desde la espléndida 'The World'. Efervescente, magnética, imposible no postrarse ante esta celebración del recuerdo, retratada con sentimental ilustración. Magnífica.

Nota: 9/10

Lo mejor: Los tres actos de la fábula, cómo fragmenta en diversos enfoques el cineasta su reflexión.

Lo peor: Su ritmo puede no convencer a cierto tipo de público.

Rostros