Hace unas semanas, Reed Hastings, director ejecutivo de Netflix, afirmó que su ambicioso objetivo para la división de animación de la empresa era vencer a Disney. Ahí es nada. El año pasado ya demostraron de lo que eran capaces con 'Klaus', y aunque no lograron arrebatarle el Oscar al ratón (que se lo llevó gracias a 'Toy Story 4' de Pixar), sí fue todo un golpe sobre la mesa. Porque si son capaces, a estas alturas, de darnos una película sobre Papá Noel que no suene a lo mismo de siempre, y que sea incluso capaz de emocionar como lo hizo 'Klaus', el cielo es el límite.
Y precisamente al cielo han mirado para traernos su próxima superproducción animada: 'Más allá de la luna'. Para llevarla a cabo se pusieron en contacto con Glen Keane, una eminencia en Disney precisamente: es el hombre que diseñó a Ariel, Tarzán y trabajó en películas como 'La bella y la bestia' o 'Aladdin'. Esta es su primera película como director, eso sí. Pearl Studio ('Abominable') están a su lado, aportando la técnica y también el conocimiento asiático, elemento muy importante en toda la película. 'Más allá de la luna' toma como base el cuento de Chang'e, la diosa de la Luna, que espera allí hasta que pueda reencontrarse con su amado, Houyi. La película tiene lugar en el presente, y su protagonista es una niña llamada Fei Fei. Años después de la muerte de su madre, su padre le presenta a su prometida, y ella se lo toma tremendamente mal porque cree que su padre está traicionando el amor de su madre. Así, idea un loquísmo plan: construir un cohete para viajar a la Luna, demostrar que Chang'e existe y que, por tanto, el amor eterno como el que la diosa siente por Houyi también.
'Más allá de la luna' es una película mucho más tradicional que 'Klaus', tanto en técnica como en narrativa. Pero igualmente cuenta con sorpresas en ambos casos. Empezando por lo primero, si ya Pearl Studio demostró con 'Abominable' que los escenarios se les daban muy bien, en esta entrega nos traen lo mejor de dos mundos: el nuestro, y el espacial. El pueblo en el que vive Fei Fei está inspirado en las ciudades chinas de Wuzhen y Nanxun, y es simplemente una preciosidad que parece anclada en el pasado. Pero lo que es una sorpresa es Lunaria, la ciudad que Chang'e ha fundado en el lado oscuro de la Luna. Es maravilloso cuando un estudio de animación se puede permitir soltarse la melena y dejarse llevar por su imaginación. Glen Keane ha explicado que la idea de Lunaria es que, a diferencia de la Tierra, cuya superficie refleja la luz del Sol, la ciudad espacial fuera su propia fuente de luz, así pueden jugar con formas, colores e iluminación realmente vistosos que no solo dan personalidad propia al escenario y su población, también sirven para empezar a actualizar el cuento de Chang'e sin perder ese componente "mágico".
Es una pena que los personajes pequen de un estilo y carácter mucho más convencional, sobre todo los humanos. En Lunaria los habitantes (que casi parecen inspirados en la mascota de los Tecnoprecios de El Corte Inglés) resultan suficientemente adorables, y empastan bien con el escenario. La idea de los que parecen Moon Cakes también queda bien en el conjunto. Pero es incomprensible que rompan todo eso con un equipo de "gallinas moteras" que parecen descartes de 'Angry Birds', o con Gobi, el alivio cómico al que presta voz Ken Jeong, que no logra destacar por mucho verde fosforito que sea. Por suerte, todo lo compensa el armario de Chang'e, que es una absoluta fantasía. Ella es uno de los personajes más interesantes de la cinta, casi tanto como sus curiosas transformaciones desde la imagen más clásica de una reina asiática a una estrella del K-Pop o campeona de ping pong. Se nota que invirtieron mucho tiempo en crearla a ella y sus cambios de look, pero parece que por eso dejaron al resto de personajes en segundo plano.
El equipo de 'Más allá de la luna' ha intentado actualizar todo lo posible la película para hacerla un poco menos solemne y algo más divertida, pero funciona mejor cuanto más clásica se pone. La banda sonora de Steven Price tiene algunas piezas magníficas usando los típicos sonidos de la música china. Glen Keane recupera la animación tradicional en ciertos momentos de la película, destacando el relato original de Chang'e, y qué bien quedan. Los puntos místicos están muy conseguidos, y son lo que más acerca a 'Más allá de la luna' a ese objetivo de plantar cara a Disney en lo que respecta a contar historias que nos toquen el corazón. Pero también hay un porcentaje bastante amplio de aventura en busca de un macguffin que, salvo por algunas escenas visualmente espectaculares, no interesa tanto ni hace avanzar el conflicto interno de Fei Fei.
Y eso que, precisamente, corazón no le falta. La guionista detrás de la película es Audrey Wells ('Bajo el sol de la Toscana', 'The Hate U Give'). Nadie en el equipo sabía que, como la madre de Fei Fei, ella también se estaba muriendo. Y que 'Más allá de la luna' era su carta de amor a su hija, a la que quería mandar también un deseo: que llegara a pasar página algún día. Sin duda, Wells consigue plasmar ese sentimiento con mucha fuerza en su último trabajo, a pesar de un final algo precipitado que, aun así, deja poso. El mensaje es muy bonito y muy importante para pequeños y mayores. Gracias a adornarlo con la leyenda de Chang'e, la moraleja (y cierta canción) se quedarán en la cabeza una vez haya terminado nuestra aventura espacial.
En general, la película cuenta con buen ritmo y bastante humor que gustará a los más pequeños, sobre todo gracias a Gobi, a Chin (el hermanastro de Fei Fei) y a las mascotas de ambos. Su mayor virtud es, quizás, esa capacidad de romper las reglas y hacernos creer que una niña podría construir un cohete capaz de llegar a la Luna. Cuando Keane y Pearl Studio rompen las barreras, la película se vuelve muy especial. Todo tipo de público caerá rendido ante el encanto de esta historia y al derroche de imaginación, y al retrato de la cultura y la tradición asiáticas mezcladas con elementos más actuales (quizás algo estereotipados). Pero sigue siendo un maravilloso paso adelante que un gigante como Netflix lleve a todas partes del mundo una película con protagonistas chinos y elementos de su idiosincrasia.
Pasito a pasito
No podía dejar de mencionar las canciones de la película, otro de los puntos en los que intentan emular a Disney. Para casi todas optan por un estilo muy clásico, casi de Broadway, salvo para el temazo de Chang'e, súper popero y enérgico, capaz de quedarse pegado varias horas después de terminar la película (y qué fantasía escuchar a Philippa Son marcándose una canción tan petarda). 'Moon Cakes', la canción que abre la cinta, es muy bonita y 'Un cohete hacia la Luna' también es efectiva, pero les faltaría un poco más de personalidad, igual que la canción de Gobi, excesivamente parecida a los típicos temas de los secundarios de la competencia, como las de Olaf en 'Frozen'. Es en detalles como estos en los que está claro que Pearl están todavía muy verdes en muchos aspectos. Cuentan con mucho talento ('Abominable' también tenía cosas muy interesantes), pero lograr la fórmula que Disney lleva décadas perfeccionando es más complicado que poner canciones y un personaje secundario cómico. Y quizás lo que deberían hacer es buscar su propio estilo y no intentar competir emulando el estilo de otros. 'Klaus' optó por eso, y al final solo por la frescura deja mejor sabor de boca.
Les queda mucho camino por recorrer, pero 'Más allá de la luna', aun con todo el espacio de mejora que tiene, es una película bonita y amena, con una animación impresionante y con delirios imaginativos (sobre todo visuales) que funcionan muy bien. Para los que no conocíamos la leyenda de Chang'e, además, vuelve a dejarnos otro ejemplo de lo bella que puede llegar a ser la tradición china, y es una maravilla que tantas niñas y niños vayan a descubrirla gracias a esta película.
'Más allá de la luna' llega a Netflix el 23 de octubre.
Nota: 7
Lo mejor: La representación de China y su cultura es una preciosidad. Gana enteros cuando deja volar su imaginación. La animación de los escenarios es increíble.
Lo peor: La aventura es algo típica, y las canciones necesitarían un poco más de personalidad.